31 de diciembre de 2016

Año nuevo.

Hubo un tiempo, años atrás, en el que  todavía le otorgaba cierto carácter mágico, especial, misterioso, al año nuevo. A la ilusión del enigma alrededor del cambio de año, de un minuto al otro, de la media noche a la madrugada. Donde todo lo malo, que no te gustaba, lo podías transformar, cambiar, desechar y comenzar de cero, si seguías los ritos apropiados.

Y pese a que poco o nada sucedió, muy en el fondo de mí, todavía suele brillar, esperanzarse y pensar al menos, que dejando un año atrás y en vísperas de uno nuevo, algo bueno puede suceder. Intentar desearlo para sí, para otros, para los amigos, las familias que uno forma a lo largo de la vida y que a pesar de todo lo malo que ocurre en el mundo, sin olvidar, sin dejar de pensar y de reflexionar que se va un año, con una mujer, mapuche, mayor de edad, presa, en huelga de hambre, incomunicada; violadores a los derechos humanos prófugos; otros liberados; otros más pidiendo un perdón de la lengua hacia afuera, como si en ese acto nos devolvieran vivos a los desaparecidos, a los ejecutados, fusilados. Como si en esas palabras vanas nos volvieran el tiempo atrás y en ese viaje la confianza, ánimo, fe en la justicia. Como si mañana domingo 1º de Enero, todo lo que no ha sucedido en una vida, fuera posible de ocurrir un minuto después de la media noche. 
Será por todo eso, que cual papa caliente, no sé mucho cómo, qué hacer, con este rito de año nuevo. Cuáles debieran ser los verdaderos deseos que de cumplirse, sucedieran. Quizás la esperanza de algún día seamos otros, más conscientes, realmente humanistas, solidarios, que nos agrupáramos para reaccionar, actuar, movilizar, terremotear, en pos de la verdadera justicia y dignidad. 

Es por eso, que con todos estos pensamientos a cuesta, me sumo en parabienes positivos, de fuerza para mis más cercanos/as, amigos y amigas, con mucho cariño, alegrías, rebeldía y lucha, para el 2017.

30 de noviembre de 2016

San Andrés Peras cocidas.




Para mis Andrés que llevo en el corazón y que están todos allá lejos....

28 de noviembre de 2016

Santa Blanca.

Querida Mamita,
En este tu día santo, que no estás y que sigo recordándote, 
y al mismo tiempo no puedo dejar de pensar en la vida,
en la que estamos paradas,
estamos la Manu y toda la gente querida y yo,
nunca imaginé que me pegaría tan fuerte la muerte de Fidel,
la Manu dice que es una manera de vivir el duelo por mi papá,
pero yo creo que en parte puede ser eso
y en otra es realmente la pérdida de Fidel,
que como nos lo dibujaron ustedes durante toda la vida,
era nuestro padre universal
y como el mundo está convertido en una soberana piltrafa,
pensar y sentir que aquel ser inteligente, visionario,
que vivía en Cuba,
de alguna protegiéndonos a todos,
confieso que de alguna forma sentía una cierta tranquilidad,
una protección más allá de lo explicable, 
saber que alguien tan cercano a mis papás,
que pensaba igual,
que amaba a América Latina de la misma forma,
ya no está,
realmente provoca que el alma, el corazón, la sangre, 
se contraiga,
sensación de apretuje interno
y unas ganas de llorar a gritos, a mares.

Tengo tanta pena,
me siento de un desolado,
como si nuevamente se murieran tu y mi papá
y yo fuera chiquita
y necesitara protección, cuidados, contención.

La verdad sea dicha no tengo esperanzas,
transito por la vida simplemente,
no tengo horizontes,
mi México ya no está,
los amigos muchos han desaparecido,
ustedes tampoco están,
como que de pronto los sentidos se apagan,
los motivos no los veo,
si fuera egoísta y solo pensara en mi dolor, mi pena y vacio, solicitaría el fin de mundo,
pero como por suerte no tengo ese poder
y no soy tan egoísta como para centrar todo en mi ombligo,
entonces no me queda otra que no sé,
llorar,
pensar de noche en el devenir,
llorar, llorar y llorar
y no sé si en algún momento encontrar una solución, una forma, un algo posible para continuar... 

