1 de mayo de 2014

Morir.

Hablar de la muerte,
de no querer morir,
hacerlo antes que tus seres queridos,
que tus padres por ejemplo
o sino,
ser inmortal junto con ellos.
 
Se ha creado un vínculo particular con la pálida,
mezcla de respeto y confianza,
de sentirla rondando y no temerle,
adentrarse en su ritual,
rendirle culto,
culto a los que ya no están,
convertidos en santos, endiosados, ensoñados,
altares por y para los muertos,
altares para mascotas que ya no están.

Y no hablar de la vida,
una pésima relación con ella,
existencia de sufrimiento por las carencias, ausencias, pérdidas, faltantes,
vivir, respirar,
el estar,
la vida y sus circunstancias, entonces,
se entrecruzan ideas,
pensamientos oscuros,
irse, morir,
reencontrarse con su idea afín,
su oscura amiga
y terminar jalando el gatillo.

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