31 de diciembre de 2014

Para el año que se avecina.....

Los invito a construir un 2015: A través del nosotros versus el individualismo, un nuevo año, en donde alberguemos a los árboles, pájaros, perritos, gatitos, a la naturaleza misma, despertar la conciencia de justicia nada más y nada menos, ejercitar y mantener la memoria por nuestros pasados, presentes y futuros, día a día. Y así. mirar por la ventana en busca de un mundo menos peor, con más esperanzas, solidaridad, amor, amigos, sentimientos sinceros, reales, palpables....

27 de diciembre de 2014

Los Sánchez Reyes y sus peculiaridades.

Ayer fuimos con mi sisterna Manucita, a visitar a mi tía Alicia, 
una costumbre que hemos adquirido desde que mi mamá murió,
nos hemos acercado más a ella, 
supongo, buscando rastros de mi madre, 
otro tanto intentando rescatar la historia de los Sánchez Reyes. 
Aunque sabemos que para esos menesteres, mi tía, no sea la persona indicada, 
ya que la diferencia y distancia, 
que mi madre tanto recalcó existía entre Alicia y el resto de la familia, era infinita.
Mi tía Alicia, creó una barrera de concreto en materia de historias de su familia, 
pero así es ella. 

Ahora que la visitamos, lo entendemos bien, 
tuvo la desgracia (para su suerte) de provenir de una familia absolutamente excéntrica, 
aunque también normada por reglas y buenas costumbres, 
pero su extravagancia los hacía particulares, raros, distintos. 
Y esas diferencias para mi tía, siempre serán cosas a guardar bajo llave, 
lo curioso es que finalmente la esencia nos persigue
y mi tía no sabe porque no lo ha descubierto,
una que la observa si lo ve,
que es tan rara, distinta y diferente como lo fueron sus hermanos y padres.
Pero asi es ella y así reaccionaba cuando con mi mamá la ibamos a visitar y mi mamá evocaba momentos sobre sus infancias y adolescencias y Alicia ponía una cara atónita, abría la boca y negaba todo lo que mi mamá contaba. 

No negaré que siempre pensé que en las historias de mi madre, 
había un poco de máxima imaginación, 
como la tengo también yo, 
esa costumbre de aderezar las historias con un poquito más de todo.
Pero conversando y compartiendo esas historias con el tío Pino, alguna vez con Patricio y las primas Sánchez Mena y Sánchez Orrego, 
comprendí que quizás la exageración formaba parte de la familia, 
pero las historias eran tal cual como mi mamá las había narrado
y obviamente esas alocadas historias, molestaban a mi tía.

Y sin embargo, cuando vamos a visitarla y nos entregamos a su mundo, 
lo que ella considera como tal y sus historias, 
siempre termino viendo a mi mamá,
a su mamá,
a mis tíos, en cada uno de sus gestos, de sus formas y modos,
quizás algún día nos cuente realmente qué piensa cuando dice que tan solo sigue los movimientos de la música clásica.
Mientras tanto, al menos a mi, me gusta escucharla,
siempre es un agrado escuchar su vida, a pinceladas muy leves, 
pero lo que logra contarnos es muy interesante.

Más que mal mi tía Alicia, 
es la esencia de aquellos chilenos de los que van quedando poquitos,
católicos a la vena, 
de derecha no por convicción, sino por mandato del marido. 
Pero a mi lo que siempre me ha gustado y enternecido de la Alicia, 
más allá de su familia, de su marido, 
es la persona que es. 

Una mujer absoluta y totalmente distinta a mi mamá 
y en su distinto atractivo,
en su contrario, interesante, 
me agrada conocer alguien tan opuesta a su hermana, 
mi mamá, a nosotros, 
sus costumbres versus las nuestra, 
su vida versus la nuestra. 
Y finalmente, 
por religión o porque es una buena persona,
su capacidad de aceptarnos en nuestras rarezas, 
querernos, preocuparse de nosotros, 
recibirnos con unas deliciosas y variadas onces. 

Realmente quiero a mi tía Alicia, 
porque en su diferencia he aprendido a conocerla, 
respetarla, quererla 
y realmente admiro su capacidad de permitirnos ser sin intentar (fallidamente) cambiarnos, 
ni mirarnos en menos, 
ni hacernos sentir que somos las looser de la familia,
finalmente nos acepta. 

