Ocurre cuando sucede...

Ocurre cuando sucede, que no es el miedo a quedarse sola, si no más bien a estar sola, esa soledad que se hace eco en el aire y provoca inmediatamente el extrañar a los que no están y que sería tan rico tenerlos (Gogo, Manucita, Abuelita, Paire, Antonio, Familia, Amigos).

Encuentros.

Siempre me ha gustado la gente, rodearme de ellas, aunque a veces me empelotan, hasta enfurecen.Pero en escencia me gustan, me encantan, así como escuchar sus historias, que cuenten de sus vidas, de lo que les pasa, lo que piensa, siente, esperan, frustraciones, alegrías.

Mirarlos al hablar, casi analizar sus moviemientos de manos, los gestos de la cara, si alza la voz o tienen un tono suave, si son euforicos para contar o más bien calmos.

Contemplar sus caras, sus sonrisas, la forma en que dibujan sonrisas, si son de mostrar todos los dientes, si son recatados, el sonido de la risa. Pero por sobre todo me gustan las historias que todas las personas tienen para contar. Las de momentos alegres, tristes, simples y existenciales, pero escuchar me encanta, de pronto es como que me transporto a sus vidas, tratando de imaginar el lugar en el que viven, si tienen patio, si les gustan las plantas y flores, el interior de la casa, la luz que entra por las ventanas, su lugar, su mundo privado.

Escuchar, preguntar aunque sutilmente quisiera devorármelos en preguntas y que algunos caen seducidos por tanto interés, mientras que otros más desconfiados se detienen y no dicen más nada.

Pero la pasión por las personas ha estado siempre,antes era por escuchar lo que las personas decían a través de las películas, teleseries, caricaturas. Cuando supere la tevita tevé, puse atención en los seres que circulaban alrededor mío, ya fueran conversaciones en la micro, caminando por la calle, las ajenas, las propias, de amigos o desconocidos.Y es que bueno, para alguien como yo que soy "intensa", como despreciativamente muchos me tilda, hace que tras pasar 5 horas con una persona, que ha contado lo que ha querido, podido, termino simplemente extasiada y quiero poco menos que estar junto a ella toda la vida.............jajajajja

Que susto!! si, hasta yo me aterro ante esa idea y pienso en la cantidad de gente que debo haber espantado con mi fervor.

Pero es que cuando conoces personas notables, inteligentes, simpaticas, luminosas, divertidas, que tienen como un ángel que las hace brillar incanzablemente, dan ganas (a mi al menos), de no separarte nunca más de ellos. Porque no siempre se tiene tanta suerte, lamentablemente no todos somos tan "encantadores", que si no también el mundo sería una plasta de especiales circulando por ahí, tiene que existir un equilibrio. Pero Santiago que en escencia es una city gris, de gente no muy luminosa, no muy entretenida, muy metida en su metro cuadrado, en su individualidad, cuando de pronto y de manera casual, te encuentras con seres especiales, siento la necesidad expresa de asirme de ellos como a la cola de un papalote y acompañarlos en su vuelo......... que seguramente será mucho mas entretenido que quedarme donde esté.

Así sucedió hace unos días atrás.

Tuvimos para nuestro placer el honor de compartir el almuerzo con ésta encantadora "crespa", quién casualmente es la ahijada de mi madre, las cuales no se veían hacía años, con quién nos une una vida de amigos, familia, hermanos, historias y que gracias a éste medio, pudimos encontrarla.

Ella es encantadora, como le contaba a mi hermana por teléfono: "es una persona realmente especial, guapisima, de personalidad suave, con un tono de voz calmado, inteligente, luminosa, entretenida, con una linda sonrisa, con fuerza y a la vez suave, entera, femenina, maravillosa".

De profesión no sé que es, supongo que algo relacionado con el arte, las artes, pero tiene el don en las manos y se dedica a hacer cuadros, figuras de tela, banquitas de madera dibujadas y pintadas de manera curiosa y original. Tiene una tienda por los barrios altos que prontamente iré a visitar.

Además es nuestra vecina, lo cual siempre es un plus, vivir cerca de gente simpática y con las cuales nos unen miles de lazos, siempre es un privilegio a cultivar.

Y cual si no fuera suficiente, es gustadora de los gatos. ¿Para qué más?, lo que en mi lenguaje vendría siendo adjetivada como "UNA POESIA EN MOVIMIENTO".

Y continuamos juntos.

