20 de enero de 2012

Suspicacias.

Hoy en plena y maravillosa clase de yoga, pensaba lo buenísimo que fue para mí el año pasado. Lo esperaba con tantas ansías, la conjugación perfecta de nuestros astros, de la CRA en toda su esencia, el número elegido hace tanto tiempo y que finalmente llegaba a mi. Un año en el que sentí por  un instante, que podría tocar el cielo con las manos. Escribí como no pensé que se pudiera, me conecté con todos mis amores, penas, sufrimientos, y los largué en esos cuentos. La creatividad se respiraba por todas partes, leía como nunca, escribía de igual manera y cual si fuera poco creí encontrar el amor, aunque finalmente no fue tal. Pero las sensaciones vividas, sentidas, gozadas, sufridas, fueron tan intensas, tan sublimes, inolvidables por decir algo, que gatillaron a la felicidad, la alegría, las ilusiones, el mundo era y se veía aún más lindo, así como sus colores, sus aromas.

Y en este nuevo comenzar, no sé si será a causa de la pena arrastrada por el amor que no logré o será el exceso de cansancio o simplemente ese maldito llamado a conectarse con el mundo interior, pero siento y ojalá me equivoque absolutamente, que las intensidades no serán como antes.
De pronto, vuelvo a ese lugar en el que las certezas frente a todos aquellos planos ansiados, amados, anhelados y en espera, prosiguen detenidos, paralizados o porque quizás como dijera aquella vez Laurita, mi querida amiga, "no fui hecha para vivir esas cosas". Aunque me duela pensar que existan seres predestinados para no sentir ciertas cosas, inhabilitados de vivir algunos aspectos de la vida, que debieran ser iguales para todos. Pero también es cierto, que para bien o para mal, en estos largos años caminados, tengo algo más que una leve impresión de no ser "igual al resto" y todo lo que esto  implica.

Si al menos en esta calidad de "diferente" se puedieran alejar, quitar, arrancar, todas las sensaciones, emociones, de los otros y así vivir la existencia que me tocó sin estar constantemente mirando para el lado y pensando ¿por que a ella si? ¿por que ellos si? ¿por que yo no?
A saber.
Quizás sea el pesimismo de una constatación atrapada en la punta de la lengua y que salió aireosa hace pocos instántes, dándome nuevamente la razón en mis sospechas. Sospechas transformadas en certezas que duelen y en ese dolor se van corriendo las ilusiones o los deseos enormes de ser igual al montón y alcanzar aquello que nunca de los jameses he tenido.

Será que es año par y por tal todas las cosas no tan buenas, se aprontan a llegar. No he podido conectarme como antes a la lectura, ni a la escritura, como si de pronto la magia, la creación se hubiera quedado en el ayer.
A saber.
Sólo tengo la certeza gatillante de que estoy más apachurrada que fruta pisoteada en la baldosa...... quizás sean cosas de chicas, quizás todo pase cuando este fin de semana deje los trabajos de lado y me concentre unica y exclusivamente en mí........ ¿me encontraré? ¿podré hacer cosas productivas?, o también será que estoy tan cansada que no tengo cuerda para nada más que dormir, ver TV y películas.........
El tema es que no alcanzar mis metas añoradas, las que pensé eran la neta del planeta, para mi nueva vida, sobre todo escribir, me provoca gran frustración.
Si por lo  menos tuviera eso, eso al menos para soñar en otras frecuencias, mundos paralelos, como siempre ha sido y así no extrañar ni envidiar, aquello que nomás no se me da.

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