28 de agosto de 2011

Tempestad.

¿Qué se hace cuando la Tempestad interna domina todo?
sentirse lo más pequeñito,
insignificante.

Y el mundo afuera luminoso,
enorme,
colorido,
entretenido.

Querer salir corriendo,
cometer unos cuantos errores,
de los para siempre,
aquellos insolucionables
pero al menos,
sentir que el alma va relajándose,
descansando,
en medio de este torbellino de emociones que no saben por donde salir,
¿si será conveniente hacerlo?

Angelito de mi guarda,
gatito consentido,
que no me desamparas desde aquel día,
ilumina mi camino,
llevame al lugar correcto,
junto a la persona elegida,
proveedor de los afectos ansiados,
por tanto tiempo buscados.
Protegeme,
guíame, acompañame.
No me dejes hacer tonteras,
vacía mi alma de intensidad,
voluptuosidad y desazón.

24 de agosto de 2011

Inigualable.

No me queda más que leerte,
estoy tan estupidamente enamorada de ti,
que si me pidieras lanzarme por el barranco,
lo  haría.

Claro, antes, trataría de persuadirte para que me acompañaras,
pero ante un certero rechazo,
terminaría desmaterializándome en caída libre.

22 de agosto de 2011

Corazonadas palpitantes.

El corazón late fuerte por dentro y fuera,
palpitos intensos,
sarandeos conjugados con el alma, la sangre...

Los olores en mi piel,
su aroma impregnado en la memoria.
Viajando junto al Moro,
hubiera cruzado del mundo hacia marte, de ida y sin regreso.

La ´pequeñez de la ciudad, obstaculizaba el deseo de que el tiempo se eternizara por siempre,
intensa y absolutamente,
todas las exageraciones imposibles, esta noche eran permitidas.
A pensar en todos los detalles, las palabras, el cierre de ojo, las sonrisas fugaces, perplejidades, besos de media boca.
En la calma, esa sensación de felicidad mezclada con exitación y un poco de nostalgia, suspiros hondos, de querer más mucho más de lo que pasó,
suspiros recuerdan el bajar las escaleras,
la ciudad con otros ojos.

Atrapar las sensaciones por minutos eternos,
cerrar los ojos,
la piel morena en contraste con el claro de los ojos y la blanca sonrisa,
su sonrisa, la mía, la nuestra.
Nuestro. Repetir. Volver, comenzar de cero.

Caminando por las calles, cabisbaja,
desesperanzada,
guiños de ojo,
sonrisas, miradas cómplices,
destellos de estrellas fugaces,
la noche más intensa,
palpitante,
corazones estremecidos,
besos de media boca, cercania.
Cercania, tuya, mía, nuestra.

8 de agosto de 2011

Buscar.

¿Qué es lo que busco?
esa necesidad por encontrar,
encontrarte.

Ansías por llenar la ausencia a esas ganas,
necesidad de que seas,
tengas rostro, manos, olor.

Más que una ilusión,
que el amor platónico tantas veces experimentado,
mil veces desvanecido.

Quedar exitada tras el contacto,
de electricidades que quitan el sueño,
repasando cada instante vivido,
las palabras lanzadas,
los silencios, las miradas.

Victima de la necesidad,
a por su atención,
sus palabras,
dirigidas a mi,
junto a su mirada,
convertirse en la más importante, la única.

El de la experiencia por los años vividos, con sonrisa blanca y piel morena. Absolutamente seductor.
El imposible, pese a las ráfagas y costelaciones que cubrieron áquel instante eterno, de amor atómico.
El amor platónico, sus ojos tristes de mirada perruna color castaño oscuro.
¿Existes?

6 de agosto de 2011

La constancia.

Cuando pareciera que no queda nada,
los descubro a ustedes.
Mis amigos incondicionales,
de todos estos largos años,
de existencias agitadas, letargosas,
pero vidas maravillosas y amadas.

 Mis queridos sueños,
añoranzas de los días más felices de la vida,
mis amigos del alma,
de las ensoñaciones,
de los amores platonicos,
imposibles,
los mejores amigos y confidentes.

Los primeros amores,
los momentos aquellos inolvidables,
aquellos que permiten que de año en año,
mantengamos los ritos, las promesas,
las constancias presentes.
Hasta cuando perdemos la cuenta del tiempo transcurrido,
más no así la presencia,
los aromas de las calles recorridas, de las películas vistas, de las emociones sentidas en colectivo, entre nosotros, los únicos, los de siempre, los CA.
Hasta la muerte.
Hasta H.