Encuentro que eso es admirable. 
Porque ella viene de una familia, la que construyó con su marido,
donde detestan a esta cosa insulsa que es nuestra democracia, 
extrañan los tiempos de Pinochet, 
donde el peligro del comunismo no existía, 
donde la fe católica lo era todo 
y que por supuesto mi tía en su inmensa ignorancia, 
porque para eso estaba su marido, 
desconocía, desconoce hasta el día de hoy (o hace oídos y ojos sordos y ciegos), 
a las atrocidades que se cometieron en dictadura en Chile, 
lo que hizo su marido... 
Y sin embargo,
en los tiempos de la Unidad Popular,
ellos que vivían aterrados con los comunistas en el poder, 
mi tía Alicia, con una hermana abiertamente comunista,
que estaba casada con otro comunista 
y vivían felices el gobierno de Allende,
no impedía que le llevara a su hermana, 
(a escondidas de mi papá, por supuesto),
los productos que con dinero, 
se podían obtener en el mercado negro
y que mi madre, aceptaba poniéndonos como excusa a sus tres hijas
y mi papá, que pese a la carencia que existía, nunca se cuestionó por qué nosotros sí podíamos comer todo aquello que estaba vedado. 

Realmente quiero a mi tía Alicia,
realmente me gusta ir a verla,
quedar a merced de su existencia,
tomar una rica once junto a ella,
ver como por ese instante, 
se da el permiso de comer en exceso,
pastelitos deliciosos comprados por ella,
selladitos de jamón y queso,
tapados de palta,
ella su café descafeinado con leche tibia,
Manu y yo. té con leche tibia y agua.

Disfrutar su cara de niñita,
sus ojitos pequeños, pequeñitos,
que abren y cierran con emoción al ver sobre la mesa tanta ricura,
conversar de sus hijos y nietos,
de nuestra familia.
Y después en su dormitorio a escuchar música clásica,
solucionarle algún problema,
Manu los tecnológicos, 
yo los domésticos.

Y dejar que el tiempo transcurra en su letanía,
acallar nuestros egos
que sea ella en su espacio, su mundo,
la que nos cuente si quiere,
nos comparta si desea.

Es como volver a los tiempos junto a los abuelos,
detener la vorágine de la juventud,
entregarse a la pausa de su tiempo de abuelos,
compartir sus historias,
escucharlas,
admirarlos,
sus pelitos blancos,
habitaciones con olor a talco,
esos momentos que de saber descubrirlos y disfrutarlos,
quedan inmortalizados en el corazón
y alimentan el espíritu, cada que los traes a colación.

Sinceramente creo que las cosas ocurren, cuando tienen que suceder,
teníamos que estar carentes de mi mamá,
para darnos el tiempo de conocer el mundo de Alicia
a su  manera, 
en su tiempo,
-al menos para mi-,
intentar recuperar en rasgos, rostro, comportamiento,
un poquito de mi mamita linda.
de sus antepasados,
mirando sus fotos,
las historias detrás de ellas
y seguir admirando y queriendo a estos Sánchez Reyes, 
que se han ido, sin contarnos todas sus historias,
sin dejarnos del todo,
saber quiénes eran.

19 de diciembre de 2014

Dubitaciones.

Las carencias, 
provocan un estado de mucho malestar en el corazón,
la necesidad constante por lanzar ráfagas de sapos y culebras,
esperando que la suerte de los otros,
desfallezca, falle, aminore
cual calmante de mi alma.

No quiero eso en mi corazón,
menos para los sentimientos - pensamientos,
la vida de nadie crece o empequeñece 
con lo bueno o malo que ocurra con otros,
aunque esos otros hayan dañado tu vida,
odio, rencor, amarga el alma,
impide ver la luz,
apaga las posibilidades de todo.

No más odio,
ni rencor cegador,
aunque las perdidas estén latentes,
requiero de la vida luminosa,
donde existir,
con alegría y deseo de bien para los otros,
aunque no sean tan buenos,
aunque no hayan sido buenos conmigo.

