3 de febrero de 2017

Pensamientos varios.

Un par de amigos me dijeron una vez,
que cuando mueren tus padres, 
comienza un camino de vida en el que te sentirás tremendamente huefano.
Huerfano, desolad, triste,
sumado a la sensación de no pertenecer a nada.
Porque mas allá del territorio, la bandera, los lugares de infancia, calles, árboles, 
las historias que uno va sumando a lo largo de la existencia,
por sobre todo somos hijos
y esa es la primera referencia que tenemos.
Sin el hecho de ser hija de mis padres,
jamás habría tenido a mis abuelos,
conocido México, 
a los amigos mexicanos, 
compañeros de la primaria, secundaria y  prepa.
Y pese a las buenas o malas relaciones, 
a todas aquellas cosas que uno tiene o no con sus padres, 
las reciprocidades, peleas, conflictos, diferencias, 
mientras exista el verdadero amor de ellos a por mi y de mi hacia ellos,
todo el resto no existirá, 
no importará.

Y en vez pienso y agradezco todo lo que con ellos y a través suyo alcancé, sumé, logré, conoci, no puedo dejar de mencionar por siempre, el primero y más importante...
mi hermano Antonio.
Mi hermano ensoñado, adorado, querido, amado, preferido. 
Siiiiiiii asumo que como finalmente no soy adoptada y soy hija de mis padres, tambien peco de "preferencias". Y sí Antonio es mi hermanito consentido.


Lo quiero desde que lo conoci hace ya como 30 y pico de años,

lo quiero tanto, tanto

lo admiro inmensamente.
Antonio, representa todas las intelectualidades, inteligencias, capacidades que una persona puede alcanzar, además es el humano mas lindo, sensible, sencillo, generoso, del mundo.

Nuestra vida no habria sido igual sin Antonio,

porque todas las personas del mundo necesitan un hermano como Antonio,

una persona tan linda,

con tanta capacidad de dar,

de querer,
preocuparse por una.

Antonio fue el hermano mayor, querido y consentido,
que los procesos sociales nos dieron aunque no fuera de sangre,
el que nos llevo a ver todas las peliculas que nadie queria soportar con nosotras,

a comer los helados, 
los pecados gastronómicos que sólo un súper hermano puede dar.

Además nos abrio su corazon para quererlo, 
nos quiso, nos quiere, me quiere
y yo lo re contra quiero.
Mi vida es de una planicie tipo desierto, sin Antonio,
a falta de mi papá,
tengo a Ibarrita que se le parece mucho,
en lo bueno y en lo malo,
el simulacro de hombre que queria para mi

y de ahí que todas y todos pensaron que yo amaba a Antonio,
pero lo que nunca entendieron y qué más da, 
es que no era para marido,
sino que para ejemplo.

El hermano grande,
que te cuida,
protege y quiere,
el que te guia,
te aconseja,
se toma la molestia de escucharte, 

sobre todo te protege,

siempre de los siempres me he sentido segura a su lado.

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