25 de noviembre de 2010

Ailanto.

“…. El árbol es un símbolo de todo el cosmos, no sólo en sentido físico, si no también moral. Es el árbol de la ciencia, del bien y del mal; es el árbol de la vida y el de la muerte; es en definitiva, el mundo….”


Caminando por calle Miguel Claro lo descubrí,
el día comenzaba a marcharse, el frío se apoderaba del aire,
los pajaritos ya no cuchicheaban ni bajaban a la tierra en busca de comida.
lo miré desde abajo, su inmensidad se venía encima,
traté de treparlo,
subir desde las raíces para llegar a sus nubes.


Desde la vereda, a través de las rejas del Liceo Lastarria se veía
queríamos alcanzar el cielo,
al cielo,
a los dioses del cielo,
saltando desde un brazo al otro,
mientras el aire era de ailanto.


Quería abrazarlo
lo abracé, acaricié y también olí,
el grisáceo de su tallo se mezcló con el azul del cielo,
de cielo azul oscuro,
mientras el verdoso de las ramas, bailaba junto a las hojas.

El aire ahora era de selva húmeda,
y en la cresta,
los rojos y anaranjados coronaban la primavera.
“flotando en el aire germinarás” – me dijo-,
mientras que otros ailantos volarán,
volarán y volarán,
hasta nacer en otros espacios.

1 comentario:

manuza dijo...

Vaya que hermoso texto....