Volver a tiempos,
donde los que quería
pero no a ciegas,
en que confiaba
pero con medida,
buscando felicidad
con alegría,
interior, exterior
no a costa de otros.

Quizás exista la posibilidad 
que lo material,  
se multiplique a mi lado más que las personas
y por lo mismo,
como siempre, como hasta ahora,
aprender que esas herramientas están ahí,
a mis manos,
para gozar, viajar, conocer, descubrir,
alcanzar la felicidad,
saborearla,
volver a saborearla.

Alguien dijo por ahí
que el Supremo,
aquel que para cada quien lo sea,
acomoda las piezas - personas - situaciones,
de las vidas,
lo justo e injusto, carentes y colmados,
de manera que todos tengamosseamos, gocemos,

Que mi esencia sea la alegría, 
lo material un trampolín,
para recorrer horizontes nuevos,
refrescarme en colores, sabores, aromas, culturas, historias....

12 de diciembre de 2014

Andrés Orrego Matte: In Memoriam.

Andrés Orrego Matte, profesor de la Universidad de Guadalajara de 1975 a 1987, 
falleció la tarde del día 3 de abril de 2008, en su casa de Santiago de Chile.

Fue un destacado profesor de Historia de América Latina en la que fuera, antes de la Reforma Universitaria, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara.


Como profesor, le caracterizaron el profundo conocimiento que tenía de las materias que

impartía, la búsqueda permanente de nuevos materiales para la enseñanza, la actuación
entusiasta y apasionada en el aula, los fuertes vínculos que desarrolló con la mayoría de quienes fueron sus alumnos y, no menos importante, una gran solidaridad ideológica con las luchas de liberación latinoamericanas.
Aunque Andrés no era un exiliado del régimen militar chileno, él decidió dejar su cargo de
profesor en la Universidad de Chile pues ésta había sido intervenida por el gobierno militar. 

El trabajo de los profesores era estrictamente vigilado por militares designados en los cargos directivos más relevantes de las universidades chilenas. Andrés decidió que sin libertad de cátedra y de movimiento, no era posible trabajar, y emprendió la búsqueda de nuevas condiciones; en la Universidad de Guadalajara las encontró.


Su nombre completo era Andrés Juan Pablo Orrego Matte y se tituló Aprobado con

distinción como Profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica, en la
Universidad de Chile en diciembre de 1959.
En 1967 terminó sus estudios de Maestría en Estudios Latinoamericanos en la
Universidad de Indiana, Bloomington, en los Estados Unidos de América. Inmediatamente
después se regresó a Chile y empezó a dar clases en el Departamento de Historia de la
Universidad de Chile. Apasionado del estudio de la Historia, allí trabajó como profesor de
Historia Moderna, de Teoría de la Historia y como encargado del Seminario de Historia de la Ideología en América Latina.

Después del golpe de estado que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende en

1973, Andrés viajó a México. En mayo de 1975 fue contratado por la Universidad de
Guadalajara y asignado como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras, la Escuela de
Graduados, la Facultad de Economía y el Departamento de Enseñanza Preparatoria.
En la Universidad de Guadalajara conoció al Dr. Manuel Rodríguez Lapuente, que por
esas fechas estaba fundando el Instituto de Estudios Sociales. Hubo entre ambos una inmediata coincidencia de intereses intelectuales y puntos de vista: ambos compartían una visión de la historia de América Latina y una simpatía por las luchas de liberación de los países latinoamericanos respecto del yugo imperial de los Estados Unidos.

El Dr. Manuel Rodríguez Lapuente invitó al maestro Orrego a incorporarse al Instituto

de Estudios Sociales y con ello dio inicio una de las mejores etapas de la investigación histórica en el Instituto. Mientras el Dr. Lapuente integró un equipo de jóvenes estudiantes para realizar estudios de historia económica de América Latina, Andrés Orrego formó otro grupo para hacer investigaciones sobre historia de la educación en Jalisco. En estos equipos se destacaron José Trinidad Padilla López, Marco Antonio Cortés Guardado, José Luis Ávila, Humberto Meza Arévalo, Ma. Teresa Aguirre Covarrubias, Francisco Pamplona Rangel, Ma. Guadalupe Gutiérrez Larios, Rafael Torres Sánchez, Ma. del Rosario Lugo, Armando Martínez Moya, Antonio Ibarra Romero, José Luis Pardo Ruiz, Juan Carlos Toscano, Francisco Arvizu Hugues, Hermelinda Orejel Salas, Ma. Amalia Flores Moreno, José Beiza Patiño y algunos otros que escapan a mi memoria.

