Ayeres, nostalgias y el tiempo que pasa innevitablemente....

Ayer cumplí 23 años en Chile.

Una eternidad abismante.

Y pese a que una parte fundamental de mi,

sigue pegada a los mismos recuerdos,

sé bien que el tiempo a transcurrido para ellos y para mi.

Y en este fin de semana de extrañas circunstancias,

acontecimientos,

pensamientos que aceitar, rebobinar, analizar,

se sucedieron acontecimientos especiales,

un poco para conmemorar esta fecha importante y dificil,

como para patentar que por mucho que mi batalla por permanecer fiel a mi escencia,

es la mas fiel,

la mas incondicional,

el mundo gira, gira, gira y las cosas cambian.

Es curioso que un día antes de ésta fecha histórica,

pasearamos al Cementerio de Zapallar, a visitar a "Eduardo", ese tío angelical,

que mi mamá y todo quienes lo conocieron, aman y veneran como el angelito que parece era y por eso se fue antes... a los 31 añitos parece. Una juventud cortada de cuajo.

Ese cementerio tan antiguo, poético, en medio de un balneario con tanta historia de los Sánchez..... la familia materna, de la que no tuvimos el placer de vincularnos todo lo que hubieramos querido.

Y ahora que "ser Sánchez" es tan bien visto....

porque son los excentricos,

los "distintos",

volados, los seres hermeticos, introspectivos,

que todo Orreguito, en su fuero interno quisiera ser, pero que sabe que hay metas imposibles de alcanzar, porque la escencia, contra la escencia no se puede luchar.

Y todos revisamos cuánto de Sánchez tenemos...

y entre más lo hacemos, menos lo somos,

porque "ellos" no buscan serlo, sino que lo son simplemente,

sin orgullo, ni esperando la gloria eterna.

El tío abuelo que murió cobijado por cerros de Mercurios,

la tía abuela hermosa pero vizca,

el tío arquitecto, alto como un Pino, vizco como la tía aquella, hermoso, simpático a rabiar, volado, casado con la buena moza de Sara.

Patricio, el doble chileno de Robert Redford, pero con la gracia única de él mismo....

Y así también tantas otras mas historias por contar,

más no olvidar el otro lado del cuento,

donde los Orreguitos, parecieran tener "peste bubonica" y con su extrovertida manera de ser, ahora nadie quiere parecerseles......... pero en temas de escencia, de la cual no se puede escapar, asumo mi parecido con mi Paire y todos los peros que ahora no se lleva, por ser "Orrego". Y las excentricidades, que no contare, que supongo serán un poquito de cada lado.

Esos racontos familiares, que demuestran todo, todo, todo el rato, que por mas que quiera ser huerfana y poder volar, soñar y regresar a México para no volver en un siempre - jamás, las raíces me tironean las piernas, el brazo y una parte del corazón que late orgullosa, enternecida, ensoñada...... entonces suenan como un maleficio las palabras de un tal "CRP" que dijo: "no lograras volver"......... una amenaza?, una maldicion?, no lo se, pero luchare pese a todo, pese a mi historia, pese a todo, todo, todo, porque yo tengo que volver y lograr estar a la hora correcta en el lugar correcto...... aunque los Zapallar, aunque los Sánchez, aunque Orregos. Porque los llevare siempre conmigo, no se preocupen, que para cargar mochilas sentimentales, soy la persona correcta.

Y ahora que la existencia se torna distinta,

que lo que estaba ordenado se desgreña,

entonces una vez mas pienso que quizás, quizás, quizás, ha sido bueno no construir en este lugar, porque cada que trato de hacerlo, éste territorio me escupe (lupe) como si en el fondo me desconocieran, desdeñaran.... y necesito el cobijo calido de mi amado México, de ti, de tus brazos largos, de las palabras de aliento que suenan tan cantaditas, con tanto olor a tortilla, a Marinela.....

Descrubrí además, que lo de los árboles es antiguo en mi familia.

Que la Marta, mi abuela, era una entendida en la materia, en los árboles de Buin, en los "nativos", como la Paulita, la Claudia, ahora yo....