26 de diciembre de 2022

Para Suky!!!


La madrugada del domingo 25 de diciembre recién pasado, partió inesperadamente, nuestra querida Suky.

Ella, la gatita que entró por la ventana del departamento de mi hermana Manuela y su pareja Claudio, en su natal Concepción. La plomitamarillo, que la Manu decía era un tipo de "siamesa". La de la cabecita pequeñita, con sus patitas de ursidaosita una negra y la otra plomitamarillo.



Sucede que con estos sucesos inesperados, si bien como dice Manu, es mejor morir así, sin preámbulos, para los que nos quedamos, pasamos a vivir un estado de shock muy extraño, como si quedáramos suspendidos en un letargo que con las horas se transformará en pena, nostalgia, vacío.

Lo que nos reconforta es que Suky, tuvo una buena vida. Después de entrar por la ventana al departamento en Concepción, donde vivían Manu y Claudio, conoció a su primer amor: Tope. Más tarde, el año 2011, viaja a Santiago junto a Manu y Tope, para vivir conmigo y con mi mamá. En esta su última casa, le tocó vivir aventuras en el techo junto a Tope, defendiendo el perímetro doméstico de cualquier foráneo que quisiera o acercarse o bien molestar a Don Topito. 



Paseando por la techumbre, conoció a su segundo amor sí correspondido: Chatsi, el gatito de la vecina judía. La OMA como le decían, nos contó que Suky aparecía en las tardes a visitarlo y mientras ella veía la TV, ellos se amaban, acurrucaditos a los pies de su cama.

Suky la que defendía a Tope de cualquier adversidad, aunque no fuera recíproco, que no dejó un día de mirarlo embelesada/enamorada. Suky, mi compañera de habitación, en primavera y verano a los pies de la cama y en otoño e invierno, abrazadas/acurrucadas. Con mi manobrazo rodeando su cuerpito podía sentir el latido de su corazón, además de las gotas de baba/amor, que emanaban por su boca. Suky la que no se cansaba de recibir caricias ¿quién no? La que acurrucaba mi manobrazo entre sus manitas y cuando intentaba sacarla, tiernamente me pegaba un mordisco, con sus agujitasdientes.



Ahora que intempestivamente no está, pienso en todo lo que: Tope, Suky, Manu y yo, vivimos juntos y por eso mismo, su ausencia va haciéndose más grande, más honda. Nunca pensamos que podría pasar esto, tenía sus achaques como toda gatita de una década y tanto. La tiroides la había dejado un tanto ciega, pero tomaba remedio para eso, para la alergia que el remedio le producía y su ayuda al hígado. En enero estaba programado su chequeo semestral.

El que había estado delicado era Tope, que los riñones quisieron apropiarse de las noticias, pero lo superó, todos estábamos felices, Suky para qué decir. Y la noche de navidad transcurrió normal, ella en el patio contemplando la noche (o refrescándose), el cielo, las estrellas, cenó su churu, recibió sus regalos y nada podía predecir lo que unas horas más tarde ocurriría.


Porque Suky, como buena hembra, era aperrada (agatada), la que no le tenía miedo a nada, la que tomaba su remedio sin chistar, la que comía feliz, la que tomaba agua como orilla de playa. Suky la romántica que gustaba pasar la noche, después de cenar, en el patio mirando la luna, las estrellas, contemplando el horizonte aunque viera poquito. Con su necesidad tiroidea de recibir calor, de sol, de estufa, de cobertores, era la que más usaba el patio en primavera verano, cambiando de ubicación según el sol se movía, aplastando mis plantitas, tomando el frescor de la tierra recién regada. Y ahora que no está miro el patio y pienso ¿quién lo va aprovechar? Tope hace su lucha, pero no es tan bueno para tomar sol. En cambio la Suky, era la modelo de gringa que mi padre siempre decía que vivía para estar echada tomando sol, podían caer los patos asados, alerta roja, nube tóxica y Suky chillaba por salir al patio y llenarse de sol y rayos. En esta primavera verano, más de una vez tuve que meter sus patitas al agua, para que entendiera que no todo era derretirse.