Andrés Orrego contribuyó a la formación de varias generaciones de historiadores, era

detallista y acucioso en sus clases. A grandes zancadas y con una sonrisa en los labios entraba al salón. Su pelo largo y entrecano, peinado hacia atrás, le daba un aire de viejo sabio y socarrón.
Cuidadosamente ponía sobre el escritorio montones de carpetas que cargaba en un viejo
portafolios de piel grabado con motivos indígenas mexicanos. Durante la clase, caminaba de un lado a otro, hablaba en voz alta, gesticulaba, se dirigía a un alumno en particular tratando de enfatizar el tema que estaba enseñando. Regresaba al escritorio, abría una carpeta llena de fotocopias y hojas manuscritas de su puño y letra, regresaba junto a los alumnos y leía en voz alta. Pausado y con gran delectación leía la cita que sustentaba las ideas que él estaba desarrollando en clase.

Andrés Orrego no pasó desapercibido para ninguno de sus alumnos. Alegre, sonriente,

dinámico, amante de lanzar piropos a alumnas y profesoras sin distinción. Era una verdadera fiesta del conocimiento escucharlo, aun cuando sus opiniones, a veces tajantes, no daban espacio para otros puntos de vista. Andrés Orrego que era la encarnación misma del gusto por el conocimiento de la historia, ha muerto. 

¡Que no muera en nosotros el afán de aprender que siempre lo caracterizó!

Salvador Acosta Romero
Guadalajara, Jal., 4 de abril del 2008

30 de noviembre de 2014

San Andrés Peras cocidas.




Ya no tengo a ninguno de mis dos queridos Andrés, 
para celebrarles, conmemorarles, 
su 30 de noviembre,
San Andrés Peras cocidas.

Pero agarrándome de algo,
de la memoria por ejemplo,
través de ella,
por siempre, siempre, los llevaré en mi corazón.

Siempre en los pensamientos, nostalgias, instantes eternos inmortalizados en el tiempo,
como en tu foto, eternamente joven, tierno y hermoso,
mi querido primo, amigo, amado primo, amigo.

Siempre, siempre, a ti mi querido papito,
que fuiste el que nos traspasó esta celebración,
que no sé tanto, tanto, habremos conmemoradote como merecías,
si las peras cocidas sabían igual que las que te preparaba la Tolita,
pero la intención era buena.

Espero que donde quiera que estén,
los festejen como se debe.
Desde aquí, en mi corazón y pensamientos,
seguirán palpitando todos los días, en particular los 16, 3, 19 y 30.
Feliz, feliz en su día!!!

16 de noviembre de 2014

Certezas.

Últimamente cuando me despierto en la mañana y miro por la ventana el cielo, la copa de un árbol y me maravilla la belleza del día, la luz, el día que será soleado, las flores y sus colores, no puedo dejar de pensar en claridades, certezas absolutas, respecto de mi vida.
Como hoy, que pensaba en mi vida hasta hoy, largos 45 años, que sin necesidad de ponerlos en una balanza, sé claramente:
que he sido más infeliz que feliz,
más triste que alegre,
más atormentada que relajada.

Siempre ha volado a mi alrededor, un aire de desolación, que se confirma en que la mayoría de los seres humanos con los que me he encontrado, topado, 
no me han aceptado, 
menos conocido, 
qué decir querido, contenido, apreciado, valorado. 
En cambio, 
me han dejado sin tenerme,
ofendido sin quererme,
despreciado sin conocerme.

Y no es un pensamiento oscuro que nubla el día hermoso, soleado y luminoso que veo por la ventana, al contrario, son confirmaciones, claridades, certezas.
Lo malo, es que todavía no logro descubrir la solución a tanta verdad, 
todavía no sé 
¿Qué hacer?