26 de noviembre de 2016

Para ti, Fidel Castro.

Lo supe casualmente hoy en la mañana,
la desazón comprobada que,
Fidel Castro, mi Fidelito querido, había muerto.

Y la tristeza ensombreció todo,
porque Fidel Castro, 
no tan solo es un hombre,
un líder, un ejemplo,
sino que también e infantilmente,
carga con la mochila de haberse transformado,
a través de la imagen que mi padre nos heredó,
sino como un otro papá,
sí el ser universal que nos protege.
Será de tanto amor que mi padre le profesó siempre,
amor, veneración, imágenes, historias,
las historias, hazañas de la materialización de la revolución cubana, 
el viaje que mi padre hiciera a Cuba para recorrer también, décadas después, la Sierra Maestra. 

Fidel en nuestra vida siempre,
como un pariente más de la casa,
de la familia,
un puesto en la cotideanidad de la existencia,
sumado al hecho no menor,
que ambos nacieran un 1926, 
la admiración de uno a por el otro,
inevitablemente creció la sensación de doble protección en esta vida: mi padre Andrés Orrego y Fidel Castro.

Una maravillosa vez lo divisé muy, muy cerca en Buenos Aires,
con su altura, su barba, vestido en verde olivo,
aquello que sientes un orgullo,
una alegría inmensa mientras el corazón se sale por el pecho. 

Un orgullo y devoción heredado de padres a hijos,
que hoy en más quizás,
rodea el alma al son de hondo abandono,
otro más que se va
nuevamente, 
experimentar la historia de vacío,
de soledad.

Soledad,
de sabor a desolación,
de aquella que no calmas con la humanidad completa,
que entre todos no logras encontrar aquel, aquella, aquellos que realmente protejan,
contengan,
sino más bien....

Orfandad,
ya por falta de familia,
sumada a la desorientación de ideología,
aquella que continúa volando por los aires,
sin encontrarse con uno,
sin hallar su destino.

Y en la desorientación,
nuestro querido él,
la última esperanza de protección que nos quedaba,
que ingenuamente pensé inmortal,
tampoco estará.

Desolación,
total, enorme, inmensa,
honda, profunda.

Depresión,
de la que aprieta el pecho,
quita el aire,
deja sin respiración,
de mirar al cielo y no ver colores,
ni el día soleado, hermoso, 
las plantas contentas, verdes, llenas de colores, aromas,
porque el corazón sufre,
sufrir, sufrir, sufrir,
la desolación de volver a quedar abandonada,
desolada, desamparada.

Desamparada,
como una niña paseándose sin rumbo,
caminando y mirando hacia todos lados,
para ninguno,
sin dirección,
sin instante de luz,
sola, sola, sola,
desolada,
desamparada junto a mi sisterna Manucita,
desoladas junto a mi sisterna Manucita y Tope y Suki,
solas en el mundo

Y sé que más temprano que tarde,
volveré a levantarme y continuaré este camino,
pero por ahora,
me quedo con las siempre amigas nostalgias, memorias, añoranzas, en la pena, honda pena, dolor, de saber muerto a Fidelito querido.

13 de noviembre de 2016

Felicidades atrasadas!!

Si fueran otros tiempos,
en vez de esta epístola,
estaría a tu lado dándote las felicidades. 

Pero, la vida nos puso en las circunstancias en las que estamos 
y ante lo inevitable, mejor es adaptarse. 
Sin embargo, el día de tu cumple, 
olvidado realmente por mi,
ocurrió que las casualidades devolvieron tu recuerdo hasta mi,
a través de una imagen,
para después caer en cuentas que ese día, 
era el día de tu cumpleaños.

Tanto que ha pasado por nuestro lado, 
a nuestro lado 
y sin nosotros
y pese a todo aquellos lejanos y distantes - instantes, 
me hicieron recordarte en tu día. 

