6 de noviembre de 2014

Las perdidas y la memoria.

Todo y nada tiene que ver,
Nada y todo se entrelaza,
hoy una personita pequeña partió,
se llenó el aire de tristeza
y no pude dejar de pensar en mis muertos,
que laten en el corazón todos los días,
que me hacen tanta falta
y como de ahora en más, 
ella inundará el espacio con su ausencia-presente,
el dolor de sus padres,
la vida que deberán hacer de ahora en más sin ella...

La memoria que juguetea con uno,
nos enseña y demuestra lo simples que somos,
la soberbia que no madura,
permitiendo encontrarse en todas partes trozos de memoria,
trozos de ellos,
nuestros queridos ausentes,
los escritos de mi mamá,
fotos de mi  papá,
su carita sonriente,
renovándose las ganas desesperadas de tenerlos conmigo,
verlos, estarlos
¿será porque no hicimos los honores el pasado 2 de noviembre?...

Y entre medio de tanta melancolía,
encuentro este reconocimiento que Salvador Acosta Romero,
un querido amigo de la familia,
escribiera a los tres años (2011) de muerto mi padre.
Todo y nada tiene que ver,
Nada y todo se conjuga y entrelaza...
algún día se las compartiré.

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