La primera reacción, sería matarlos a todos, 
vengarme, 
hacerles sufrir, 
traspasarles mis malos momentos padecidos por ellos, 
pero ya no tengo las energías de antes, ni las ganas, prefiero guardarlas, cuidarlas, dosificarlas para ser usadas en causas más luminosas.

Podría decirse que estoy en aquella fase inicial, !! maldita sea ¡¡, que tanto me persigue (ahora entiendo que por algo será), de comprobar los hechos, 
indagar en el interior, 
descubrir, encontrar, 
enfrentarme a ellas, 
reconocerlas, entenderlas, 
verificar, clarificar, 
llenarme de certezas, 
porque ante todo prefiero la verdad, nada a medias tintas, 
clarito y sincero, y supongo, 
que algún día, sabré qué hacer con mis certezas matinales.

O a lo mejor no, 
quizás después de 45 años de vida no tan feliz, 
no tan alegre, 
deba pasar (si es que soy longeva), los próximos 55 años de restantes, 
reflexionando estos temas 
y en otra vida,
próxima reencarnación,
viajar con la sabiduría acumulada y cambiar.

Aunque igual he cambiado. 
Ya no soy la misma Colomba de los 12 años, la de los 20, 25 o 30 años. 
Creo que desde que cumplí 40 años ya no soy la misma. 
La vida y sus circunstancias, me han transformado en una yo:
desconfiada.
distante,
mal pensada ("piensa mal y acertarás", dice mi sisterna Manucita),
aunque me encanta la gente, 
los pantallazos, enamoramientos (amorosos y amistosos) duran cada vez menos, 
ya que las hilachas negras, surgen raudamente.

Me he transformado en una ermitaña social,
me gusta la gente, verla, escucharla, 
más no abrirles mi corazón, 
contarles de mi, quién soy en realidad,
por nada del mundo, porque sé que tarde o temprano,
mentirán,
engañarán
y la Coli sufrirá.

Prefiero amistarme con el cielo, las nubes, árboles, plantas y flores y por supuesto, perritos, gatos, pajaritos y  lagartijas.
Sumar y sumar certezas y quizás,
con el tiempo,
sabré qué hacer con ellas.

6 de noviembre de 2014

Las perdidas y la memoria.

Todo y nada tiene que ver,
Nada y todo se entrelaza,
hoy una personita pequeña partió,
se llenó el aire de tristeza
y no pude dejar de pensar en mis muertos,
que laten en el corazón todos los días,
que me hacen tanta falta
y como de ahora en más, 
ella inundará el espacio con su ausencia-presente,
el dolor de sus padres,
la vida que deberán hacer de ahora en más sin ella...

La memoria que juguetea con uno,
nos enseña y demuestra lo simples que somos,
la soberbia que no madura,
permitiendo encontrarse en todas partes trozos de memoria,
trozos de ellos,
nuestros queridos ausentes,
los escritos de mi mamá,
fotos de mi  papá,
su carita sonriente,
renovándose las ganas desesperadas de tenerlos conmigo,
verlos, estarlos
¿será porque no hicimos los honores el pasado 2 de noviembre?...

Y entre medio de tanta melancolía,
encuentro este reconocimiento que Salvador Acosta Romero,
un querido amigo de la familia,
escribiera a los tres años (2011) de muerto mi padre.
Todo y nada tiene que ver,
Nada y todo se conjuga y entrelaza...
algún día se las compartiré.

19 de octubre de 2014

Feliz cumple

".... estas son las mañanitas que cantaba el Rey David, 
a las muchachas bonitas, 
se las cantamos así. 
Despierta Blanquita despierta, 
mira que ya amaneció, 
ya los pajaritos cantan, 
la luna ya se metió....."

Feliz no día,
espero que  lo disfrutes,
con todos los que acá ya no están.
Te quiero y extraño mucho mamita.

11 de octubre de 2014

Adiós al comunismo chileno.

Desde hace rato que vengo echando puyas y serpientes contra los comunistas,
pero contra los comunistas actuales,
situación que sin pasarlo por el cedazo, me duele profundamente,
ya que la bandera roji-amarilla, la hoz, el martillo y a veces también la estrella amarilla y luminosa, son símbolos que han formado parte de mi vida, desde que en ella, tengo uso de razón.

