Mi querida Quetzi,
Tres décadas y cuatro años, cumples hoy alojada bajo tierra de nuestro patio. 34 años sin ti, sin tu carita, tus pelitos, tu compañía. Hace todo ese tiempo fue un jueves, hoy un viernes, si esta fecha fuera como hace tanto tiempo y le sumáramos que mi cumple caerá en martes, quizás podría suceder algo determinante, como un choque de planetas y fuegos fugaces y volver a encontrarnos. Volver a vernos. Se te extraña siempre. Todavía atesoro la pintura que te hice, la foto. Aquella foto que tomó el Mauro/Roma en el Cerro San Cristóbal, es como si fuera la única fotografía que tuviéramos de ti y no es así. A ver si un día me armo de valor y husmeo en los archivos fotográficos de la familia. Me cuesta hacer eso, porque pertenecen a un tiempo remoto, en el que éramos felices. Ahhhh pero buena noticia, encontré esta fotografía que pongo, que es de nosotros, aunque no salga yo, juntitas en mi pieza ¿te acuerdas? en mi pieza de Rosal. Te quiero colmillitos.
En fin, te quiero mi perrita compañera, colmilluda, preciosa, querida, querida, querida. Siempre estarás en mi corazón, lo sabes ¿verdad?