Es bonito cuando ocurre,
cuando las cosas importantes de la vida,
las cuasi históricas se mantienen en el tiempo, tanto tiempo.... ¿te has puesto a sumar la cantidad de años que van?, yo sí, algo como 24 años............ superamos la marca de nuestras edades de entonces, estamos por sumar un cuarto de siglo y seguimos juntos.
Así sí que es linda la vida,
con estas hermosas demostraciones de memoria, de solidaridad, de incondicionalidad a la vena, de mantener las promesas, los sueños, que construímos juntos inquebrantables en el tiempo, el espacio, las adversidades varias.
Felicidades en nuestros tres días.
Te quiero, Los quiero, Me quiero!!

En busca del tiempo perdido.

Hace años atrás, tuve la suerte, aunque no la valoré de la debida manera, de formar parte de un singular grupo literario, que los días viernes se daban cita en una casona hermosa de calle Carmen Sylva, en la comuna de Providencia, fundamentalmente para hablar de Marcel Proust, sus obras, ver documentales sobre su vida y -muy importante-, comer pastelitos.

La anfitriona era Luz Donoso, prima lejana de mi padre, Andrés Orrego, mi padre y Blanca Sánchez, mi madre. A quienes les unía la nostalgia por sobre todo y el amor por la literatura clásica francesa. Recuerdo que en esa rebeldía de adolescente pasada en años, iba porque Luz Donoso era encantadora, porque lo de los "pastelitos", me atraía bastante y finalmente porque en mi existencia "extraña", pese a quejarme por pasar tanto tiempo junto a mis padres, continuaba acompañandolos a todas partes.

La primera vez me toco ver el documental biografico de Proust y quedé bastante emocionada, atraída por este caballero tuberculoso (a lo Dama de las Camelias), que tenía una existencia por demás "romántica", solitaria, gruñona, un tanto edipa y que en sus largas horas de enfermedad, encerrado en su pieza, al cuidado de mamá, las horas transcurrían al son de las letras, de los pensamientos que viajan hasta realidades y lugares que jamás conocimos. Algo que siempre he anhelado practicar ya que lo encuentro lo más entretenido de la vida, estar ahí en el lecho a punto de estirar la pata y dejar algunas miles de hojas escritas con pensamientos o bien historias armadas en base a lo que se sueña, pero no se tiene.

Mi segundo encuentro con Proust, fue cuando mi paire intento que leyera EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, pero yo estaba más perdida de lo que nunca antes creí y pese a que la literatura clásica ya fuere inglesa o francesa, son totalmente de mi agrado, parte de mi, digamos lo mío, por esos tiempos los libros que caían en mis manos no podían ser "enormes" y las intensiones de mi padre, eran de tres tomos, uno más rechoncho que el otro, así que no acepte la invitación.

Y como esta vida es para arrepentirse y ser feliz, ahora pienso que quizás, quizás, quizás.

Aunque si de deudas literarias hablara, confieso que tengo una pendiente con LA MONTAÑA MAGICA de Thomas Mann. Tanto por la novela en sí, como porque alguna vez mi paire amado me la insinúo para leer y porque ahora tengo unos "pendientes" que trabajar con respecto a esa novela, por lo cual, los arrepentimientos por lo no realizado se alarga, se alarga.

Y es que nada es común en la vida o por lo menos no en la mía y da la cuestión que me encuentro en este instante-distante, perdida en meditaciones ya no solamente en "espera de abril", si no también, sobre el tiempo perdido. A veces me baja el urgimiento y siento que mi vida esta por terminar y que no he vivido nada y que sin embargo siento y tengo tantas ganas de hacer, deshacer y realizar tantas cosas, sueños, anehlos, antojos....

Y la sensación, el desasosiego es como si de pronto, mi alma se hubiera envejecido (serán los dolores a por los amores perdidos) y veo mi vida como si fuera la de una vieja de mil años y no de la edad que tengo, que no serán 21 abriles, pero tampoco estamos tan jamonas.

Entonces en este proceso de mentalización profunda e intensa y así mismo de muy poco movimiento (mi estilo), me tiene con todas las energías tomadas. Tengo fé en que tanto pensamiento me llevara finalmente, espero que más temprano que tarde, a mover los tuetanos y atinar, tanto para que los añales no se sigan sumando en el mismo sentido, como porque la neta, me urge mover el esqueleto y darle de comer a mi vida, darme muucho para ver, para sentir, para observar, para vibrar.

Digamos pues, sin ánimo de creerme la muerte o quizás serla sin saberlo, que estoy casi que me acerco mas a Proust y sus divagaciones EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, que otra cosa. Sólo espero, en el camino no enfermar de los pulmones, no ponerle corcho a los muros, vivir mas que añorar, escribir, escribir eso sí sin parar, pero MOVER el esqueleto que no sea precisamente DEL CANTON AL CAJON.