28 de agosto de 2018

Martes en Marte.

De amanecida,
cuando el mundo ya era martes,
comprendí y pude quedarme dormida.

Tantos años sufriendo por ser aceptada y querida,
sin razonar y entender,
que desde hace mucho soy un fantasma,
intentando entrar en sus vidas,
queriéndolos e intentando reciprocidad,
observándolos a esos ojos que a penas miran de frente,
escuchando sus tristezas y alegrías.

"No siempre recibes lo que vienes dando",
es verdad León.

Es verdad e injusto
pero en mi calidad fantasmal,
si no te miran, ni te observan, 
¿Cómo pretender te escuchen y quieran?


Amaneciendo en martes,
descubro que soy un fantasma,
visto solo por algunos y en centésimas de segundos.

Soy un fantasma percibible por centésimas de segundos.

Entonces pensaba y pensaba,
quizás nunca fue natural el buscar amigos
¿Para qué? Si soy fantasma,
Si nunca he sido vista,
menos escuchada, ni observada,
mucho menos querida.

En el espejismo del deseo me fui quedando,
mientras la intuición replicaba: "no es natural, no es natural".


Mi calidad fantasmagórica,
camina atravesando al mundo,
mirándolos, escuchándolos, pero sin dejar huella.


Soy un fantasma percibible por centésimas de segundos.

Como si nunca hubiera estado
- para ellos-,
porque existo, soy, estoy y me gusta ser y estar.


Claridad a casi cincuenta años de vida,
no es el principio de una despedida,
más bien, constatar cuánto me gusta vivir,
aunque sea como fantasma.


Soy un fantasma percibible por centésimas de segundos.

Es por eso que vuelvo al origen
y cual conjuro repito...
modifico mi entorno, otorgo poder a mi ser fantasma, que sabe estar y ser, para ser feliz.

Vida existida en soledad, sola, alone, deliciosa y exquisita,
junto a mi amigo o amiga soledad,
con quien recorro calles, mirado árboles, derejas, devidrios, deventanas y descapes,
sumando y contado historias.

De la mano con mi amigo o amiga imaginación,
observamos al mundo y a los árboles.
Junto a mis por siempre CRA, escuchamos música, tomados de la mano.


Soy un fantasma percibible por centésimas de segundos.

Continuaré mis otros 50 años o los que tengan que venir,
como fantasma, de soledades, imaginación y al lado de mis CRA,
recreando imágenes, 
leyendo y contando historias, 
mi imaginación es infinita.

Gracias martes de marte,
por enrojecer los grises que intentaban opacar.
Gracias martes de marte,
por las enseñanzas para permanecer,
en mi calidad de fantasma que le gusta tanto la vida,
Gracias marte, gracias martes, gracias amiga o amigo soledad, gracias mis CRA, gracias amigo o amiga imaginación.

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