17 de noviembre de 2015

Don René Bobe!!!

Esa circunstancia curiosa que ocurre de vez en tanto en la vida,
con seres encantadores que uno encuentra 
y que por más tiempo que transcurra sin volver a verlo,
quedan guardados en el corazón y la memoria para siempre jamás.

Así me pasó desde el primer momento en que conocí a Don René Bobe,
padre de mi querido amigo Germán,
no puedo decir que conversé de la vida y otras cosas con él,
que me sé su vida al derecho y al revés,
algunas anécdotas de los primeros días del golpe,
de cuando manejó por última vez un avión en y para Chile.

En vez,
momentos en los que compartí su compañía,
bajo el parrón llenito de uvas,
de su casa en Puente Alto,
el contemplar la belleza que era ese lugar.

Sus enormes árboles,
el verde que desde el techo - parrón nos cubría,
hasta donde la vista te llevara
estar simplemente ahí,
en silencio,
cada cual en lo suyo,
en mi caso de tanto en tanto trepándome a las parras para comer uvas
y él abajo leyendo el diario, 
acariciando la cabeza peluda y enorme de sus queridos perros,
del querido Chomsky y de Don René,
ambos tan hermosos, 
como majestuosos, tiernos, simpáticos, callados, pensantes, 

Es por eso que hoy,
que tristemente me entero que ha partido,
para reunirse con sus perritos, padres, hermanos, hijo, gatitos,
quizás para mejor de él,
triste para los nosotros,
Señora Marisa,
los hijos que están,
para los que tuvimos el placer de conocerlo,
mirarlo, simplemente sonreírnos,
para no olvidarlo nunca más en la vida.

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