Desde el domingo 25 de diciembre del 2022, yace bajo la sombra de la Bugui, acompañando a Quetzi, Escobita, Atila, Gremnlin. Ahora es ella la encargada de saludar a elles, a Claudio, a mis papás, abuelos y a mi primo Andrés. Mientras nosotras con Tope, nos quedamos sintiendo su ausencia. La pena de eso tan tremendo y radical, como es la muerte y la certeza de no volver a verse jamás, nunca. Se fue con la mantita que le regaló la Nani, en navidad, quedó rodeada de tierra buena, de raíces de Bugui, de plantitas. Sembramos unas semillas en su honor, para que crezcan unas flores bonitas que nos la recuerden siempre. Te queremos y te extrañaremos Suky, Susu, Susanita querida!!!


13 de octubre de 2022

Historias a propósito de las manos de DeOriental!!!


Recuerdo como si fuera ayer y ocurrió hace 35 años, cuando caminando por esas calles, en compañía de mi padre o acompañando a mi padre, llevada de la mano de mi padre (con todos y mis 18 años), nos detuvimos, me detuve a recoger una hoja de DeOriental, que estaba tirada en el suelo. Mi papá por supuesto me llamó urraca, por mi afán de recolección tanto de lo que brilla como de lo que no. Recogí la hoja que era enorme. Enorme del verbo grande, más grande que la mano de mi padre que vaya si tenía palmas de manos grandes. Era enorme tan enorme que al llegar a casa no entraba ni entre las hojas del cuaderno, ni de ningún libro.

Tras recogerla y mirar hacia arriba en busca del dónde caíste, descubrí estos mismos árboles, que hace 3 décadas y media, no estaban tan altos, más si anchos bien anchos de tronco. Fue entonces que mi papá me contó que eran los árboles que poblaban el Pedagógico dónde él estudió y dio clases. Que eran tan frondosos, amplios de tronco, con ese tronco tan particular, con ese color, textura tan peculiar, pero sobre todo que gracias a su frondosidad y altura, proporcionaban una deliciosa sombra a los estudiantes del Peda, quienes ya fuera por la peda, necesidad de descansar o amasarse con la o el polole, buscaban su ancho tronco para apoyar la espalda y proteger la cabeza del sol radiante, bajo su verdor. Si no fuera porque eran otros tiempos, creo que mi papá y yo lo abríamos abrazado y nos faltaría otra persona para darle la vuelta completa.
Hoy hago ese recuerdo que de tanto en tanto vuelve a mi memoria, será por eso también que me gustan tanto estos árboles. 

Es por ellos que comencé a bordar, porque quería lograr ese color de su corteza, acercarme lo más posible. Nunca lo he conseguido, tampoco logro dibujar esas manos, lo intento pero es que el dibujo no es lo mío, me salen unos mamarrachos que pa qué les cuento.

Lo bonito es que conservo ese recuerdo, como conservo la memoria de voltear a ver estos hermosos verdososcaféscrema, cada que paso por ellos, por esa calle, por cualquier otra. Miro su corteza, busco sus hojas en el suelo y después alargo el cuello hasta el cielo en busca de su copa, de sus alargadas ramas que dan vida a esa frondosidad tan deliciosa, a esa sombra bien recibida en primavera y verano. Sé que a muchos les da alergia el producto/fruto de DeOriental, pero aunque no sirva de consuelo, les cuento que la culpa no es del árbol sino de quien no lo poda. 

En Francia, de donde son oriundos los podan, no los dejan crecer como en Santiago, de hecho les llaman "Los mochos". Y por tal no conocen de sus bemoles, que no son tantos, aunque si me lee une alérgico capaz que me vuela la rayuela jajajaja.

Igual después de todo este blabla, les invito a que los miren con atención, observen su forma, su tamaño, los acaricien, tronco, ramas, recojan una que otra hoja. Los árboles todes son hermoses y aunque no les importe, me voy contenta, más que hace un rato cuando descubrí esta foto, porque gracias a mi papá descubrí a DeOrientales y eso me pone muy feliz. Digamos que el gen verdor, arbolistico, naturaleza, me viene de familia y por ambos costados. Pero esa es una historia que les cuento otro día !!!

7 de octubre de 2022

Pensamientos vagos!


