5 de marzo de 2014

Mis Pepe grilladas.

Aunque suene a tratado de la esquizofrenia,
esta mañana mi voz interior, 
aquella que algunos conocen como "Pepe Grillo", en el mío "Casa Azul", se dedicó a zarandear mis pensamientos intentando sacar luces de la oscuridad.

A la voz interior le sacaba de quicio que estuviera sentadota en la sala de esta comoda casa, leyendo el diario, mirando el patio, a los pájaritos comer el alpiste, el sol entrando por la ventana, viendo pasar la vida en entera calma y tranquilidad, en vez de estar caminando, vagando, recorriendo, empapandome de México, de este país amado que no veré quien sabe en cuanto tiempo....... pero otra voz (esto si que parece discurso esquizoide), la propia, la que no me habla al oido y que escucho de vez en cuando, respondió decidida: "También podemos estar comiéndonos a México por los poros, sin necesidad de tanto vagar, esta permitido estar cansados de tanto deambular, quizás ha llegado el momento de decantar". Y es que me pregunto sin que sean las voces las que lo dicten ¿acaso es un pecado querer no salir todo el tiempo? ¿no querer ver más gente? ¿no más encuentros?, ¿no más rememoración del pasado, de las emociones?

Pero a la voz "Casa Azul", mis respuestas le resbalaban y entonces ahora quería respuestas, reflexiones sobre este viaje, entiendo la preocupación porque esta voz es la que me acompaña desde los años mosos en que viviamos en Guadalajara, la que viajaba dentro de mi cabeza, en el Wolksvagen de mis papás cuando ibamos a la playa, al DF, a donde fuera y que para evitar la remota posibilidad de aburrimiento, nos entreteniamos en mirar el cielo, contar las estrellas, conversar con los "amigos, primos, imaginarios" y reflexionar, pensar, sobre la vida y mi ombligo..... entonces ante las sonadas interrogantes a este viaje, queriendo, exigiendo seguramente una respuesta positiva dije:

- Efectivamente mi viaje a México ha sido excepcional, tuve el necesario y justo remesón de alma, espiritu, nostalgias, pero salí adelante, no sé si a causa que soy una persona dura de roer, mula o porque en realidad tengo caracteristicas resilentes para dar y regalar.

- Salí adelante, no sé con qué valor, si en cambio puedo recordar claramente la pena, la desolación, la sensación de vacio y sin embargo algo en mi surgió, se creó, armó, más fuerte que el dolor y que me entregó las energias para encontrarle otro sentido a mi viaje.
 
- Todavía no sé todas las respuestas, de hecho lo que me hizo despertar, reaccionar, atinar y no permitir que el dolor, el rechazo, los constantes plantones, no me hicieran daño, es algo que no logro descubrir qué fue, pero pasó y eso es lo que cuenta.

- Habrá algo de superficialidad en mi ser, que pese a sufrir como magdalena, supe como quitarle la intensidad a las cosas que no la merecían y continuar, no lo sé.

- El punto es que lo que podria haber sido un viaje espantoso, de pronto y recordando que al final de cuentas lo que mejor resultó fue lo que no tenía en lo absoluto planeado: alojarme con Ricardo Delgadillo, reencontrarme con Carlos y Mario y volver a ver a Conchita. Aquellos mágicos milagros que cambiaron el rumbo a mi vida, entonces es que gracias a la casualidad o al destino o a quien se apiado de la mala racha que estaba teniendo, el viaje a Guanatos tornose en otro matiz, en uno mucho más intenso, más verdadero, porque era mi historia, me estaba enfrentando a mi historia, a la que hice junto a las personas de mi edad, de mi generacion, ya no era el viaje para ver a los amigos de mis papás, sino que era el viaje para reencontrarme, encontrar, buscar, abrir, cerrar, la historia, mi historia....

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