9 de julio de 2006

La calida noche de invierno de ayer


Anoche fui a una fiesta.
Pero no a cualquiera, si no que a una a la que no fui invitada
y en donde el mas viejo de los comensales tenía 19 años.
El dato lo saqué de un fotolog, que entregaba señales, mapas, email, fono, cel y poco menos que medidas anatómicas, de ¿cómo? llegar.....
Invite a otra femina amante de los pubers y partimos a darle "de comer al conejito".
Primero,
tuvimos que vestirnos cool para la ocasión
Segundo,
hubo que matar el tiempo hasta que el reloj de mi muñeca marcara las 12 de la noche
ya que las fiestocas de hoy
no comienzan antes.....
pese a la amenaza de brujas, lobos y demases.
Tercero,
en la espera casi nos quedamos dormidas
y Cuarto,
partímos raudas hasta el lugar de los hechos.....
La mentada casa en cuestión, quedaba mas lejos que tratar de descubrir donde miercales escondieron "el poncho del diablo"....
pero allá estábamos nosotras tomando micro, taxi, caminando, poco menos que pidiendo aventón con tal de llegar.
Llegar a donde seríamos las desconocidas de siempre, pero no por ello, menos aventureras.
Fue en el 3567 de Codigo Da Vinci, en plena comnuna de La Reina, que tiramos de un cordel, el cual sonó ding dong, ding dong y al paso, un joven salio a recibirnos.
Nos saludo como si nos conocieramos de todo el colegio, con su buen beso en la mejilla y a continuación, nos señaló el camino a casa.
Un adentro cálido al son del cigarro
Belmont con sus correspondientes y densas nubes blancas
impedían ver mas allá de nuestras narices y a los dueños de la fiesta, dilucidar los añales que tales damas cargaban.
A falta de vista, fue el olfato tapado en humo el que nos guió hasta la mesa donde estaba el alcohol que corría a raudales.
Con la Natalia nos estábamos sirviendo unos vodka tónica -para entrar en calor-, cuando un par de buenos mozos "chicuelos" se acercaron a hacernos plática.
Conversando del clima, de la lluvia, de los granizos de antenoche y de lo bakan y bien posicionado que esta el moviemiento de los pinguinos, se nos fueron los minutos.
Cada vez más cerca los ellos de nosotras, cada vez mas imposible dilucidar si eran sus labios o los nuestros los que se movían...
hasta que cayó la pregunta del millón:
¿de qué colegio son ustedes?,
Natalia rápida como el rayo, sacó del bolsillo de su ajustado jeans
el "paquetito" que dejaría en el olvido nuestra respuesta.
Con papelillo en mano y con su gracil lengua fue preparando el pito, mota, guiro, churro
o como se le este llamado hoy
a la nunca bien ponderada "marihuana", que dejo locos de felicidad a nuestros pinguinos.
De paso tal espectáculo,
subio hasta topar con el cielo, los bonos de estas bellas dealler.
Ofrecieron fumarlo "atrás"
a lo cual ni cortas ni perezosas dijimos "yes".
De los pitos pasamos rapidamente
a las manos
a los besos
a las caricias
y de nuevo a los besos.
Sin decir agua va
ya no estabamos" atrás" si no mas bien "encima",
cada una
de su mochuelo en cuestión
dale que dale
jadeando y jadeando.....
Los besos no paraban
y las manos se multiplicaban...
De la marihuana, el trago,
la música y la casa,
no volvimos a saber.
De pronto
no eran 8 si no 10, 14 manos las que rosaban, tocaban, entraban y salían
por mi cuerpo.
Cuando abrí los ojos, sólo vi nubes frente a mi, me senté porque bajo mi espalda, "algo" punzaba: un anillo puntiagudo, la cara de una calavera para ser exactos, unido al dedo de una mano, del brazo de un hermoso joven que dormía debajo mío.
A mis costados dos pares de cuerpos mozos roncaban a todo pulmón.
A mis pies, Natalia se cobijaba
entre dos pares de botas negras que cubrían
las piernas de dos gruesos muchachos.
Nuestros únicos testigos: un martillo, un taladro y un serrucho
colgados en los muros blancos del patio....
que nos diera morada en esa cálida noche de invierno.

4 comentarios:

garta dijo...

ta la raja...
manejaste muy bien el tiempo. Si es que fue un cuento
Si fue verdad, mejor aún porque me lo comí hasta el final.
Igual te aviso cuando tenga algún brillito a ver si nos dejamos tentar por una calada de un buen porro.

tallarin cervecero dijo...

chus...me acorde de unos carretes cuando tenia 19 años..que tiempos aquellos¡

tallarin cervecero dijo...

chus..me acorde unos carrtes que tenia como a los 19 años..que tiempos aquellos¡

Colomba dijo...

Garganta de lata, como ya te dije pues bienvenido los brillos y y y y eso........
Tallarin cervecero como dicen en mi amado Mexico "que tiempos aquellos señor Don Simon"....... juventud divino tesoro...jajajaj