19 de diciembre de 2014

Dubitaciones.

Las carencias, 
provocan un estado de mucho malestar en el corazón,
la necesidad constante por lanzar ráfagas de sapos y culebras,
esperando que la suerte de los otros,
desfallezca, falle, aminore
cual calmante de mi alma.

No quiero eso en mi corazón,
menos para los sentimientos - pensamientos,
la vida de nadie crece o empequeñece 
con lo bueno o malo que ocurra con otros,
aunque esos otros hayan dañado tu vida,
odio, rencor, amarga el alma,
impide ver la luz,
apaga las posibilidades de todo.

No más odio,
ni rencor cegador,
aunque las perdidas estén latentes,
requiero de la vida luminosa,
donde existir,
con alegría y deseo de bien para los otros,
aunque no sean tan buenos,
aunque no hayan sido buenos conmigo.

Volver a tiempos,
donde los que quería
pero no a ciegas,
en que confiaba
pero con medida,
buscando felicidad
con alegría,
interior, exterior
no a costa de otros.

Quizás exista la posibilidad 
que lo material,  
se multiplique a mi lado más que las personas
y por lo mismo,
como siempre, como hasta ahora,
aprender que esas herramientas están ahí,
a mis manos,
para gozar, viajar, conocer, descubrir,
alcanzar la felicidad,
saborearla,
volver a saborearla.

Alguien dijo por ahí
que el Supremo,
aquel que para cada quien lo sea,
acomoda las piezas - personas - situaciones,
de las vidas,
lo justo e injusto, carentes y colmados,
de manera que todos tengamosseamos, gocemos,

Que mi esencia sea la alegría, 
lo material un trampolín,
para recorrer horizontes nuevos,
refrescarme en colores, sabores, aromas, culturas, historias....

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