25 de marzo de 2024

Reflexiones.


No te negaré que duele el olvido de otros hacia uno, tampoco podría negarte que en mis pronto 55 años, he sentido y experimentado ese olvido en variadas ocasiones y siempre duele. Duele el ego, la violencia silenciosa que grita que para esa/esas persona(s), tu no eres/no existes. Es duro, duele, duele harto. Es un dolor más hondo que el que provoca la pena. Aquí es como una crisis de pánico sientes que la tristeza cierra la garganta y va quitándote el aire. Entonces el ahogo y las lágrimas te hacen descender por un túnel desconocido y lleno de oscuridad.  

Anoche pensaba en ese dolor que produce el olvido y que lo generan personas con nombre y apellidos, que alguna vez te quisieron y ya no más. O fingieron amor/interés/cariño y hoy ejercen el no verte aunque estés frente a sus ojos y un perpetuo olvido.

Pensaba mientras sentía ese olvido, de unas personas más que otras a por mi y cómo eso de unas personas más que otras, dolía más.
Yo también me he olvidado de personas, he tenido que hacer un trabajo para ello, porque sus presencias me dolían mucho y entonces, me despedí y desaparecí, intentando llenar su ausencia de olvido. Pero nunca he desaparecido de la noche a la mañana sin decir algo, excusar/sincerar por qué lo hago.

Pero para mi no ha habido tanta delicadeza, simplemente me han olvidado estando cerca, sin previo aviso, ni carta, ni nada. Estando/siendo me olvidan. Creo que dentro de la amplia gama de olvidos, ésta que practican conmigo, produce mucho dolor. Porque de pronto te convierten en un objeto al que actualizan acordándose que estás y después, olvidan acomodándote en una gaveta o cajón donde no eres visible y vuelven a olvidarte.

Anoche estaba particularmente triste porque durante 2 días, estuve con muchas personas y me sentí olvidada e invisible. Nadie se fijo que estoy más delgada,  nadie me habló, sobre todo el primer día y recordé aquello de la violencia silenciosa, que gusta invisibilizar o bien olvidarte, aunque estés ahí. Es desagradable y cansado porque uno se plantea hasta su propia existencia. 
Y si a esa tristeza sensibilidad, le pones 2 cervezas, uff queda la embarrada. Pero me controle y no escribí a nadie, solamente bebí consciente de mi tristeza o acompañada de ella, bebí. 

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