Ya no tengo amor para darte,
porque se transformó primero en odio 
y después indiferencia,
hasta llegar al olvido, 
pero en nombre de todo lo vivido juntos, 
que fue muy bueno hasta que dejó de serlo, 
es que al recordar tu día 
producto del destino, casualidad o como queramos llamarlo, 
pone en mi memoria tu recuerdo
y algo ocurrió, 
algo se prendió. 

Nada que signifique nada,
algo que duró un segundo, 
pero sí todo aquello,
que dejando atrás lo malo,
permite desearte felicidades, 
atrasadas, no en tu día, 
en nombre de los buenos tiempos 
y porque al parecer y pese a todo, ya no  me dueles.
Abrazo!!!

7 de noviembre de 2016

La Madurez.

Anoche, antes de dormir me puse a conversar con mi voz interna,
aquella que es a la vez conciencia,
que susurra en tu oído cuando haces bien y cuando haces mal,
que te reprende y felicita,
aquella mi voz interna-conciencia.
Y haciendo una suerte de resumen de actividades,
me decía:
- tanto que llevo de conocerte y no logro entender tu comportamiento ¿eres la esencia de  una mula? ¿o qué?
le contesté,
que si bien tenía motivos de sobra para pegarme un balazo,
no sentía que mi actuar fuera el de una mula,
si no el de una persona, 
que pese a todo, 
no es que crea en la humanidad, 
pero sí en algunos de los seres, que cuando están en masa, conforman esa palabra, en esta tierra.

Y esas palabras, reflexiones iban y venían,
arrullaron mi sueño hasta quedarme dormida,
para soñar aquello tan esclarecedor que se apoderó de mi inconsciente.
Creo que hoy entendí como nunca antes,
que existen dos formas de analizar y comprender un sueño: 
la literal y en la que ahondas en cada fragmento de éste.
El mío era más claro imposible,
literal y esclarecedor,
porque llevaba en su esencia,
el resumen de todo lo sentido.

Aquello que de tanto en tanto sucede,
cuando sientes que unas puertas se cierran tras de ti
y dentro de esa casa, queda la negrura misma
y entonces,
aparece una ventana, 
de cortinas blancas, luminosa, hermosa, de cristales limpios,
que te invita a entrar.
Ingresar a lo nuevo,
donde quieran conocerte,
aceptarte tal cual eres,
saber de ti y tu de ell@s,
mezclarse con calidez y respeto.

Y con los esclarecimientos en la palma de la mano,
comenzar a hilvanar otras historias,
donde lo bueno de mi se mantenga,
aprender a dosificar,
de esencia es intensa, 
si amo es con todo,
si soy amiga es para siempre,
si estoy es ahí
y así antes era con la misma magnitud el odio, la venganza y el rencor.

Pero en tiempos de madurez, 
de crecer y aprender,
de buenas y malas, 
lo hacemos sin odio, sin vengarme, menos atesorar rencor.
No luchamos contra natura,
pero de estar presente absolutamente,
ahora desaparecer totalmente,
aquello tan mío: la radicalidad inquebrantable.

Bien sé,  que si no soy yo la que me quiero, valoro y aprecio
¿quién lo hará?
que quienes eran ciegos proseguirán así,
soy como soy y no todo de mi, quiero modificar
cuando lo he intentado, 
solo enmierdar mi alma he alcanzado.

Mentalizada estoy,
alejo todo lo malo,
a los que no me ven,
que no me sienten,
me ignoran,
a esta mi persona-lidad enorme,
intensa, extrovertida,
no gasten energías apagándome,
invisibilizándome,
les ahorro el trabajo,
desapareciendo sin chistar,
solo a la vista de quienes me quieran ver.

Lejos de mi,
apártense ya,
abro todas las ventanas,
de cortinas o suaves tules blancos, 
por donde entrar,
invitada a pasar,
para todo el que quiera ver, sentir, querer, devolveré lo mismo en mayor cantidad.

Gracias universo,
gracias por las fuerzas,
las que permiten levantarme,
continuar sin mirar atrás,
sin venganza, ni rencor,
para seguir caminando por la vida, vivida, para vivir, vida.

