24 de enero de 2020

... ¡¡¡ 33 años ¡¡¡ ....


Hoy hace 33 años que volvimos a Chile.
Será porque el tiempo que ha transcurrido es harto, 
será porque mi papá me contó tantas historias sobre el grado 33 de los masones..... 
pero en definitiva hay tantos será que producen nostalgia eterna a por esta fecha.

He pensado todo el día en este 24/01/2020
lo he mirado desde diversos ángulos
y en todos, como me pasó hace unas horas,
siento que la fecha, el día, los 33 años, están cargados de pérdidas.

He perdido tanto en estos 33 años,
perdí a México,
perdí a mis abuelos,
a mis padres,
a la Quetzi, Gregorio, Gremnlin, Cuchitril,
amigos de allá y de acá...
una vida de pérdidas y sin embargo estoy aquí.

Y sin embargo estoy aquí aunque muchas veces he soñado con ya no estar.

Hace muchos años atrás,
en uno de mis viajes a México,
una persona a quien yo estimaba (pero ya no) me dijo que los que se van, los que como nosotros, los que no éramos de México y que llegamos a vivir allá y de pronto nos vamos, volvemos, regresamos, al lugar donde nacimos...... generalmente, no logramos nunca más regresar a México. Volver para siempre, a morir como Jorge Negrete, a esparcirse como cenizas en el aire.

Hoy que han transcurrido 33 años, las palabras de esa persona, me duelen más que nunca. Me duelen porque lamento que tuviera tanta razón, porque por más que voy, vuelvo, viajo, regreso, no logro quedarme para siempre, jamás.

Y lo lamento porque a pesar de tantas pérdidas,
amo tanto a México,
creo que es mi primer amor,
el amor más grande de mi vida, después de mis padres/abuelos/Antonio....
viví durante tantos, tantísimos años inmersa en una bolita de cristal que fabriqué para poder permanecer cerca/lejos de mis nostalgias, recuerdos, añoranzas, amigos, momentos, aromas, olores..... y de pronto después que murió mi mamá en el 2013  y regresé el 2014, nunca más fue todo igual. Ahí comprendí que no podría volver jamás, que la esencia de mis días añejos, de los ayeres impregnados de vida, pertenecían a un pasado, al que solo podría volver de la mano de mi papá y de mi  mamá, que ni siquiera los amores, mis amados amores, podrían lograr romper el hechizo, maldición que impide que vuelva, regrese a ese lugar que tanto amo.

A veces siento que nunca seré de ninguna parte y a veces siento que ya soy y seré siempre de tantos lugares, un poquito de Chile, otro de Argentina, mucho, muchísimo de México. He repartido nostalgias por América Latina y eso siento me acerca a mis padres, a mi papá, a mi mamá. 


Me duele,
creo que siempre me dolerá este 24 de enero,
aunque desde el 18 de octubre de 2019, que en Chile sucedieron cosas maravillosas, como que los jóvenes nos despertaron de la modorra burguesa individualista, como que he comenzado a mirar con otros ojos a este país............. amo tanto a los jóvenes y su lucha, a la #PrimeraLínea me siento cerca de ellxs, de sus ideas, convicciones, aunque las mías sean más de espectadora. 

No sé qué será de la vida,
de mi vida en ella,
sólo sé que hoy, que suman 33 años estando lejos de un lugar y cerca del otro,
viviendo 33 años en un sitio y dejando de hacerlo en el otro,
no tengo ninguna certeza,
como siempre tengo más nostalgias a por lo que fue
y sin embargo,
sigo, respiro, a veces levito, me desdoblo,
todos los días camino, miro al mundo,
comento y critico,
estoy aunque a veces no estando estoy quisiera no estar.

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