El encuentro con Claudio Geisse Sarret, me recordó que uno de los problemas que me tiene gruñona y amargada, es la falta de amor a Coli. Nadie me llama, a nadie le importo. Y volver a ver al Claudio, su abrazo, la dedicatoria en su libro y después aquel mensaje de "atenta hermosura", me derritió. 

Creo que ha sido siempre mi hambre porque me quieran, que a alguien importe, lo que me ha hecho creer que estaba enamorada. Hoy podría decir que me siento enamorada por el trato que me dio CGS.

Es tan patético como absurdo. 
Pero así también siento que estoy a la deriva, sin norte que tomar, sin trabajo, aunque es lo que menos me importa, pero el sinsentido me abruma. Tengo que buscar tareas para hacer y que mi vida no muera en la rutina de los gatos y vegetar en casa.

Creo que eso es en gran parte lo que me molesta de lo que tiene M, tanto por la suerte, como por lo fácil que se le ha dado todo. Tantos años trabajando de transcriptora y de pronto mi rapidez y eficiencia,  no la valora nadie.

Podría concluir diciendo "me quiero matar", pero si bien eso sucederá tarde o temprano, tras escribir, siento que Jalisco nunca pierde, o sea yo, renace. Algo haré para surfear este mundo cruel, que final de cuentas lo que más anhela, es que me mate pronto. Y nunca me ha gustado que controlen mis tiempos!!

20 de septiembre de 2022

Para Andrés en su no cumpleaños!


Querido primo,

Mi querido Andrés, príncipe hermoso, cariñoso. Tengo grabada tu vida, los años que pude conocerte, valorarte y quererte, impregnados en mi memoria y por eso cada día como ayer, 19 de septiembre y cada 30 de noviembre, días antes, muchos días antes, vuelves, regresas, apareces, te recuerdo. El día se convierte en ti, todos los detalles maravillosos que hacían de tu persona, personalidad, ser humano, maravilloso, amado, inolvidable.

Te recuerdo simplemente, recuerdos de imágenes tuyas, flashback de otras fotografías, de épocas pasadas, de momentos juntos, los viajes, las conversaciones, tu risa de boca amplia, de cara luminosa. Recuerdo tu voz, siempre risueña, burlona conmigo que era tan Carmela, tu risa, de esas inolvidables por lo sinceras, de usar la boca completa mostrando dientes. Lo blanco de tu piel, esos ojitos redondos como de venado. Tan, tan guapo.

Después vienen los por qué, indescifrables, los reproches contra todos los que no te ayudaron, que no te tendieron una mano, en todo lo que hacías eras el mejor, seguramente serías hoy el mejor sommelier de América Latina, con tu distinción, garbo, cultura, existencia sibarita, las puertas del mundo estarían siempre abiertas para ti.

Una vez lanzado el odio contra el mundo, característica tan propia de mi, vuelvo a la calma, a la que no tengo, a la que recuerdo que tu sí poseías y por eso todos acudíamos a ti, para que nos acogieras, contuvieras, acompañaras. Mi querido primo ¿qué sería de tu vida hoy? ¿dónde estarías? ¿seguiríamos juntos? Tantas preguntas, tantas ganas que estés aquí para responderlas, verte, mirar tus ojos, tu boca hermosa, tu sonrisa preciosa, tu porte, esas manos grandes, de dedos delgados, de amplia palma. Extraño tu compañía, tu cercanía de amigo, tu saber ser realmente un amigo, un compañero, en quien apoyarse, dejarse abrazar, desaparecer en tu metro 90 y sentirse chiquita, protegida, abrazada, contenida.

Te quiero, te extraño y así seguirá siendo mientras vida y memoria tenga!!

15 de septiembre de 2022

A 49 años del golpe militar en Chile !!!


Y qué mejor día para publicar estas letras, que el de la independencia de nuestro amado país de acogida, adopción, contención: México, por siempre amado.


49 años, cuatro menos que yo. Llevo toda esta semana latiendo/sintiendo/pensando, como me ocurre en julio, octubre, enero, febrero, abril.

