30 de agosto de 2014

Inquietud.

Anoche pensaba y pensaba,
entre medio dormía y dormía
y a mis sueños 
y pensamientos te llevaba,
ideas alentadoras,
otras tristes, desasosegadas,
de cuando te sientes sin salida
y el ahogo impide la acción,
a la razón, 
para salir de la presión....


Volvía el sueño, dormir, pensar, llevarte a mis sueños,
tu rostro, las imágenes,
lamento por información,
cuando lo que quisiera, es tenerte a ti,
tenerte,
que me tuvieras,
me miraras,
contemplaras.

Contemplaras mi jardín,
como le brota primavera,
mientras trabajo en él,
bajo los acordes de la misma música,
aire soleado y húmedo inundado de tu presencia,
estás ahí,
mirándome,
contemplándome.

¿Exceso de ego querer que alguien me contemple?
alguien no cualquiera,
alguien tu,
solamente tu.

Despierta o dormida,
obsesivamente no dejo de pensar en ti,
en la nada de ti que tengo,
rememoración de imágenes,
la imagen que capturó un instante efímero
eterno para mí.

La inquietud de querer más de lo que hay,
el desasosiego por esa nada que hay,
que debiera disfrutar
pero quiero y quiero más
y estúpidamente sufro,
por la inexistencia de la nades que hay,
que no es otra cosa que
la intensa realidad de mi vida.

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