Mi querido Pompón,
Faltan horas para que sumemos tristemente tu primer mes lejos nuestro. He pensado tanto en ti, no he dejado de extrañarte, estás son algunas de las reflexiones de los últimos días.....
Supongo que no existe un horario en el cual el ánimo decae. A veces pasa
en la mañana, o en Atarde.
Me molesta que los reguiletes sigan volándose con el viento, sentir la fresca brisa.
Por qué? Qué culpa tendrán los reguiletes? Ninguna, obvio, solo que tu, mi Pompón, no estás para sentirla/disfrutarla.
También he sentido
pesar por cuidar el patio, preguntándome ya para qué? Para quién? Si
eras tu, el que más disfrutaba. El patio sigue ahí, la DeBugui le han
salido flores -para ti-, todo está verde y vital. Un poco me da flojera
cuidarlo y después pienso en cómo lo hacíamos juntos y creo que en ese
recuerdo y porque las plantas no tienen culpa, es que sigo regando,
moviendo macetas y podando/cuidando.
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