31 de octubre de 2016

Nostalgias.

Vuelvo a recordar cierta historia,
cada tanto que paso por esa calle y mis ojos se posan en aquel caserón,
donde tuve por primera vez mi primer abrigo,
aquel por el que tanto rallé,
que me gustaba tanto, tanto,
tanto es así,
que lo continúe usando incluso, cuando la moda había pasado.

Era ancho,
en esa amplitud donde el cuerpo se pierde,
mientras que la parte baja,
la que llegaba a mis piernas,
se angostaba, encarcelándolas bajo un candado de botón al tono,
era un diseño extraño y particular,
con sus grandes botones de plástico en el tono de la tela,
azul brillante, 
de cotelón azul brillante,
típico de los años ´80.

Ese caserón lo conocí con mi padre,
un día que  íbamos del brazo caminando por las calles del barrio
y de pronto,
según yo casualmente,
creo que para él no tanto,
encontramos esa boutique especializada,
en abrigos para damas.

Eran otros tiempos,
otra época,
de hecho hace 29 años atrás
y que hoy cuando paso por esa misma calle,
aunque todo ha cambiado,
mi padre ya no está a mi lado,
no puedo evitar posar mis ojos ante el caserón
y recordar esta misma historia.

19 de septiembre de 2016

¡¡¡ ... Feliz cumple ... ¡¡¡

Querido primito de mi corazón,
En él sigues estando todos los días de la vida
y en esa misma existencia,
de vez en siempre,
te saca a relucir la memoria,
los recuerdos,
momentos compartidos juntos.

Y a medida que pasa el tiempo,
no puedo evitar preguntarme ¿que sería de los dos, si estuvieras aquí? ¿nos veríamos más? ¿haríamos otros viajes juntos? Inolvidables momentos por siempre jamás, atesorado en los recuerdos, en la memoria, en el aire, la coca cola, la pizza y esta ciudad donde nos conocimos....

Te quiero siempre, Feliz cumple!!

6 de septiembre de 2016

Los amigos paternos que están partiendo...

Querida mamita,
Anoche fuimos la Manu y yo a despedir a la María Eugenia Rojas, abrazar a la Pachi y a la Licha. 

Por primera vez en la vida, la idea de ir a un funeral, con o sin la Manu, no me significaba una ventana de vida social, quiero creer que en parte es madurez y en esa misma parte, la ubicación de los lugares, que da el crecer.
Pero el punto es que aquella misma madurez, provocó que desde que nos enteramos hasta el momento en el que fuimos para allí, la cabeza costó hacerla centrarse en el trabajo, había una ansiedad certera dando vueltas en el ambiente. No pude dejar de pensar en trivialidades bobas y tontas como que María Eugenia, no podría ponerle aceite de oliva a la ensalada, ver TV esta noche, mirar el cielo de esta tarde en particular, que según yo a raíz de su muerte, estaba realmente hermoso, rojoso, tan rojoso, capaz de volver a pintar en ese tono, nuestras desteñidas baldosas del patio. Aquello que se le conoce como un fulgor. El cielo estaba totalmente fulgurante en rojo, es decir, encendido, triste, apretado de corazón y alma, como nosotras, pero encendido.

La ansiedad seguía marcando la pauta de la tarde, pensaba en el día que te velamos, aquí mismito en mi pieza, volvi a ese momento, a toda al gente que vino, a los indeseables, a los queridos y cálidos que realmente estaban acompañánandonos y volví a la idea de ir donde Licha, donde la Pachi, el deber de estar aunque sea un rato a su lado, abrazarlas, contenerlas y realmente tenía una sensación como de desasón, quizás tímidez (¿yo?), no lo sé.
Y cuando finalmente llegamos a la casa, nada menos que a la de Pachi, el ver a toda esa multitud de rostros conocidos, por suerte muchos de mi pasado en común con Licha y Pachi, en el CODEPU, fue alentador un poquito, porque la tensión entre Manu y yo, era evidente. Intentando mover a las vaquitas viejas, que apiñadas impedían el paso, nos dirigimos hasta el féretro donde también estaba Licha. Fue una espera, que desespera, porque uno siente que quiere simplemente abrazar a la persona y salir corriendo y ese momento no llegaba. Pero ocurrió y nos abrazamos, bien apretado y solo atiné a decirle "ahora somos órfanas completas" y ella asintió. Creo que es la primera vez en la vida que abrazo tan apretado a Licha, además de sentir su mutuo y cálido abrazo para conmigo, fue lindo porque mientras ocurría pensaba en ustedes papito y mamita, en la María Eugenia, en el Fernando Ortíz, en esa cosa rara que ocurre cuando sucede, que le dicen el curso natural de la vida, que los papás maldita sea, se van y uno aunque sea grande, siente que no lo es tanto y se queda, se queda solo, rodeado a veces, de miles de personas.

