12 de julio de 2008

Ocurrió en un vagon de sardinas.


Lamentablemente no soy de plástico
siento
quizás el problema esta en que siento demasiado
lo que tengo
lo que no
lo que quisiera alcanzar
la pena que me produce no tener lo que quiero
la alegría por de pronto una felicidad.
Ayer viajaba en el metro
estaba enterrada en mi música y en los pensamientos miles que cruzaban mi mente
ninguno demasiado positivo
ninguno alentador
todos mas bien recordándome a cada instante que no soy de plástico y que !vaya! cómo duele no serlo.
Ensimismada en mis cavilaciones estaba, mi mano se sostenía en uno de los pasamanos de los extremos de la puerta, el metro estaba entrando en su tierno horario pick y la caja de sardinas bullia.
Al principio pensé que mi mano se resbaló por el tubo
y que fue el contacto sin querer el que me mantuvo en excesa cercanía con la piel de otra persona, aleje mi mano, la subí, pero a los segundos volví a sentir....
ése era el tema
estaba sintiendo
sintiendo algo que no era yo,
no eran mis cavilaciones ombligudas, las penas de mi corazón, ni del alma
un externo, un "algo" estaba provocando el verbo "sentir" en mi humanidad.
Por esa cosa tan especial que tenemos los chilenos, el contacto me asustó y volví la vista al punto de acción donde se conjugaba el verbo "sentir", jurando que me encontraría con el estrangulador de Santiago, el mas feo del metro, el viejo pervertido que quién sabe mas bien con qué parte de su cuerpo me estaría tocando
después tendría que planear como ALEJARME del ser putrefacto.
Pero cuál fue mi sorpresa cuando mis ojos se toparon frente a frente con "cari lindi" desconocido, cari lindi, cari niñito.
Un poco mas bajo que yo, rubiecito, con carita de niñito y cuál no fuera mi realidad,
mi vida,
mis cavilaciones,
mi suerte maldita y negra
"cari lindi" me estaba mirando y además me sonrió.
Nuevamente volvi al rol de la chilena que reniego ser, y me cagué de susto, mire para el suelo, para el lado, para el otro, para el vidrio de la puerta. Aleje mi mano del roce. Estaba extremadamente conmocionada, emocionada, contenta, radiante y espantada, asustada, aterrada. Pero la caja de sardinas no daba para movimientos excesivos, así que tuve que continuar en el mismo metro cubico que me correspondía.
Mi mano volvio a caer,
deslizarse por el tubo sin que yo le diera permiso,
sin darme cuenta -de hecho-,
y la piel, el contacto, el verbo "sentir" volvio a conjugarse.
Pero esta vez no me moví, no voltié proque tan valiente no siempre soy o depende el caso. Pero deje ahí mi mano y la piel ya no solo hacia contacto con el costado bajo de mi mano, si no que sentía como sus dedos suaves, hacian cariño a mi mano.
Y pensé en la necesidad de cariño
en "mi" inmensa, eterna, profunda necesidad de cariño
en la gratuidad del momento
y a la vez en la ricura del momento
no estaba haciendome nada pecaminoso
nada espantante
nada malo
y era tremendamente lindo el hecho, el momento
estaba que se me salian las lagrimasy los mocos (bueno esos por el resfrio)
estaba que me moria
de hecho, me hubiera gustado morirme en ese instante, caer sobre él de manera poética, digna de un cuento de hadas y en mi último aliento, mirar sus ojos, descubrir una vez mas su belleza juvenil, agradecer su bondad para conmigo y morir.
Quería que el metro se paralizara, que todos los otros sardinas desaparecieran, que sólo quedaramos aplastados, inmovilizados él y yo.
No pude soportarlo y voltie a verle
y ahí estaba
era la misma persona hermosa, joven, cari lindi, cari jovencito. Descubrí que tenía rulos en su pelito, que era de piel blanca, que tenía las mejillas sonrojadas y lo mire, mire mi mano apretando el tubo y la suya acariciando la mía, lo volvi a mirar y le sonrei....... una lágrima cayo por mi mejilla como si "santa cachuchita" realmente existiera y supiera qué hacer en un momento así.
El hecho provoco una sensación que estoy segura que él tambien sintió, como un acercamiento sin que nuestros cuerpos se toparan, de pronto eramos los mas conocidos del mundo, sentí que le trasmitía todas mis penas, mis ausencias, mis carencias y él me las recibia, las escuchaba, las sentía y las iba deshaciendo
y las lágrimas seguian corriendo por mi cara (los mocos para qué decir).
Y como todo lo bueno
el fin llegó
la estación en que debia bajar aparecio ante mis ojos
no tenia intención de bajar
pero qué hacer, iba a llegar hasta San Pablo y después qué
entonces tuve que hacer un gesto de "tengo que irme"y él no sólo no me soltó, si no que abrió su mano y la puso sobre la mía, despegó la mía del tubo, la retuvo atrapada dentro de la suya y me hizo señas de salir.
Salimos de la caja de sardinas
las puertas del metro se cerraron y nosotros quedamos fuera
él tenia mi mano tomada
nos quedamos mirándonos, nos quedamos mirando un rato, mucho rato, de esos ratos que parecen eternidades, que sientes que todo el mundo te mira, que todos saben que él y yo no nos conocemos, que sólo nos unen mis lágrimas, nuestras manos....
y nos quedamos y nos quedamos y nos quedamos....
Hasta que él levanto su mano en que tenia envuelta la mia y la abrio un poco, lo suficiente para que la mia se viera y entonces aproximo su cara, acaricio mi mano con su cara, sus labios y beso mi mano.
Levanto la mirada, manteniendo mi mano en la suya, me miro y con la otra mano limpio las lagrimas de mi cara, yo le sonreí, él me sonrió.
El metro aparecio otra vez
abrio su mano, dejando nuevamente al descubierto la mía, volvio a besarla, me dijo con los labios "adios", entro al tren, las puertas se cerraron y yo me quede con el aroma de su piel en mi mano........

