21 de marzo de 2024

Dinámica histérica.


Hace varios meses atrás conocí a un apuesto joven, por el cual mi corazón, casi se escapó de su órbita. Una declaración intensa propia en mi, que manifestó el deseo intenso por conocerlo. 


Tuve la mala idea (hoy sé que lo fue) de solicitar seguirlo en cierta red social y no solo fui aceptada sino que el susodicho también quiso hacer lo mismo conmigo, claro que no en toda la intensidad que yo quería (jajajaja). Y el arrepentimiento de mi actuar vino justamente porque me aceptó y no podía prever que sería de las más infortunadas situaciones de mi vida. Aunque hubo señales, que no las vi porque quedé electrificada en emociones ardientes ya que generalmente eso no pasa y menos con ciertos hombres que se creen "famosos". Pero tras seguirnos, el tiempo comenzó a transcurrir sin intercambiar ningún tipo de nada. Ahí debí darme cuenta y no hacer nada más, pero no sería yo. Entonces en una eterna espera, opté por actuar (pésima idea) y me lancé a hablarle y mis palabras, acariciaron suavemente su ego y picó el anzuelo, respondiendo.   

E iniciamos un diálogo en el que él me habló de sus gustos, pasiones, profesión, trabajo, quejas y tras un laaargo monólogo, en el que coopere con unos cuantos "ahh, que bueno, qué interesante, claro, si, ok", supongamos/supondré que satisfecho de tanta recepción auditiva, entregó el micrófono a la interlocutora que no lo estaba entrevistando. Si no fuera porque estaba en modo cacería, creo que debí abortar la misión, pero el deseo/hormigueo estomacal, recordaba el plan inicial: "poner mis manos sobre su cuerpo". Por lo que haciendo uso de mi turno, le hablé un poco sobre mi, iniciándose un pimponeo de "una escribe, el otro responde y viceversa".

Y fue lindo. Indudablemente lo fue, durante un tiempo. Como lindo es el diálogo, dialogar, pensar, reflexionar, hablar, intercambiar palabras, pensamientos. La posibilidad de conocer al otro, la otra, adentrarse un poquito en el pensar, en el vivir de otras vidas/cabezas.  

Entonces sentí que éramos. Éramos algo indescriptible pero con seguridad éramos y dos. Nos habíamos contado nuestros orígenes, lugares de vida, pasiones alimentarias y existenciales, gustos musicales, literarios, cinematográficos. Sentí que la información vertida era apropiada -como carta de presentación-, y por tanto, solo faltaba el conocernos en vivo y en directo. 

Entonces en vez de poner una fecha para concretar ese momento, comenzaron a sumarse días y más días, sin señal alguna de él. Y como fui quien dio el primer paso, me pasé mil rollos, después me enojé, por un instante se cruzó la idea certera, que él era chileno y por tal, nada pasaría entre los dos. Pero, no me escuché. 

Y cuando lo creía totalmente perdido, hizo uso de su derecho a "la dinámica histérica" e hizo contacto ¿Qué es la dinámica histérica? Pues el momento en el que algunas personas, hombres, mujeres y elles, sienten que el ratón (una, une, uno), se escapa de sus manos/redes/garras y hay que atrapar/retener. 

En lo personal, siempre he detestado la sensación/idea que alguien intente "controlarme". Yo que soy la reina de la intensidad, no esperaba que me hablara de amor, no tan rápido al menos, pero qué tal ejercer el arte de juguetear, conocerse, coquetear ¿Por qué controlar? y sin si quiera conocerse. Guácala!!

Me enoja tanto, tantísimo esa histeria. Pensé que solo la practicaban las mujeres, controladoras. Pero he descubierto que desde que los hombres se saben minoría, van por la vida como minas. Las minas ricas, lindas, las monedas de oro, las únicas en el universo. Como los rogados. Rogados, lateros, creídos y final de cuentas, histéricos. Histéricos por la vida y ejerciendo la táctica de: "te pesco, escribo, desaparezco y cuando estás a punto del desespero - como si te espiaran-, aparecen, te pescan, te escriben, hasta volver a desaparecer". Transformando el vínculo en un acto de control sobre el otro. Ese otro que es un pobre y simple mortal, que debe vivir a sus pies, a su merced, esperando ¿qué cosa? No lo sé. Algo prometedor, al menos ¿no?

Bueno, todo indica que muchos hombres, andan en esa movida y dentro de ellos, este joven guapo. Y la verdad la "dinámica histérica", genera un desangre energético, que hace dudar si vale para tanto. En lo personal, si de dinámicas hablamos prefiero la del "arte de la conquista". Quizás sucede que mi falta de ejercicio en el músculo conquistador, me aleja de cómo se están haciendo las cosas actualmente. Como fuere, esta nueva modalidad, no me atrae ni poquito. El problema es que me cuesta quitarme de la mente a este joven. Lo peor es que en esta situación de histeria masculina, libido y deseo carnal son arrumbados a un lugar menor. Lo cual es muy frustrante porque -al menos yo-, es lo que más me interesa. 

Si así está el tema cortejo del siglo XXI, pucha ¿por qué? ¿cómo? Si es tan hermosa como sabrosa la dinámica del conocerse, el coqueteo, acercamientos leves, las ansias que nos comen por tocarnos. Conversar para conocerse y saber si somos algo más que lo que se ve. Y después, que comience el campeonato de los besos. Salgamos a caminar, tomados de la mano, vayamos al cine y en un después no muy eterno, dirigirnos a la camita, como dijera mi profeta y maestro: el gran Topo Gigio. ¿Dónde encontrarás lugar más lindo, acogedor, confortable que la cama y lo que ahí se puede hacer? Aunque no me cierro a otros lugares de la casa o vía pública jajaja. Y después de mucho coger, tener sexo o hacer el amor, podemos pensar en ser dos.

Bueno, con este joven guapo, eso no sucederá. Su dinámica histérica avanzó tanto que me aburrí. Finalmente nos conocimos pero todo indica que la química no fue mutua, el lugar no era el indicado, quizás el momento tampoco. Era guapo pero no tanto. Y la verdad mi intensión era acostarme con él, no casarme. Pero su histeria no dio paso a nada más que alejarnos kilómetros y kilómetros. Actualmente es un vínculo de red social, con su dinámica histérica a todo lo que da. Un poco detesto cuando veo que ha hecho publicaciones, las evado, las paso sin ver. Debería bloquearlo, pero no quiero parecer más intensa de lo que soy y además, mi espíritu detectivesco no permite privarme, cuando las aguas estén mansas, de fisgar en su mundo de red social. Por ahora, estoy en la cruzada de alejamiento total y así no volver a caer, no darle el gusto de caer, en sus juegos histéricos. Espero que el tiempo que todo lo puede lo convierta en uno más de los "Hoy los vi" ¿a qué me refiero? Lo sabrás en mi próxima publicación.

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