1 de abril de 2010

Días

Si fuera sólo el pasar de los días,
en el que de alguna manera uno se acostumbra a los movimientos teluricos o descubre que la casa es mas segura de lo que creía,
entonces uno podría volver a ser un poquito como antes,
mirar por la ventana y descubrir los colores de la vida,
algunos aromas que todavía se mantienen, no los de ratones muertos que surgen en la noche obviamente, pero aromas,
colores de las flores, el verde generalizado de las suculentas,
de algunas florecitas de cardenales, que pese a no aparecer en todo el verano, ahora, con estos calores extraños, fuera de tiempo (cambio climático) florecen y como que encoloran, embellecen lo que antes realmente era lindo.

También podría ser que hoy fuera un día normal,
hasta agradable,
pese a que abuelita de batman este resfri y yo me quedase con ella en vez de ir a la playa,
pero finalmente en Santiago,
con los trabajos realizados y entregados y por lo tanto, tiempo para leer, quizás para ver más de una pelicula en la casa, porque a los cines por un ratote no iré porque igual hay que respetar a los telúricos.

Todo podría ser mucho mejor,
pero no lo es,
o no lo es del todo, porque mi ánimo, mi alma, mi yo, yo, la que camina por las calles tratando de reencontrarse con los colores, con los aromas, con las pequeñas cosas lindas de la vida, ya no tiene esos ojos, ya no ve esas cosas,
el alma la tiene tomada,
esta colapsada en pena y eso la hace no ver, no mirar del todo.

Aunque hoy miró los edificios de Diagonal Paraguay, los antiguos que todavía quedan y que están intactos a los acontecimientos pasados y son tan hermosos, todos de muros grises pero la llevan porque es el color de sus muros reales. Todos tan antiguos, con detalles en sus balcones, en las cornizas, en la entrada a ellos. Hermosos, grises como Santiago pero hermosos. Y los miré y los volví a encontrar hermosos y pensé que ahí podría haber sido tan feliz con mi GOGO, podríamos habernos cambiado ahí, que se ve que el paso de los años tiene resistencia en materiales.

Entonces vuelve la pena y la mirada se nubla, pero ya no puedo llorar o mas bien después del día que te moriste, no he podido volver a llorar, tengo estancada las lágrimas, las asocio en mala hora al día inombrable después y entonces cuando la pena me aprieta mucho, mucho, mucho, de esos apretones que ves mas allá, que casi crees que te has muerto también porque no es posible creer que se puede vivir para sufrir tanto, entonces constato que no logro llorar...........

Y entonces vuelve esa sensación de estar pero en versión zombie,
de caminar por las calles,
de necesitar hacerlo, pero en realidad no viendo, no mirando, no observando.
Si como será que tengo en mi interior la intención clara,
de acabar con todo lo lindo,
agradable,
hermoso que construí en mi casa, porque finalmente todos ellos están y tu no.
Cortar plantas, sacar excesos, dejar todo muy sobrio, muy poco, que no se note opulencia, alegría, derroche de belleza, de colores.

Es como si le tuviera bronca a todas las plantas del mundo,
las cercanas,
las que me rodean,
porque ellas están intactas, casi mas hermosas que antes
y en cambio tu mi amado,
tu no estás.

Sólo me contentan los chincolitos y gorrioncitos,
que vienen al patio y les doy su comidita,
porque son silvestres como tu,
porque necesitan que los quieran como yo,
porque necesito que me quieran como tu,
que nadie me querrá como tu.

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