21 de febrero de 2010

Las bellezas de los árboles.


Caminaba por los espacios verdes de la Universidad de Concepción, despidiendome de la ciudad y de sus hermosos àrboles.
Los contemplaba y pensaba en las ganas de tener dedos para dibujarlos, inmortalizar su belleza, su tronco, ramas, hojas, el vaivén al viento.
Quizás por eso tomo fotos, porque no sé inmortalizar tanta belleza,
a diferencia de otros,
como mi tía, mi abuela y prima, que bordaban esos hermosos "petipuanes" en donde los árboles cobraban vida y sentías que sus ramas se mecían realmente con el aire.
El día amaneció hermoso, soleado, con mucho viento,
el viento en Concepción es parte de la vida, por eso los calores no son como en Santiago, tan pegajozos y molestos,
aquí corre viento, brisa, viento, viento y uno se despeína y el calor pasa inadvertido.
Y fui a despedirme de los árboles mas cercanos, los de la U.
y estaban realmente hermosos, realmente poéticos.
Bajo un imponente álamo, de tronco grueso, enorme de altura y motudo de hojas verde-plateadas, me quedé.
El viento hacía mover las hojas dando la sensación que estaban iluminadas.
Miraba los árboles de un lado y de otro.
Los eucaliptus altos, delgados, a lo lejos en el cerro.
Los peumos, álamos, boldos del cerro de la U., todos se dejaban llevar por la fuerza del viento, quien los hacía batirse de un lado al otro.
Y en esa manía tan mía por inmortalizarlo todo,
detener el tiempo,
congelarlo si es posible,
pensaba ¿cómo hacer para que tanta belleza, se mantenga en el tiempo?.
Podría grabarla en video,
pero y ¿el sonido?,
el susurro del viento que mueve las ramas,
hace bailar las hojas,
ese ruidito a veces imperceptible, otras huracán...
¿Cómo capturar las tonalidades de verdes,
de arbustos de ramas blancas, que en la lejanía parecieran estar cubiertos de velos, el verde-plateado de los álamos, el verde oscuro-profundo del peumo?.
Qué decir de los cipreses....
Y así también como obtener la textura, el olor, las formas de las hojas: si son rugosas, lisas, brillosas, asperas, largas, anchas, chicas, enormes...
No se puede.
Sólo queda la memoria,
volver, volver todas las veces posibles,
hasta esos bosques,
esas planicies verdes,
esas alturas enverdecidas,
esas tonalidades en verdes,
ese baile de árboles
y sentir el aire, el viento, el susurrar del viento,
recordar las alturas,
su textura,
el aroma de las hojas que se mezcla con el aire.
Es una tarea,
es un tiempo a tomar,
pero el resultado de la memoria,
puede ser tan cabal, tan certero, que casi nos sintamos transportados a esos parajes que conocimos y ahora añoramos tanto, tanto, tanto.

3 comentarios:

carlosmxax dijo...

que lindas fotografias
aca en el norte, Antofagasta, ciudad natal y donde resido los fines de semana; y en Calama, donde trabajo de lunes a viernes, solo tenemos desierto, calor, y pasajes aridos, asi que un poco de verde se agradece
bueno, quizas por eso la presencia de mi pequeño jardin en mi depto

saludos

Colomba dijo...

De nada Carlos, pero digamos que Es que todas las representaciones de la naturaleza, hermosa de principio a fin son particulares, yo que tengo la posibilidad de verdes, ansio estar en esos desiertos, paisajes aridos, planos, robustos que tu describes........... por eso tu pequeño jardin y yo algunos cactus para añorar lo que no tengo........... que inconformes que somos!!............jajajaja
Saludos!!

carlosmxax dijo...

claro!, muy cierto lo que dices somos muy inconformistas, y cuando no tenemos lo que es habitual, se extraña mucho...

saludos!