3 de julio de 2008

Tres meses

Siempre esperando a que mi cumpleaños caiga en MARTES como el día mismo en el que nací y para que ello acontezca tienen que pasar muuuchos años. Y en cambio hoy con el tercer mes de aniversario de tu muerte, es como si TODO COMENZARA DE NUEVO. Cae en jueves como áquel día de abril.

Ay paire mío, no sabes lo difícil que ha sido llegar al tercer mes de tu ausencia. Las palabras de mis amigos queridos se concentran en mi mente a cada segundo y cada vez mas seguido: "cuando uno de tus padres muere, comienzas a sentir una sensación de abandono y orfandad, que no termina jamás"........ fuerte pero cierto. Y por esas cosas de la vida, como te digo, en este tercer mes lo he sentido demasiado presente, demasiado, demasiado sentido.

En la vida cotidiana las cosas cambian apresuradamente, casi que uno cuando hace el recuento, no puede creer cómo ha sido posible, todo a nuestro alrededor no es igual que ayer y obviamente (chliché) tampoco lo será con respecto a mañana. Nuestra casa no deja de ser una "semi" bodega, primero lo fue con las cosas de la Manu en vías a Concepción, ahora con las de la bodega del depar que finalmente logramos arrendar, pero el tema es que tu pieza no logramos nunca despejarla. Ahora al menos, esta llena de ti por todas partes, de mas de tus libros, de los diarios que coleccionaste toda tu vida, de las cosas que recogiste de la casa de los abuelos, de cuadros envueltos que no sabemos qué son.

Hace unas noches atrás me acordé de esa costumbre que tenías de golpear el vidrio de la puerta de mi pieza cuando te ibas a dormir, para desearme buenas noches. Pero con tus pasos silenciosos, cuando lo hacías, siempre lograbas hacerme saltar. Ahora soy yo la que se despide de esa forma todas las noches de ti.

En los cambios, como sabrás se murió la Carmen, ¿te la habrás encontrado por allá?. Sabes que su muerte, su entierro me provoco una pena tan honda y al mismo tiempo sentí de una forma "pequeña" que regresaba al día de tu muerte y te acompañaba. Uff hemos convertido al parque del olvido, casi, en nuestra segunda casa.

De mis cavilaciones existenciales no entrare en detalle, porque para qué atormentarte desde la lejanía si finalmente no es que te culpe, es mas bien, que ahora sin ti constato que soy una CABRA DE MIERDA, que con mis 39 añotes ha pasado tanta agua por debajo del río y de otras partes y yo "extrañamente" me he mantenido cuasi "congelada, petrificada, estancada" en mi burbujita personal y propia...... y ahora que no estás y que el mundo de pronto como que se siente que se viene encima, siento que no tengo las armas, las herramientas para darles frente y es ahí que me siento tremendamente huerfana, desolada. Pero supongo que si en el camino no decido acompañarte, será que como otras tantas veces, tendré que armarme de valor y comenzar a HACER todas las cosas que no he hecho. Será una tarea dura y son muchos los obstáculos que tendré que enfrentar, pero una parte de mi sabe que hay que hacerlo y la otra, obviamente ESTA CAGADA DE MIEDO. Ese miedo que te alienta y a la vez te inmoviliza, que te sirve y te estorba, pero que espero en mi caso ME SIRVA PARA ATINAR.

Como verás finalmente, si es que alguna vez tuviste dudas........... en todas las formas posibles NUNCA TE OLVIDAMOS, porque TE QUEREMOS MUCHO!!.