“…. El árbol es un símbolo de todo el cosmos, no sólo en sentido físico, si no también moral. Es el árbol de la ciencia, del bien y del mal; es el árbol de la vida y el de la muerte; es en definitiva, el mundo….”
Caminando por calle Miguel Claro lo descubrí,
el día comenzaba a marcharse, el frío se apoderaba del aire,
los pajaritos ya no cuchicheaban ni bajaban a la tierra en busca de comida.
lo miré desde abajo, su inmensidad se venía encima,
traté de treparlo,
subir desde las raíces para llegar a sus nubes.
Desde la vereda, a través de las rejas del Liceo Lastarria se veía
queríamos alcanzar el cielo,
al cielo,
a los dioses del cielo,
saltando desde un brazo al otro,
mientras el aire era de ailanto.
Quería abrazarlo
lo abracé, acaricié y también olí,
el grisáceo de su tallo se mezcló con el azul del cielo,
de cielo azul oscuro,
mientras el verdoso de las ramas, bailaba junto a las hojas.
El aire ahora era de selva húmeda,
y en la cresta,
los rojos y anaranjados coronaban la primavera.
“flotando en el aire germinarás” – me dijo-,
mientras que otros ailantos volarán,
volarán y volarán,
hasta nacer en otros espacios.
1 comentario:
Vaya que hermoso texto....
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