Porque fue el color, ideología, bandera, posters, afiches,
que convirtieron a mis padres en determinadas personas,
que los hicieron ser las personas hermosas, generosas, que nos delegaron, heredaron todo lo bueno que tenemos, que somos, que espero sigamos siendo.
Como hicieron ser, sin militancia, la persona generosa, solidaria, que fue mi abuelo, quien pudiendo lucrar con la medicina, como tantos otros, prefirió trabajar para construir un Hospital del Tórax público, para que las personas de escasos recursos, también pudieran tratarse de los pulmones.

Ese color, martillo, hoz, que hizo que todos los que se sentían protegidos bajo su manto,
llevaran a cabo vidas sencillas, consecuentes, solidarias, generosas,
en pos de los derechos de sus iguales, los más necesitados, los siempre desposeídos.
Todas aquellas personas, que en Chile se embarcaron en un sueño posible y luchar por él.
Hasta que los milicos de mierda (aquí puedo decirlo tranquilamente, porque es mí blog), aniquilaron el sueño de ellos, de muchos, de mis papás, de mi abuelo, de amigos de mis papás como Fernando Ortiz, Don César Godoy Urrutia, de Salvador Allende
y con esos sueños destruídos, los símbolos, nostalgias, colores, banderas,
muchos, entre ellos mis padres junto a nosotros, formamos una familia, un hogar, una vida durante 12 años lejos del país de origen.

Y muchas, muchisimas cosas pasaron en nuestros 12 años y en los 17 de dictadura en Chile, hasta que llegó la democracia y al partido de mis papás, el Partido Comunista Chileno, después de darse por entero en la lucha contra la dictadura,
al arribar los que no estuvieron, ni lucharon,
ávidos de poder y asegurados por excelencia,
se quedaron con los puestos políticos, sin devolverle su legímitidad de partido polítco al PCCH, convenientemente dejándolo de lado.
Y los viejos comunistas,
aquellos como mi papá, los más mayores aún,
continuaron fieles a sus símbolos, a su bandera, a sus causas, luchas,
el tiempo continuo transcurriendo, algunos de estos ilustres, inteligentes, hermosos, valiosos, viejos comunistas, murieron y los otros, fueron marginados por los oportunistas, los mediocres, que en la sombra fueron fraguando lentamente este camino para regresar a la luz, al lado de los gobiernos de la Concertación a como diera lugar.

Como bien dice mi hermana Manuela, el asunto radical que marca una línea límite entre el comunismo que aún admiro, que quiero, por el que siento respeto y el que actualmente logró llegar al poder - a costa de lo que fuera-, bajo la protección de los socialistas, está en justamente en eso "en llegar a costa de lo que sea".
Los que a costa de todo llegaron al poder, les queda enorme el título de comunistas y debieran renombrarse como socialistas (siempre atrasados en la modernidad de los tiempos) y a sus amigos socialistas asumieran que hace años son socialdemócratas. 
Y en cambio, para los que han tenido una consecuencia de vida, historia, actos, existencia, pensamiento, símbolos, banderas, pudiéramos seguir siendo comunistas, sentirnos orgullosos de esta distinción.
Sé que en la historia del comunismo chileno, éstos fueron más bien conciliadores y que sólo en circunstancias especiales, como las de la dictadura, tomaron las armas como forma de defensa y lucha, a través del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, pero que no está en su esencia. En la mía tampoco, no soy una comunista revolucionaria que crea que para llegar al poder hay que hacerlo tomando el fusil, en eso somos diferentes muy diferentes a Fídel Castro, que de todos modos amamos y admiramos por la revolución que los llevó hasta donde están. Los míos, mis comunistas, mis viejos comunistas, yo, somos marxistas Leninistas y creemos en el dialogo para solucionar los problemas, no tenemos ansias de poder, ni intención de lograr nuestros sueños a costa de nada  y tratamos de trabajar junto a los más necesitados que usualmente son los que no están junto al poder, sino más bien pisoteados por ellos.