Es que cuarenta y nueve años es mucha vida, mucho tiempo e historias, más aún en este país de memoria ligera.
Me puse a ver La batalla de Chile y descubrí que Plaza Dignidad, siempre fue un lugar de convocatoria política, social, familiar: los ricos en el forestal, transitando, en auto por las calles aledañas, ninguno recostado en el pasto. Mientras que el pueblo, ubicado en Parque Bustamante, sobre el pasto, acostados, sentados, en grupo, comiendo, riendo, disfrutando el sol.
Nostalgias, historias.

Agradezco al universo cielar, que hoy 11 de septiembre de 2022, amaneciera con chubascos, frío, nublado, como la sensación de muches de nosotres.
Porque si bien no tengo familiares, desaparecidos o ejecutados, mis padres y familia, sí que tenían amigos, amigas, querides todes y la conciencia/memoria/dolor/respeto, por todes elles, está y seguirá estando presente en mi mente, corazón, alma, conciencia, principios.
Y porque como mujer, hija, hermana, amiga, sobrina, tía, mi historia esta partida en mil pedazos desde ese martes gris del noveno mes hace 49 años. Nuestra vida como familia nuclear y extendida, cambió ese día, nos separaron, detuvieron, exiliaron y nunca más volvimos a ser el clan que mis papás contaban, de almuerzos en domingo donde los abuelos, veraneos todos achoclonados. Nunca más volvimos a estar, al mismo tiempo, todos juntos en el mismo territorio, para contar los unos con los otros y viceversa. El exilio de mis padres hizo de ellos una otra vida/historia, una más triste que contenta, viviendo sí, haciendo amigos también, pero con la maleta mental siempre lista. El retorno a Chile, el mío, de mis hermanas, mis padres, para cada une, en su tiempo y momento, fue un impacto, comenzar de nuevo, para mí de cero y si bien he tenido altos y bajos, aquí continuó.

Mi vida estará por siempre jamás dividida entre Chile y México y lo que significa no sentirse completamente ni de acá, ni de allá y que quienes te rodean y quieren, tampoco te acepten al 100% ni como chilena, ni como mexicana. Aunque desde el 18/0 mi amor por mí país renació, así como el orgullo, admiración por les jóvenes que evaden, luchan, nos despiertan e incanzable mantienen sus petitorios, de la misma manera que nunca se los han solucionado. Y eso me ha hecho con los años, más crítica de este mi país, más ultra si estar con los que luchan significa eso. Después de comerme el cuento del Pato gallina, nunca más voté por esa rancia coalición que no estuvo en la calle, pero ha trepado como enferma y seguiré esquivándolos con mi voto y dedicándoselo a Lxs Presxs de la Revuelta, a Lxs Presxs del Wallmapu, o al histórico Pico de los 90.
En fin, la historia avanza junto con el tiempo, con nuestras vidas, con estos devaneos mentales, que están mezclados con tantas sensaciones/cariños/recuerdos.

Le agradezco a la vida/historia, lo bueno y malo vivido, lo atesorado y desechado, el amor de mis pamás, mi hermana Manu, mi hermano mexicano Antonio, el de mis abuelos, de los pocos pero sinceros amigues, energía vital para seguir recordando/viviendo, este 11-09-202 y todos los que están por venir.
Allende, Allende, Chicho, te dejo para el final, como aquello que es lo mejor, lo tan importante, imborrable, siempre allendista, más no socialista, sí americalatinista, bolivariana y azteca !!!

27 de julio de 2022

9 años y un día!!!


Encontré éste especie de poema que te escribí hace algunos años atrás y me gustó, así que lo dejo por aquí. También quería decirte que dentro de toda la tristeza que produce, me produce, tu ausencia, no dejó de ser significativo e importante que tu noveno aniversario cayera en mi día amado, el día martes.


Hubiera.

Un tiempo verbal que flota en el aire.
Sin pasaje para ir a visitarlo,
sin casa para habitarlo
y en cambio,
con miles de sueños, ganas, esperanzas,
para adornarlo, en un futuro que lo más probable, no llegará.

Querido.
Un querer herido, que suma fragancia de pasado, de un amor, amar, amore,
que quedó encapsulado en una atmósfera sin lugar, sin tiempo.

