2 de septiembre de 2016

Hubo un tiempo....

Hubo un tiempo en el que tenía una meta que alcanzar,
un lugar al que llegar,
el que me daba las energías,
la vida, la vitalidad para continuar,
para no desfallecer,
para sentir que pese a todos los peros del universo,
había un lugar único e irrepetible,
donde el sol brillaba más fuerte,
donde los colores eran más lindos,
qué decir los aromas,
el amor estaba en cada esquina esperándome,
los amigos, el amor, los amigos, el amor.

Y de pronto todo cambió,
más allá de los por qués,
lo que me duele
y me hace pensar cada que detengo la rutina,
el acelere existencial,
es que me quedé sin norte,
sin ruta, camino, horizonte que alcanzar,
ya no existe un lugar propio, único e irrepetible por el cual luchar, vivir, sobrevivir, esperar, para alcanzar.

Una parte de mi está total y absolutamente vacía,
se siente ahuecada de corazón,
no quiere como antes,
siente que ya no tiene amigos a quienes querer,
menos en quienes confiar, 
de un derepente la multitud desapareció,
la mesa larga, larga, larga llena de conocidos queridos, amigos queridos, se esfumó
y quedaron sentimientos oscuros, grises, tristes.

Ese vacío de tanto en tanto aparece en mi mente,
recordándome más que nada que hubo un tiempo en el que tenía razones, motivos, causas, sueños, que alcanzar, por los cuales luchar para llegar a ellos.
Hoy ya no,
de pronto a veces los días se tornan todos iguales,
grises, sin distinción,
en otras me acuerdo que pese a todo cuento conmigo, con mi sisterna Manucita, con el Tope, con mi hermosa casa, mi patio, las plantas, el aire, el sol, mis pies para salir a caminar, recorrer el mundo y que por más que cierre y cierre mi corazón, mi alma, los ojos al mundo, de tanto en tanto me encuentro con gente distinta, nueva, variada, que me quiere..... aunque intenten querer cambiarme, ignorando que jamás lo conseguirán, es gente linda, nueva, distinta, con la cual encariñarse. Pero como las experiencias algunas, se hicieron para servir en algo, pese a todo, pese a mi esencia sociable, de ahora en más existe un bichito, un algo, en mi interior que no me deja ya retomar esa energía, esa intensidad con la que antes vivía la vida ¿será mejor así?

No lo sé,
sólo sé que hubo un tiempo en el que creía que cuando el sol brillaba más fuerte, luminoso, amarilloso, era porque cosas buenas estaban por ocurrir, muchas de ellas quizás para mí, para ayudarme a alcanzar mis horizontes.... 

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