El Partido Comunista Chileno, así como también el Partido Comunista Mexicano, fueron creados por personas en las mismas circunstancias, unos mejores oradores, pensadores, que otros pero todos unidos para defender los derechos de los desposeídos, obreros, mineros, campesinos, la gente humilde, pobladores, estudiantes.
Es por eso que me gustaría tanto, tanto, tantísimo, que los que se dicen comunistas y están actualmente en el poder junto a la Concertación, dejaran de usar el adjetivo "comunistas" para que de ahora en más, no tenga que referirme a ellos con desprecio, como si fuera una facha de mierda, como las viejas fachas de los años 70 que salían con sus anteojos de sol tipo mujer mosca y su cacerola para reclamar contra Allende. No quiero parecer fascista, porque realmente estoy demasiado lejos de serlo, por más que odie a estos que se dicen comunistas, jamás votaría pro el adversario de la derecha.
Quiero que a mis amados viejos, nostálgicos, ideologos, mi papá, mi mamá, los amigos de ellos, comunistas, como yo, como mi corazón siente que soy, los que estamos en la IZQUIERDA COMUNISTA, seamos los únicos, que podamos sentirnos orgullosos de amar a Cuba, Fidel Castro, Chávez, Evo Morales, a la URSS a Lenin y no tener que atrincar a estos sapos amarillentos socialistas, socialdemócratas descoloridos, insultándolos como "comunistas del asco".
¿Será mucho pedir?

26 de septiembre de 2014

Catorce meses.

Hoy hace un año y dos meses,
también fue viernes 26,
la luz del día era parecida,
aunque todo presagiaba el final,
el surrealismo de la situación,
hacía que todo a nuestro alrededor fuera diferente.

Hoy hace un año y dos meses,
a las 18 horas una luz (divina) atravesó la ventana 
y se posó majadera sobre tu rostro,
invitándote a viajar,
regresar a donde están todos tus (otros) queridos seres,
Eduardo, tu papá, mi papá, los abuelos, Gremnlin, Escobita, la Quetzi, el Gregorio....

Hoy hace un año y dos meses,
también es viernes 26
y quiero pensar que aquello de haber puesto ésta foto en particular
y que apareciera tu nombre,
fue un cariñito que desde lejos me hiciste,
una demostración que estás,
que estás siempre,
rondándonos,
cuidándonos.

Así como yo, al menos,
cada que llega el 26, 
te extraño  más que antes
más que todos los días de la vida que te llevo en mi mente,
en el corazón
y deseo tanto, tanto, tantísimo,
tenerte a mi lado.

19 de septiembre de 2014

Los amigos.

Estoy por confirmar que los amigos no existen
o al menos no ahora,
quizás fueron un elemento de cuando éramos niños,
cuando no se necesitaban tanto,
más que para jugar, 
para acompañarnos en los recreos de la escuela,
para enamorarnos de los compañeritos,
para compartir conocimientos y hacer tareas juntos.

Pero en la medida que uno va creciendo
y así mismo necesitando,
comienzan a desaparecer,
a lo más como slogan de las sociedades capitalistas,
donde inventaran una excusa, un día, donde festejarlo
y para que todos aquellos que no lo son ni remotamente,
además de sumar un día de descanso y regalo (obligado)
no caigan en reflexiones sobre si ¿lo serán realmente?,
¿lo merecerán tal vez?.

Y de esas cosas que ocurren por algo,
descubro que hoy se suma un cumpleaños más y menos,
de mi querido primo  Andrés.
Mi largurucho y querido Andrés,
con el que viajé fuera de Chile por primera vez,
el que me prestó abrigo, oreja, abrazo y sobre todo amistad.
Quizás porque en su destino estaba el irse pronto,
marcharse y dejarnos a todos, todos, con la tristeza de su ausencia,
con el vacío de su humanidad,
de su bella persona que se alejaba, se evaporaba.

Mi querido primo,
mi querido Andrés,
del que por supuesto estuve siempre enamorada,
pero era tan linda nuestra amistad,
nuestras complicidades,
nuestras pequeñas pasiones y soledades,
que para qué jugárselas con un otro, nada,
además que yo sabía que él me quería,
me quería, estaba, me cuidaba, me quería,
era el mejor amigo,
porque aunque ninguno de los dos lo supiéramos
¿no lo sabría él desde lo más hondo? 
aquella certeza rondando el aire, 
que hacía aún más intensa nuestra amistad,
no lo sé,
pero agradezco tanto haberlo encontrado, conocido y me brindara su amistad,
para tener una nueva breve certeza, que existe,
que se siente, que es hermosa la amistad,
que lo que yo sentía era real
y que se podía entregar,
quizás, sólo a seres azules como él,
los que están por marcharse....