Tenerte.
Poseer algo que ya no te es propio, que quizás vuela,
se escabulle, escurre en las querencias,
querer, quiero, tener.

A mi lado. 
Cerca, junto, siempre, pegadita a mi.
Esa parte de ti, que en el espejo genealógico se refleja en mi,
en él también, en la historia, nuestra historia, tuya, mía,
la de los cinco, de ellas también.

Siempre.
En la extensión exagerada sentimental, vivencial, histórica,
de mantener el amor, amore, amar, cerca, al lado, pegado a mí,
a ti, a los dos, nosotros tres, con ellas, nosotros cinco.
Eternidad que fue restándose hasta llegar a tan solo dos, nunca más a cinco.
Evoco, pienso, trasladándome, quiero, amo, te amo, amor, amar, amore,
en ese tiempo inalcanzable, sin límites, donde permaneces intacta, tú amada madre: "hubiera querido tenerte, a mi lado, siempre".

26 de julio de 2022

9 años !!!


¿Por qué será que unas veces uno está más triste? Así me sucede con todo lo que tiene que ver con tu ausencia, mamita querida. Tu nombre, historia, presencia, momentos compartidos, está impregnado en  un manto de tristeza infnita. Será porque de chica muy chica, prometí que sería la primera en partir, para no tener que vivir en carne propia, como ahora, la existencia llena de la ausencia de ustedes. Ustedes eran mi todo, con todo y los bemoles que la vida nos trajo a por mi papá, eran mi todo y vine a comprenderlo cuando ya no estaban, cuando ya no podía agradecer todos los días, las tardes, años, paseos, caminatas, visitas a sus amigos, en los que me llevaban. En mi estado adolescente me sentía un bulto transportable, latía en mi interior la sensación que nunca tendría amigos, mundo propio, vida social con gente de mi edad. Entonces esos paseos, salidas, en compañía de ustedes, si bien la pasaba bien, en su mayoría mi cabeza me decía "que ñoña eres siempre sales con tus padres". Pues ahora que ya no está ninguno de los dos y que sigo sin tener tantos amigos, menos vida social (aunque eso no me interesa tanto ya), pienso en lo tonta que fui, en lo acelerada, por no apreciar, valorar, disfrutar a concho ese tiempo, que tuvo sus momentos muy, muy lindos.


Supongo que será también porque mi vida no es tan vida como quisiera, entre la pandemia de mierda, la vida misma, la pata, mi existencia se ha transformado en algo de lo cual quisiera salir corriendo. Y sabemos que cuando las situaciones nos son adversas, no hay nada más placentero que mirar hacia atrás y recordar todos los momentos vividos al 100% y feliz.

Mamita, Blanquita querida, tan querida y recordada, me haces falta todos los días, aunque en unos más, mucho más. Valoro y extraño tanto nuestras mañanas yo sin trabajo, para compartir el desayuno, ejercitar palabras leyendo al revés el diario que tenías, comentar alguna que otra noticia, el café, hacerle cariño al Gremnlin, que seguramente ya se había subido a la mesa. Nuestras tardes noches, viendo series en tu pieza, tu en el sillón, yo en tu cama. Teníamos una complicidad bien bonita, un vínculo estrecho, éramos amigas sin dejar de ser la mamá y la hija. Por más apodos que te pusiera como "Abuelita de Batman", espero supieras siempre, que te quería, aunque muchas veces no estuve a la altura que tu siempre rebasabas. No existe en el mundo nadie mas generoso, amoroso, desprendido, que una madre. Nadie era como tu mamita, valoro tu distinto en el corral de la familia que todavía sobrevive, nadie es como tu, ninguna de tus tres hijas heredamos ni un ápice de todos tus valores, los realmente positivos, como la generosidad infinita, la capacidad de dejar de respirar, vivir, comer, para darlo al otro. Te admiro y extraño todas esas tus bondades de madre y mujer maravillosa, por eso dejaste esta huella en el aire, en la vida, en México y Chile, donde tantos, tantas, tantes, como yo, no dejamos de recordarte.


Mamita mía, hoy quisiera estar a tu lado, volver a esas mañanas, tardes, noches, las dos solitas aquí en la casa, con el Gremnlin. Extraño cada uno de esos cuatro años, después de la muerte de mi padre, que vivimos juntas y después hasta que partiste, en compañía de la Manu, ya no junto al Gremnlin que también partió, pero sí con Tope y Suki. 