Pensando en ti, en llevarle algo de tu parte también, para quien fue tan solidaria con nosotros, tan amiga, tan intima en su momento, llevamos una rama de Camelia la tejana, llena de flores, de unos cuantos botones a punto de explotar, para que siga florando junto a ella, que tanto, tanto, le gustaba la naturaleza. Y pienso justamente en eso, en que le gustaba la naturaleza, las plantas, los árboles, las flores y pienso que de haber sido otra yo, otra edad en la que la conocí, mucho más de conversación hubiéramos tenido...
Y bueno, ya estábamos ahí y sin embargo, al menos yo, como que quería irme inmediatamente. Los rostros canosos, teñidos y peinados al estilo ONG seguían llegando, apiñándose en el living de la casa de la Pachi, que como tal, no es una mansión. Pero también queriamos saludarla y abrazarla a ella, asi que hicimos ruta para devolver los pasos en su búsqueda, hasta que nos aconchamos en un rincón, por donde el paso de la gente embestía menos que antes. Y las casualidades especiales de la vida, como me gusta pensar que son y ocurren, estábamos con Manu, intentando acercarnos a la Pachi, cuando entra un hombre con una señora mayor, de bastón y guiada por este señor, una señora bastante mayor. Una mujer bajita, de pelo bien canoso y un poco crespo, muy linda ¿o será que me encanta la gente mayor y los encuentro a todos lindos?, no lo sé, pero era linda de todas formas. Y llegaron, nos voltearon a ver, nos saludaron, devolvimos el saludo y siguieron sus pasos hasta los familiares de la Eugenia. Después tierna y sutilmente me enteraría que era la hermana de Fernando Ortiz, aquello que al menos para mi, es emotivo, emocionante y me hace sentir, que guiada por mis paires, entro y salgo un breve instante, de aquellas vidas, historias, personas, amigos.

Finalmente logramos encontrarnos con Pachi, que sigue igualita, siempre menudita, con su pelito bien blanco, su carita como de pajarito, de pajarito pequeñito, un gorrioncito picarón, que sonrié y también muestra esos dientes completos y blancos. Siempre sencilla, con mucho estilo y elegancia. Nos divisamos entre medio de las muchas personas, mutuamente hicimos el esfuerzo de encontrarnos, darnos la mano, abrazarnos, abrazarnos bien abrazadas. Y la sentí tan pequeñita, ya no mi siquiatra, consejera existencial, ya no la que me acogía con sus palabras y guías para alcanzar una mejor vida, si no que esta vez, la mujer que se queda sin su hermana mayor, a quien se le nota triste, que ahora que la sabe lejos, que no estará más, comienza a pesar la ausencia. Y asi como con Licha, el abrazo fue bien apretado, bien sincero, con ganas de no soltarla en harto rato... 

Otros abrazos nos separaron y me quedé ahí medio atrapada por la gente, que seguía llegando o entrando y saliendo, los cuales impedían movimiento alguno. Es entonces en esas situaciones que uno echa mano de lo que tiene más cerca, como sus pensamientos... los cuales decidieron memorizar todo lo vivido, sentido, para después contarselo a mi mamita al llegar a casa. Hasta que caí en cuentas, para mi pesar pesaroso, que no estarías en casa esperando te contáramos cómo había sido, cómo estaban la Licha y la Pachi..... me dio un bajón de aquellos, una pena honda, recordar que no estás, que al igual que la Eugenia, también te fuiste, también estás muerta, que te le adelantaste hace tres años y dos meses... pero final de cuentas, igual de lejana, ausente que ahora ella, para sus hijas, para la Pachi.

