24 de enero de 2013

26 años.

¿Por qué será que las fechas que más trastocan suelen ser las más tristes?
En mi caso, la muerte de mis abuelos, de mi querido primo, de mis mascotitas, de amigos queridos y después de mi papá y por sobre toda la historia de mi vida, aquel 24 de Enero de 1987 en el que volvimos a Chile dejando atrás a mi amado México.

26 largos y anchos años,
en los que he armado una vida,
me he convertido en una persona grande,
más mucho más que cuando llegué,
que en realidad era una chica de 17 años metida en un cuerpo de una mujer que tenía que madurar y con la mente de una niñita de 13,
tanta, tanta vida que ha circulado, corrido, pasado por delante,
y sin embargo el amor verdadero, el cariño sincero, los  para siempre, jamás y demás,
siguen en un solo destino,
dirigidos hacia un solo lugar,
en ese lugar rodeados de toda, toda, toda la gente que más amo,
que más momentos gratos, pocos ingratos, me ha hecho vivir.

Nostalgias,
sobre todo una vida basada en la nostalgia,
el deseo de volver a vivir aquellos hermosos años de infancia y juventud,
en aquella hermosa ciudad de Guadalajara,
en mi barrio, con los vecinos,
compañeros de Prepa,
tantos lazos que quedaron armados para siempre jamás.

Por eso que no es nada simple,
es que cada instante, ahora sumado en 26 años que han pasado,
me toca tan dentro,
tan profundo y como todas las tristes fechas antes mencionadas, siguen latiendo, sigue latiendo, fuerte, intenso en mi corazón.
Te amo Guadajalara, Jalisco México, te voy amar, los voy amar toda la vida en la que tenga vida para estar viva y seguir nostalgiandolos y con la esperanza siempre presente de que el día menos pensado volvamos a estar juntos.

20 de enero de 2013

Frustraciones...

 
Miro el mundo y todos han cambiado,
alcanzado las metas más anheladas,
y el primer pensamiento que llega a mi mente es que yo no,
sentimientos de frustración nublan la mente,
desazón, sin sentido, sin razón, sin posibilidades de ir más allá,
saber que se ha dado tanto, quizás no todo, pero tanto y sin embargo las verdaderas metas, objetivos, sueños no se logran alcanzar, 
pero para otros si, para otros pareciera ser todo más simple, sencillo, fácil,
no para mi.

Otros que en realidad no me interesan,
no pueden estar más lejanos de mi,
del cariño, de la vida,
y sin embargo me duele pensar que ellos si y yo no,
o yo no tanto,
no tanto lo que quiero,
no tanto lo que yo quiero alcanzar, conseguir,
y siempre con las ideas fijas, con los objetivos claros,
y sin embargo la posibilidad de alcanzarlos se diluye,
tardan en lograrse, tanto, tanto, siempre tiempo, tiempo por esperar, por trabajar, por lograr.

Frustración,
crece, sube, se apodera de las ideas, de los sentimientos, nubla, crece, frustra,
sentimientos oscuros,
deseos de lanzarme por el Olimpo sin pensarlo dos veces,
sin pensarlo,
terminar con las esperanzas,
sueños que tardan tanto en llegar, dejar de luchar, de cansarse, sumar frustraciones más que alegrías menos.

La frustración sigue en aumento,
la mirada se enegrece,
nada importa, ni los sonidos, menos los aromas, los colores, negro, negro, frustración, dolor, rabia, impotencia, deseos de gritar, gritar tan fuerte que con el sonido de mi voz me parta en mil pedazos, irreconocible, inarreglable, fin, terminar, adiós.

Y de pronto la calma,
ese optimismo casi malsano que se apodera de mi vida,
de los latidos, orientaciones,
que recuerda los muchos viajes por hacer,
el más importante,
por el que va la última lucha,  la vida misma,
los sueños y sin ellos o con ellos, nos vamos todos a la mierda, al abismo o a la gloria misma.
Quizás la espera sirva de consuelo, sumar todas las esperanzas en ese lugar, ese viaje, ese lugar sagrado, las esperanzas, sueños, metas, alegrías concentradas, 
en ese lugar, mi lugar más amado,
y si no,
será entonces, momento de decir adiós y para siempre.

13 de enero de 2013

Tentaciones....

La tentación latiendo tan cerca,
vigilante,
y sin embargo nadie se atreve a nada más.

Miles de sueños, deseos que salen a pasear,
muchos, muchos sueños,
morfeanos, reales, sueños, sueños,
momentos que podrían ocurrir.

Tocar tierra,
desvanecimiento de intensiones,
miedos,
el tiempo olvida con el transcurso del viento.

Y nuevamente tú y siempre tú,
sigues ahí tentando,
latiendo, merodeándo,
¿crees que no me doy cuenta?
pero nadie se atreve a nada más.

No corren los tiempos correctos,
¿existe ese tiempo?
nadie se atreve a nada más.

12 de enero de 2013

Y la vida simplemente!!