A veces me pregunto si mucho de este extrañar, además de sentir la soledad de la inexistencia de personas con las que quiera estar, será porque de alguna manera, estoy más cerca de irme que de quedarme. Te confieso que es un ideal que espero algún día pueda cumplir y que no suceda dentro de muchas décadas, no, por favor, necesito que sea más bien pronto. Al final, desde que supe el significado de la muerte y sus consecuencias, no he dejado de tentarla una y mil veces, lo malo, es que cada que la tiento y planeo encontrarla, alguien de la familia muere, como primero Patricio y ahora Pablo. Pero espero realmente que más pronto que temprano, llegue mi turno. Esto no es un tanteo, es una necesidad. No es un azote tampoco, pero sé con certeza, que no debí haber nacido, mucho de mis defectos de fábrica lo dicen queda y sonoramente y la verdad, antes alguna vez, me importó y me dolía mucho pensar que era un ser que no debió ver la luz, quedarme en nonata. Pero ahora no, ahora lo entiendo y si bien el humane es defectuoso, lo mío ya es una condena y por eso quiero, necesito, deseo irme, dejar de ser, de estar, ausentarme para siempre, dígamoslo con sus letras, morir. Y así al fin, volver a estar con ustedes, contigo!!!

Porque yo sí creo en ese otro espacio, lugar, al que uno se va y si bien no he sido santa, tampoco la más mala del mundo y espero irme al encuentro de ustedes, donde quiera que se esten!!

Te quiero y te extraño todos los días, en las tardes, en mis paseos, los como hoy 26 de julio, los 19 de octubre, como también en la fechas de mi padre!!!

22 de julio de 2022

A mi primo Pablo!


Que rotunda que es la muerte, con la absoluta certeza del espacio vacío que deja. Así me comencé a sentir desde que mi prima Claudia, me llamó para contarme que el primo Pablo, del ala Sánchez de la familia, había muerto. Pensé también en aquel día que contaron que estaba enfermo, padeciendo un cáncer que lo traía muy a mal, me cala hondo su partida porque no alcancé a llamar a ninguna de sus hermanas para preguntar por él. Aquellas cosas que no hicimos, son las que más marcan nuestra existencia. Entonces decido modificar esa situación y pensar en lo que sí haré..... 
Como escribirte por ejemplo. 


Si pongo a trabajar la memoria, recuerdo aquel día en la casa del tío Lucho Reyes, en que recientemente fallecido la familia Sánchez Reyes y consecuencias, estaba desarmando su hábitat. Con mis padres, habíamos vuelto a Chile ese mismo año en enero, por lo que muchas de las personas congregadas esa mañana de sábado, no las conocía, entre ellas Pablo Sánchez Mena, mi primo. El más guapo de los concurrentes, con un tostado de piel que pensé "este viene de la playa", pero a los segundos mi madre me lo presentó y aclaró "él es idéntico a Eduardo". 



Entonces supe que ese maravilloso color de piel, venía de familia. Evidentemente quedé eclipsada porque más allá del tostado, era guapísimo, o al menos como me gustan a mi, es decir, guapos, rubio y crespo, cara linda, bonitos rasgos, alto o más alto que yo y para acabar de desparramar chantilly, encantador. Me acuerdo que se reía y reía de cosas y yo simplemente lo miraba embobada, tenía esas sonrisas amplias, con bonitos dientes, que no se miden en la risa/sonrisa, que simplemente carcajean si hay que hacerlo. Y por supuesto no lo olvidé nunca más, aunque en los 35 años que llevo en Chile, creo que lo volví a ver tres veces más.