2 de septiembre de 2016

Hubo un tiempo....

Hubo un tiempo en el que tenía una meta que alcanzar,
un lugar al que llegar,
el que me daba las energías,
la vida, la vitalidad para continuar,
para no desfallecer,
para sentir que pese a todos los peros del universo,
había un lugar único e irrepetible,
donde el sol brillaba más fuerte,
donde los colores eran más lindos,
qué decir los aromas,
el amor estaba en cada esquina esperándome,
los amigos, el amor, los amigos, el amor.

Y de pronto todo cambió,
más allá de los por qués,
lo que me duele
y me hace pensar cada que detengo la rutina,
el acelere existencial,
es que me quedé sin norte,
sin ruta, camino, horizonte que alcanzar,
ya no existe un lugar propio, único e irrepetible por el cual luchar, vivir, sobrevivir, esperar, para alcanzar.

Una parte de mi está total y absolutamente vacía,
se siente ahuecada de corazón,
no quiere como antes,
siente que ya no tiene amigos a quienes querer,
menos en quienes confiar, 
de un derepente la multitud desapareció,
la mesa larga, larga, larga llena de conocidos queridos, amigos queridos, se esfumó
y quedaron sentimientos oscuros, grises, tristes.

Ese vacío de tanto en tanto aparece en mi mente,
recordándome más que nada que hubo un tiempo en el que tenía razones, motivos, causas, sueños, que alcanzar, por los cuales luchar para llegar a ellos.
Hoy ya no,
de pronto a veces los días se tornan todos iguales,
grises, sin distinción,
en otras me acuerdo que pese a todo cuento conmigo, con mi sisterna Manucita, con el Tope, con mi hermosa casa, mi patio, las plantas, el aire, el sol, mis pies para salir a caminar, recorrer el mundo y que por más que cierre y cierre mi corazón, mi alma, los ojos al mundo, de tanto en tanto me encuentro con gente distinta, nueva, variada, que me quiere..... aunque intenten querer cambiarme, ignorando que jamás lo conseguirán, es gente linda, nueva, distinta, con la cual encariñarse. Pero como las experiencias algunas, se hicieron para servir en algo, pese a todo, pese a mi esencia sociable, de ahora en más existe un bichito, un algo, en mi interior que no me deja ya retomar esa energía, esa intensidad con la que antes vivía la vida ¿será mejor así?

No lo sé,
sólo sé que hubo un tiempo en el que creía que cuando el sol brillaba más fuerte, luminoso, amarilloso, era porque cosas buenas estaban por ocurrir, muchas de ellas quizás para mí, para ayudarme a alcanzar mis horizontes.... 

6 de agosto de 2016

.... ¡¡¡¡ 6, 7 y 8 ¡¡¡ ....

Días atrás constataba un tanto triste, 
que nunca más volví a tener amigos como tú,
ni como los de (CA),
que es triste pensando en que no ocurrió más,
pero me siento feliz que al menos,
existas tú, exista CA en pleno.

Me preguntó si será tema de la adultez,
de perder la capacidad de encontrar,
encontrarse
y ser feliz,
a diferencia de ahora,
en donde no encuentro a nadie más,
nadie como tu,
nadie como los CA,
en donde la alegría por estar juntos sea lo más importante,
donde no existen las traiciones,
menos las mentiras,
todo es casi idílico
y por tanto maravilloso.

Donde podemos hablar y conjugar la palabra amigos,
con toda la confianza del universo,
porque sabemos que estemos donde estemos,
nos pase lo que nos pase,
siempre, siempre, siempre,
llegarán estos días,
nos pensaremos,
volveremos a vernos,
a estar,
ensoñarnos,
querernos
y para qué más.

Felices días mi querido,
felices días mis queridos,
por siempre felices,
por siempre mis queridos amigos.....

