20 de mayo de 2009

Los hermanos.


Hace muchos, muchos años, cuando era una niña mas intensa y exagerada que ahora, tuve por fortuna, gracias al exilio en México y a mi padre, de conocer a Ibarrita.
Él era alumno de mi papá en la Universidad de Guadalajara y fundamentalmente una persona "especial" que conquistó sin proponerselo a mi familia por completo.


No es que este sumando kilometros Lanpass
de verdad, verdad que Ibarrita es una persona "particular", totalmente encantador, fascinador, atrapante. Creo que no debe existir hombre, mujer o demonio que no se sienta ensoñado con su persona. Tan simpático, tan cariñoso, con ese tiempo, esa calma digna de un buen mexicano, que te escucha, aconseja, aunque a veces caiga en el sopor de la narcolepsia, pero hasta eso lo hace extremadamente "encantador".
Porque como buen hermano, de los de verdad, puedes hablar, discutir, pelearte, putiarse y por mas años que pasen, siempre, siempre las aguas volveran a amanzarse.


En el estupor de este cariño infinito, fue que con Manucita lo amamos desde el primer momento,
ella tan "monito sabio" para sus cosas, lo bautizo "Monino"
el pobre tuvo que cargar con ese apodo años de años
pese a las burlas envidiosas de sus compañeros de generacion.
Por mi parte, decidí sin anunciarlo, que Ibarrita-de-chocolate, era y sería mi y nuestro hermano de ley para siempre y por siempre.


Y como lo mío en la vida ha sido contarme historias, muchas de las cuales me las termino creyendo, acontenció que para justificar que fueramos tan distintos en nuestro parecido, lancé la colección donde se contaba las vivencias de Ibarrita y Colomba en "LA CASA AZUL".
Una historia jamás contada.
Inédita,
única que no sé si es momento de revelar.
El tema es que en base a ella, justifique todo lo que no encajaba y convertí a "Monino" en mi hermano sanguíneo único y exclusivo.
Y serían los años que pasaron y en ellos la cantidad de situaciones, momentos vividos en bola, los que convirtieron ésta historia ficticia en una verdadera.
Cosa que para cuando llegó el maldito momento en el que tuvimos que separarnos y mi cucharón adolescente se rompio en mil pedazos, comenzó la reconstrucción a través de miles de cartas, mails, conversas en el msn, para que nunca jamas de los jamases Ibarrita se alejara de nosotros.
Fue una tarea ardua,
una porque la distancia se interponía,
porque él quería vivir su vida,
porque se sentía quizás, quizás un poco prisionero,
atrapado por las nostalgias
y pensó que la distancia me aliviaria,
pero se equivoco.


Pero en el camino de la vida, las intensidades fueron sumando sólo por mi lado,
muchas veces sentí que estaba mas sola que dedo
que todos me miraban como "coli la raya papa".
Todos habían armado sus vidas,
crecido, multiplicado
mientras yo seguía respirando dentro de la misma burbuja.
A veces sentí que la intensidad se diluía,
que se hacía difícil mantenerla de un solo lado,
pero me mantuve firme como la mula que soy
pese a que a veces, las cartas, los mensajes no llegaban a buen puerto.

Cuento corto (como diria Manucita), tuvo que pasar muuuucha agua bajo el puente y sobre mi cabeza, morirse mi ensoñado pairecito, compartir ese momento extraño y triste junto a Ibarrita desde México, esperar cumplir el primer año de aniversario por su partida, para que Ibarrita-de-chocolate pronunciara las palabras magicas y ensoñadas del mundo:
!!LAS AMO PORQUE USTEDES SON MIS HERMANAS PARA SIEMPRE!!.
Porque no puede existir una vida sana sin exageraciones, sin jamases y sin nuncas.
Y ahora me siento feliz, mas, mas que nunca
porque sin esperarlo
sin esperar nada
fue él mismito quien desperto del letargo equis de su existencia y se dió cuenta que REALMENTE SOMOS HERMANITOS
y eso es algo que nada,
nadie,
ni nosotros,
podremos evitar.


No importa que no nos corra la misma sangre por inside
que no tengamos los mismos apellidos
que él tenga un color de piel maravilloso y nosotras seamos una caras pálidas
que él viva en México
y nosotros en el Chilorio
lo unico que vale
es que
SOMOS HERMANOS PARA SIEMPRE JAMAS.

1 comentario:

alejandro dijo...

siempre tan lindo lo que escribes, tan sentido, tan de dentro, tan como solo usted puede ser mi linda niña.