6 de agosto de 2011

La constancia.

Cuando pareciera que no queda nada,
los descubro a ustedes.
Mis amigos incondicionales,
de todos estos largos años,
de existencias agitadas, letargosas,
pero vidas maravillosas y amadas.

 Mis queridos sueños,
añoranzas de los días más felices de la vida,
mis amigos del alma,
de las ensoñaciones,
de los amores platonicos,
imposibles,
los mejores amigos y confidentes.

Los primeros amores,
los momentos aquellos inolvidables,
aquellos que permiten que de año en año,
mantengamos los ritos, las promesas,
las constancias presentes.
Hasta cuando perdemos la cuenta del tiempo transcurrido,
más no así la presencia,
los aromas de las calles recorridas, de las películas vistas, de las emociones sentidas en colectivo, entre nosotros, los únicos, los de siempre, los CA.
Hasta la muerte.
Hasta H.

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