22 de marzo de 2013

Agüitas varias.

Vamos de visita con Mariano, amigos y otros que no conozco a casa de Carla Morales o Javiera Moraga, es una de las dos. La casa es maravillosa, tiene vegetación dentro y fuera, cascadas en el patio interior, muchos ventanales por donde contemplar los árboles, plantas, verdes, flores, agüitas varias.
Estoy enamorada de Mariano, pero él está con otra chica aunque no viene con nosotros, él es muy amoroso conmigo todo el tiempo. La belleza de la casa y sus alrededores me despiertan los deseos locos de tomar y tomar fotos. Afuera llueve, mi cámara está en el auto de Mariano, le pido la llave, me pasa un candado enorme y colgando insignificantes, las llaves del auto. Salgo al exterior escuchando el La, la, la, de Serrat. Guardo el llavero de candado enorme en mi cartera, llego al auto y lo abro sin dificultad. Saco mi cámara y me pongo a tomar fotos del exterior de la casa.
Hay un puente que no había visto antes, que une la cascada con la casa, un puente de palitos de bambú "árbol de bambú", paseó sobre él tomando fotos a la casa, a la cascada, a los árboles, a los ventanales y las imágenes que en ellos se proyectan. Después por dentro, los puentes de madera de bambú son los pasillos de la casa, abajo el agua de la cascada que circula libremente, en color calipso a veces, otra verde esmeralda. La naturaleza bajo, sobre la casa y a través de las ventanas. Verde, verde, verde. Arboles enormes y frondosos, mucha vegetación húmeda.

Estoy dentro de la casa contemplando y tomando fotos, móviles de piedrecitas, cristales y campanas por varios ventanales. De repente me encuentro con Mariano, él está echado en un sillón, se siente mal, le duele la cabeza. Voy a sentarme a su lado, le aviso que el llavero está a salvo, el auto también, recuesta su cabeza sobre mis piernas, le hago cariño en la cabeza, él me sonrié, nos miramos fijamente. Aparecen los amigos, los que no conozco, la Carla o Javiera, la casa se llena de voces, de barullo, música, ahora estamos en medio de uan fiesta, Mariano y yo seguimos sentados y él echado sobre mis piernas, mirándonos sin prestar atención al resto que nos rodea.

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