A los amigos verdaderos que tienen el destino escrito
y que dice que se marcharán,
que no estarán para siempre,
su estadía será breve,
porque son seres azules,
especiales, únicos,
angelitos de la guarda.

Entonces fuimos amigos,
el mejor amigo heterosexual que he tenido,
el único, 
que me abrazaba,
consolaba, protegía, 
que me daba su mano grande, amplia, blanca, en donde mi mano grande, pequeña a su lado, blanca, quedaba oculta entre esos dedos largos, hermosos, blancos, amplios, grandes.
Me abrazaba con sus brazos largos, delgados, blancos y cubría mi espalda y yo quedaba agradablemente atrapada entre sus brazos largos, delgados, blancos, más su pecho, de espalda amplia, que siempre olía a ropa limpia, perfume agradable.

Ahora que me siento tan sola,
que miro a los lados,
a México, a Santiago,
hacia el mar, a todas partes
y no veo amigos,
no veo a los amigos como él que me quieran,
que estén no solo para los funerales, sino que estén siempre,
que estén para pasarla bien, para los funerales, para comer, 
para nada, para tomar un café, para compartir, que estén.
Me siento sola, vacía, por la ausencia de mi querido primo y amigo Andrés,
el único amigo de verdad,
que no necesitaba un día, un homenaje,
una excusa para estar, para conversar, 
tomarnos una Coca cola, echarnos unos flatos bien sonoros, 
contarnos nuestras intimidades personales, nuestros vacíos y carencias, abrazarnos, sentir que la otra está para el uno y el uno está para la otra.

Ya no siento eso,
ya no tengo amigos en ninguna parte,
todos son simulacros,
pretextos,
sus egoísmos, 
mundos personales, son mas importantes que yo,
siempre habrá algo más importante que yo,
que estar conmigo,
que venir a estar conmigo
y aunque el orgullo me impide hacer algo radical,
el dolor queda dentro,
duele mucho
y me hace pensar en mil cosas,
casi todas tristes
y cuando me canso de ellas,
de saber que sí, es verdad, no existe ni el amor, ni los amigos, ni mi mamá, ni mi papá, ni nada y quisiera ver negro, negro, todo bien negro 
y entonces tomar las medidas de Andrés
y desaparecer...

Hoy, que se cumple un día más del cumpleaños de mi querido primo Andrés,
una parte grande de mi quisiera hacer lo mismo que él: desaparecer.
Mientras que la otra, 
la necia, la que no entiende razones
o se acobarda o es necia como mula y quiere continuar,
me impide hacerlo.

Quiero que llegue el día que una de esas dos fuerzas gane el combate y se apodere absoluta y totalmente de mi y no me haga dudar, que una de las dos decisiones se apodere de mí, sin mirar atrás, sin mirar nunca más atrás y llevarla hasta el fin con todas las consecuencias que eso implique.
Y que sea lo que tenga que ser.

16 de septiembre de 2014

Problemas de identidad patria.

Con eso de las festividades patrias tengo un temita no menor, ya que la local me produce desde "asperguer" como dirían mis sobrinas, hasta guacala, saque, aversión, pánico, al nacionalismo que provoca y mucho fuchila a los símbolos fascistas en los cuales terminan convirtiéndose.
Digamos que Freud me hace los mandados, ya que en medio de la contradicción, siento y a todo pulmón, todo el amor del mundo, por el país que nos albergó a mis papás, hermanas y a mi: MEXICO. Y ahí si que se me hincha el pecho de orgullo, quisiera izar la bandera, cantar el himno nacional, echarme un grito, tomarme un tequila y lanzar un par de lágrimas y mocos.
En defitiva, todos necesitamos una patria, un árbol, una bandera. Yo tengo una contradicción, un enredo, una bugambilia y ésta bandera