partió mi amado Goyito, Gregorio Orrego Sánchez.
Era mi amado gatito, al fin un gatito para mí.
La mascota, compañero que más había querido tener,
y que en casa de perrunos, no lo había logrado alcanzar,
hasta que llegaste tú, mi amarillito y lindo minino.
Y mientras estuvimos juntos, fuimos los más felices ¿verdad Goyito?
domir juntitos en mi cama,
acurrucaditos los dos,
esas comidas selectas que te dabámos,
y pese a todas las adversidades que acompañaron tu existencia,
nos hiciste muy feliz.
Es por ello que hoy, como siempre,
te traigo hasta mi,
para volver abrazarte y reiterarte lo mucho, muchisimo,
que TE AMO y te extraño.
Te quedaste congelado en esta foto,
en la cada de Guadalajara,
con las alegrías, los momentos maravillosos que compartimos en esa casa,
esa ciudad, ese país,
todo lo bueno, lo mejor, se quedó allá.
Te quiero, te quiero, te quiero,
no te olvido, no te olvido, no te olvido.
Besos, besitos, besos.
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