25 de enero de 2018

Después de la intensidad, queda.... más intensidad.

Siempre me pasa,
después de verte,
quedo envuelta en un huracán de sensaciones...

Caminar de vuelta a casa,
rememorando,
cada instante,
todos los instantes.

Cerrar los ojos
y mientras camino.... 
recordarte, 
volver a mirar tu rostro,
gestos, es que eres tan lindo oyee,
tan simpático,
me encanta ese tuyo que enternece
y estremece,
del ser parco y tímido a la vez,
me apretujo en ganas de hacerte cariño...


Quisiera poder ser más afectuosa contigo ¿qué pasaría? 
Me gustaría tratarte como a mi hermano Antonio, 
final de cuentas, te miro con la casi misma admiración que a él, 
me gustas más que él, obviamente (jajajaja), 
quisiera tanto, tantísimo, simplemente hacerte cariño...


Y me pregunto en ¿qué estará el no poder hacerlo?
¿serán mis locas fantasías?
aquellas que no dejan de correr por la mente,
alimentando en suspiros, aquel futuro inalcanzable
y que final de cuentas, sólo impide estas cercanías contigo
o será que por muy unidos que fuéramos ¿no me dejarías?


Si dijera que te conozco,
pensaría que detrás de todo parco - tímido, 
va implícita una solicitud, 
que ni en cien años luz pediría, 
de recibir esas demostraciones afectuosas que saltan a la vista,
algún día me tiraré a la piscina y lo averiguaré.... 


¿Viste?
Finalmente sigo pensándote,
hablándote,
buscando tu aroma,
todos aquellos instantes eternos, 
capaces de ejercer el arte de evocarte.


Mientras el tiempo transcurre, las horas sumándose,
después los días y semanas,
seguiré aquí, en versión relajada, 
esperando la próxima vez que nos encontremos.... 


La egoísta que llevo dentro quisiera no compartirte con nadie,
ser solamente yo la que se llena de momentos,
en donde la parte de ti, la que me pertenece de tanto pensarte, 
soñarte, quererte, fantasiarte, 
se mezcla con la que late todos los días en ti
y así,
sumar infinitas fantasías, más pensamientos, 
intensidades huracanadas, 
sueños a por ti.

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