26 de junio de 2013

Demasiada información


Tener mucha información, sobre alguien, alguien especial, sublime, maravilloso, ensoñado, no es tan bueno. Pese a mis ciertas capacidades y destrezas por encontrar datos, fotos, detalles, de pronto se va la vida en juntar, almacenar y acumular recuerdos, diarios de vida escritos por ambos lados, ensoñaciones, suspiros y demases, más no amor, no amores, no miradas.
Multiples zancadillas inconcientes muy concientes, para no buscar nada, la curiosidad más fuerte se tendió ante mi, todo, todo, lo que quiera, menos, menos, nada, nada, concreto sobre tí.

La maravillosa idea, sensación, ensoñación, de que eras a mi a quien mirabas ayer. El mariposeo estomacal y ese ocupar las ideas para pensarte. Nada, nada más, el instante revisado, analizado desde las infinitas perspectivas una y mil, millones de veces más y más..... hasta los sueños nocturnos viajaste.

Sin asomarme -todavía-, a la realidad cruel y colapsante en la que tu imagen desaparece y que solo un milagro podría hacernos topar y vuelvas a mirarme.
Me mires, sepas quién soy, existo, me mires, mires, sonrias, me mires, simple, hermoso y vital como las miradas.

Entonces pues ¿qué hago con tanta información sobre ti?

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