30 de septiembre de 2011

Sufrir.

Lo que molesta o incomoda,
es la certeza que no existes para mí,
para estar y además, la sensación aquella,
de saberme desafortunada ante el amor.

Siempre platónicos, que al milagrosamente ceder,
se dan con gotario, recatadamente,
provocando el sufrimiento constante.

Aburrida de sufrir,
como anoche, cansada, astiada,
padecer por un sentimiento inalcanzable,
ya no quiero más.
Pero las palabras dicen una cosa y los hechos,
al tenerlo frente a mí,
a otra acción llevarán.

Será mucho mejor la amistad falsa,
no más vinculos psicóticos.
Dolor, dolor, por lo  inalcanzable,
aquello tan deseado, anhelado,
nunca obtenido y finalmente,
cansada por esta cazería infructuosa.

Que absurda la vida,
buscar un alguien,
tú,
para enamorar y amar.
Elegirte entre nadie,
escogerte, conocerte y de a poco,
cruzar la puerta del peligro,
al sufrimiento y al dolor.

¿Será el castigo a mi  mal ojo?
¿a las malas decisiones?
¿enfocar la vista sobre el objeto equivocado?
perder, perder, más de lo gozado.
Si al menos existieran luces brillantes en el firmamento,
atraparlas, dejarme llevar,
no permitir que el mal elegido, tenga el control absoluto,
amor, fuerza, debilidad, necesidad.

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