A veces uno quisiera ser distinto a lo que se es,
y de pronto las energías se tornan como las de antaño,
y ya nada, nada, nada importa tanto,
la pasión por lanzarse a la aventura, de recorrer calles, lugares, mirar cielos, siempre only the lonely, pero no por ello menos entretenida, menos apasionante, arriesgando la vida, todo, todo, todo, con tal del disfrute absoluto de viajar, cambiar, salir, estar, estar lejos y frente al mar, naturaleza, arboles, frio, viento, mar, islas, aventuras, gente nueva.


Renaceré, renaceré, renaceré,
y una gran voz extraterrestre me dará
la fuerza antigua y dolorosa de la Fe,
para volver, para creer, para luchar.

1 de enero de 2013

Claudio y el asesino.


Mucho antes de que llegara el momento de conocerlo ocurrió esta historia.
En esa época yo tendría unos 17 o 18 años, trabajaba de investigadora privada para Scotland Yard, quienes me habían contratado para resolver una serie de asesinatos, que ocurrían en cierta ciudad de cierto país sudamericano. 

Por suerte tenía un compañero de colegio que rentaba un departamento en dicha ciudad y le pedí alojamiento, lo que no me advirtió, fue sobre el rumier que vivía con él.

La mañana que llegué a instalarme a la ciudad, justo estrenaba mis zapatos de tacón de 20 centímetros, de tiritas de cuero color camel, los cuales combinaban a la perfección con mis pitillos de mezclilla color azul. Con cierta práctica en el mundo de las alturas de calzados, confieso que por esas alturas y los baches impresionantes que tenían las calles de dicha ciudad, tras saltar, correr entre hoyos, sinuosidades cementeras, terminé con tremendas ampollas en los pies. Logrando un equilibrio nunca antes imaginado, sin caer en algún agujero insalubre, llegué a Lexington Avenue 476 dpto 509.

La puerta estaba entreabierta, entré lanzando maleta y cartera, mientras bajaba de los tacones y entraba al hogar. Propuesta a sentarme en el único y no precisamente mullido sillón de futón que adornaba el living del departemento, apareció de alguna parte un hombre con chanclas rojas, calcetas negras largas, bermuda azul marino y polera roja con dibujo al centro, quien se paseaba de un lado al otro de la habitación denominada "living" sin darse cuenta de la intromisión al lugar, ya que ocupaba su atención en resolver un crucigramas que llevaba en una mano, mientras con la otra se rascaba la cabeza con un lápiz de mina. Lo saludé:
- Hola mi nombre es..
Primera pasada de largo sin mirarme
- Hola soy Colomba, amiga de..
Segunda pasada de largo sin mirarme
- DISCULPA HOLA SOY¡¡¡
Al fin logré su atención
- Ah que ¿quién eres?
- la amiga de José
- Ah tu eres
- Si, mucho gusto..
Me paré del sillón alargándole la mano que él despreció y siguió camino hacia una de las cuatro habitaciones que salían al hall o living del departamento.



Descansé del cansancio y la rotería unos minutos, para buscar en las habitaciones a mi amigo. La primera puerta era el baño, la que seguía, mi dormitorio, la contigua la de mi amigo, donde no había ni luces de él y por último ya sabemos quién la habitaba. Fui a mi cuarto, ordené mis cosas, me cambié de ropa y partí a comenzar mi trabajo.
Cuando llegué a la noche a casa, con un litro de leche descremada y un manojo de plátanos, mi amigo todavía no aparecía, el individuo estaba sentado en el futón del living mirando la TV que estaba frente a él. Pasé de largo sin perder el tiempo en saludar, hasta la cocina para prepararme una leche con plátano cuando el individuo hablo:
- ¿tendrás suficiente leche para convidarme?
Plop
- claro
Le entregue su vaso y me metí a mi pieza.

A la mañana siguiente, cuando me marchaba el individuo me volvió hablar:
- Buenos día, mi nombre es Claudio
- Hola, yo bueno, mi nombre es Colomba
- Oye cuando vuelvas trae más leche para que prepares con plátano.
Y entró al baño.

A la noche llegué con dos litros de leche descremada y un poco más de plátanos, estaba preparandolo cuando Claudio salió de su habitación, se sentó en el futón y resolviendo un crucigrama me dijo:
- Estoy seguro que el asesino es el reportero de chaqueta gris, que estaba en la puerta fotografiando el cádaver.
- ¿que?
- si, estuve mirando detenidamente la escena del crimen y el fotografo tenía una actitud sospechosa de morbo más que de sorpresa.

Una semana después, una vez solucionado el asesinato en serie, que efectivamente ejecutaba el supuesto reportero de la chaqueta gris, que no era otra cosa que un enfermo mental que mataba mujeres de una edad determinada, la de su madre cuando lo abandono y a quienes les tomaba fotos, para empapelar las murallas de su casa, pasé a despedirme de Claudio y contarle los hallazgos de su fina observación, al fin estaba mi amigo el que me dijo:
- Hola Colomba, asi que has resuelto un nuevo caso ¿eh?, bien por tí. Oye asi que Claudio te ayudo ¿eh?, está bueno eso porque debes saber que en unos 20 años más él conocerá a tu hermana menor y vivirán su amor durante varios años. Bueno, espero nos veamos pronto oye y que bien haces la leche con plátano, no te conocía ese plus.
FIN.