7 de febrero de 2008

Pasto, yoga, plátanos orientales, olmos y paulonias....











Hoy fue la última clase de yoga de Providencia.
La profe ofreció este "alargue"
a lo cual accedimos gustosas,
ya que tenía el plus de llevarse a cabo
al aire libre y
fue realmente maravillosa.
Todo lo fue,
llegar al Parque Inés de Suárez y esperar,
fue la primera vez que llegar puntual y tener que esperar se convirtió en un placer.


Ahí en medio del parque,
aquel parque maravilloso por el cual caminé y caminamos tantas veces junto a mi abuelo Titin,
tantas veces
tantas conversas
tantas escuchadas de sus historias maravillosas
y hoy estaba ahí sola,
en medio de la inmensidad increíble de árboles.



Pensar que antes caminaba por el mundo
sin saber quiénes eran esos hermosos y esbeltos muchachos,
cuál era el nombre de pila
el en latin,
caminar sin cuestionarme si quiera, el por qué sus hojas son todas distintas
por qué unos son mas verdes que otros,
otros mas largos que unos.


Y entre medio de la naturaleza
nuevamente traje hasta mi a SILVIA,
quien ayer cumplió 4 meses desde que partió (injustamente)
y pensé en lo feliz que serías en el parque
haciendo yoga en medio de tanto verde,
mirando perritos,
hacer ejercicios de suelo mirando la copa de los árboles
ese techo maravilloso de hojas de plátano oriental...


Y es que desde los tiempos mozos en que estudiaba en el Pedagogico,
que no me deleitaba a granel mirando hacia arriba
tirada en el pasto húmedo mirando el cielo,
mirando la copa de los árboles,
mirando sus hojas,
la conjugación maravillosa entre techo de cielo y hojas
sobre todo hoy
que todo indicaba que temblaría o quizás llovería
con ese calor aplastante,
con esa quietud del aire horrorosa
y yo lo más feliz,
tendida en el pasto sin más
sin temor,
a pelo echado en el pasto
a pierna cruzada mirando al cielo,
escuchando Chetes, Nicola Di Bari, Babasonicos
y todo era demasiado hermoso
y la espera era brillante
y como que quería que no llegara nadie más,
que me dejaran ahí, contemplando y pensando y riendo y cantando.


Y quiero recordar este día singular
y que cada vez que este con la cabeza abombada de letras
correr al parque,
y tumbarme en el suelo
a mirar techos de hojas
techo de cielo,
perritos de todos los tamaños, razas y colores
mirar
no mirar,
dormitar
soñar, leer, pensar, escribir.


Y siempre junto a los Plátanos Orientales, a la variedad inimaginable de Olmos y la belleza oriental de los o las Paulonias.

6 comentarios:

Loren@ dijo...

Mi colombita ensoñada!!!

Hasta senti el olor de aquellos arboles, de aquel paisaje....

Hasta me imagine yo en esa postura y escuchando mi musica!

Con respecto a Silvia, cuando empeze a leert fue justo en ese post donde contabas que pasó... me marco muxo, me dio algo que nose explicar... nose si la vida será asi, si ese era su destino, o si se pudo a ver evitado?... pero pasó!, la muerte es un sentimiento y acontecimiento que duele lamentablemente duele y marca.

Cariños mi niña!

Lena dijo...

Que bella manera de recordar a Silvia,y creo que la naturaleza siempre nos hacde acercarnos mas a nuestros sentimientos, sean de tristeza por la perdida de una amiga o de felicidad de estar viva...
Un beso grande,

Marce Mercado dijo...

Ayer en el auto, la Fran me preguntaba acerca de cómo estabas y acerca de tu amiga Silvia, que terminó siendo un poco amiga de todos quienes te seguimos en tu Blog...

y sí, sentí el olorciot a árbol fresco...brisa...harta brisa...

Nos vemos en 10 días !!!!

PAZ TRAVERSO dijo...

Puchas y cuando vamos a caminar ????'
Besos

Unknown dijo...

Yo tambien quiero ir a caminar.

Anónimo dijo...

Soy el RUELAS.
Y es que desde que tu comenzaste a mirar para el cielo y descubriste a los arboles, tambien me dio por hacer lo msimo y ahora tengo un chorro de arboles distintos en la mente que me gustaria ayudaras a saber qué es cada uno.
Vente para aca morrita y ayudame!!