26 de julio de 2016

.... ¡¡¡ Un nuevo 26 de julio ¡¡¡ ....

Hoy,
aunque ya no es un hoy como hoy,
ahora,
hace tres minutos,
de un día que no era martes como ahora,
si no que viernes,
como hace tres años,
la luz entró por la ventana,
acariciando cálidamente tu cara.

Mamita querida,
en un hoy, 
como hoy,
26 de julio,
de un viernes no martes,
a las 18:00 horas,
tu corazón dejó de latir,
tu carita de sonreír,
tus oídos de escucharnos,
tus ojos de mirarnos.

La tarde, más o menos como aquella vez,
fría, de invierno
y en algún lugar lejano,
no aquí, 
el sol entra por otra ventana,
calentando otros pies,
acercándose lentamente a otro rostro.

Hoy martes 26 de julio 2016,
tres años después de aquel viernes...
fuimos a llevarte un poquito más de nuestro amor, con la Manu,
adornamos todo con lindas flores,
una miga ave pimentón,
al son de margaritas azules y naranjas,
otras silvestres de por ahí,
sumado a tu cuarzo,
cortezas de árbol.
El susurro del aire cantó al son de muchos de nuestros temas familiares, para que tanto tú, como mi papá y los abuelos, se mecieran en sus diversas tonalidades. 
Siempre en nuestra memoria y corazón mamita hermosa!!!

... ¡¡¡ Tres años ¡¡¡ ...

Querida mamita,
Esta madrugada tuve algunos malos sueños, recuerdos de situaciones en la que no estuve a la altura de las circunstancias, contigo, pero aunque no sirva de consuelo, quiero que sepas, que desde que te fuiste, mi vida se partió en dos. Me quedé sin ningún afecto que haga latir fuerte a mi corazón, como final de cuentas lo hacías tú y mi papá. 
Ya no existen esos miles de amigos  con los cuales llenar una mesa larga, bien larga para mis cumpleaños, ahora en su mayoría, todos no son más que espejismos.
Comprendí posterior a tu partida, que no tengo a nadie incondicional como lo eras tú. Y supongo que tampoco nadie, nadie, que me quiera como lo hacías tu.

Porque eras mi mamá y solo las de tu rango, nos quieren para siempre e incondicionalmente a pesar de todos nuestros defectos y ahí es donde uno se confunde y cree que los amigos, las personas que se dicen cercanas, son una continuación del cariño que tu nos dabas, pero...

Tu muerte produjo un corte radical en mi vida, 
que al mirar para todos lados,
descubrí que jamás de los nuncas encontraría en la vida, en la tierra, quizás sí en el aire, entre las nubes, alojado entre las flores, alguien como tú. 
Con tu incondicionalidad, 
tu generosidad,
amistad, compañía.
Yo sé que me quisiste y te agradezco y a la vida también, por haberte tenido de mamá, 
a mi lado todo el tiempo que pudimos estar 
y que siempre, siempre será así,
aunque con gusto a poco sienta que pudo haber sido por más tiempo.

Te quiero eternamente mamita,
siempre estás en mis pensamientos,
en el corazón,
en los pasos que doy por esta ciudad que siento tan ajena,
que a veces en algunos rincones recuerdo situaciones vividas con ustedes,
de ti o de mi papá,
entre ustedes,
recuerdos de antes de nosotras
y por un instante un hilo conductor me une a ello
y después vuelta a la realidad.

Pero ahora sé que ya no es solo un tema de lejanía con este país,
si no que también con cualquier lugar a donde mis pasos me lleven,
porque sé que al volver,
no los encontraré a ustedes,
no podré contarles lo que vi,
lo que sentí,
conversé con otros
y es entonces que la intensidad de todo, pierde color, tono y sentido.

No quiero consagrar la vida a tu muerte,
preferiría hacerlo a tu vida,
a buscar retazos de tu niñez, juventud,
pasajes donde la vida salga por tus ojos,
por tu sonrisa linda,
por el remolino de tu pelo,
mi querida mamita linda.
¿Tu qué dices?
Besos miles de mi corazón para ti!!!