3 de marzo de 2014

Estado de zozobra.

Esas horas muriendose perturban,
el tiempo que no vuelve,
su deshuso.

La vida que recién comienza,
pese a la sensación que el tiempo llega a su fin,
entrando al estado de zozobra.

En el que quedé después de la muerte de mi mamá,
entre la pena profunda y la culpa eterna,
porque siento que no le dije suficiente que la quería,
como si hubiese olvidado lo que los amaba, que no quería estar sin ellos en este mundo, que la que tenía que marcharse, primero, era yo y asi  no vivir esta ausencia.

Cúmulo de hechos de mi vida que estallan con la muerte de mi madre,
que me hacen dudar sobre si realmente tiene sentido continuar,
me he sentido muy sola,
de aquella que grita vacio,
comprendo finalmente que siempre será así,
que no logro encontrar un equilibrio en lo que tengo y lo que falta,
porque lo faltante suma vacio y la sensacion que nucna, nada lo calmará....

Por insatisfacción,
porque es mucha la carencia,
porque no logro distinguir el tope con la falta de más,
y entonces,
pura zozobra queda,
inunda, se apodera de los sentimientos,
de mis pensamientos, asfixiando, martirizando....

Pero es una certeza
y en el ocaso de mi optimismo,
se agradece tenerla,
saber los por qué aunque no la solución,
que quizás este escondida, esperandome, a traves de mi muerte,
quizás la muerte,
como el estado de descanso eterno,
es el camino para lograr, el fin de la zozobra....

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