Sé que soy de esas personas azotadas, intensas y tales y quizás por eso es que Pablo, quedó impregnado en mi memoria. También porque años después de esa ocasión que lo conocí, establecí un vínculo muy estrecho con su madre, Sara Mena, mi tía, una mujer realmente excepcional. A veces creo que los, las, les, seres de ese calibre, nacieron para irse pronto. Porque mi tía también murió de cáncer y también lo hizo joven. Y si bien en esos años de complicidad con la Sara Mena, cuando ella con mi tío Pino, vivían en Reñaca y después en Ritoque, me tocó más convivir con su hijo menor, Tomás, siempre en las conversaciones sobre Pablo, aunque él no estaba presente, había un no sé qué especial, único e irrepetible que cubría ese momento y lo transformaba en un ser extremadamente mítico y especial, para mí. Obviamente que para la Sara Mena también, caía de maduro la preferencia, babosería que sentía por su Pablo ¿quién no? Había que ser de otra especie para no sentirse sublimada por conocerle.

Y creo que la siguiente vez que lo volví a ver, fue cuando se murió el tío Pino, en el hospital de la católica como él también y si bien los momentos no estaban para socializar, de todas formas en ese recinto hospitalario y en compañía de mi mamá (que todavía estaba viva), pasamos muchas, muchas, horas de nostalgias por Pino, Zapallar, los Sánchez Reyes, los Sánchez Mena y asociados.


Entonces ahora que me entero que en la madrugada de hoy partiste, no puedo dejar de sentir un remezón en mi interior. Me consuela el pensar que estuviste de cumpleaños el 17 de julio y decidiste partir el 22, cuatro días antes que mi  mamá, que como sabrás, te quería con devoción. Soy especialista en buscar semejanzas en todo lo que habito, como el hecho que Pino y tu fallecieran en la clínica de la UC, que entraras con neumonía como él y que compartas mes de  nostalgia con mi madre.


Fue justamente mirando esta foto que descubrí que eres, eras, muy absolutamente Sánchez. Tienes la misma pera de mi mamá, de la Claudia, del Pino, mía. Tu perfil con esos ojos tan lindos y esas cejas, supongo que lo sacaste de la Sara Mena. El pelo crespo, una mezcla de ambas familias. Miro y miro esta fotografía y me sorprende más que agradablemente, constatar lo fuerte de los rasgos, de los rasgos de nuestra familia Sánchez. Me alegra tanto, me conmueve, constatarlo es como poner en valor una y mil veces más a nuestra familia, la que nos une, la que nos vincula sanguíneamente.

Mañana iré acompañar a tus hermanas y hermanos al Parque del Recuerdo, donde te despediremos con cantos, risas, conversas, abrazos, nostalgias y ten por seguro, que seguirás latiendo en el corazón/memoria/nostalgia, de tus hijos, tu mujer, tus hermanas y hermanos y en el mío también!!!

5 de abril de 2022

La historia detrás de la foto!!!

Florencia Martini, le regaló esta foto a mi sisterna Manucita, que muestra a ex miembras laborales, del PIDEE. Todo indica que en casa de lxs Martini - Armengol y esto sucedió en 2003. 

Agradezco a Licha Ortíz, por la paciencia en identificar aquellas mujeres que no supimos sus nombres y la colaboración en ello también de Paula y Lina.


Destaco la imagen de mi mamá, primero que todo !!!





Y en orden de aparición de izquierda a derecha (siempre), 

 -De pie-: Olga Devia y Mané.

- Sentadas-: Gloria Vio❣, Elena, La Noe❣, Mari Mati - María Matilde Armengol de Martini ❣, asistente social de ojos lindos (no sabemos si nombre), mi mamita linda y adorada❣, María Teresa (hermana de Elena) y Jeca❣. Siempre valoramos/valoro, paseos mentales al pasado, reconociendo/recobrando, nostalgias de tiempos, en los que al menos mi madre, sonreía a destajo !!!!

4 de abril de 2022

14 años!!!

Querido Papito,

Ayer tuve tu recuerdo presente todo el día. Desde temprano en la mañana cuando tomé conciencia de la fecha y pensé en ti, en ese día que cayó jueves, que no estaba en Chile y mi mamá me llamó por teléfono a Ciudad de México....

¿Por qué tenemos existencias tan sufridas? Pienso en la injusticia que fue tu muerte y yo lejos de casa y que al volver, quedará casi nada de tu presencia física. Rememoré el día que partí a México, estaba esperando el radio taxi y tu sentado en el equipal al fondo del pasillo, cuando me fui a despedir, no me creíste, pensabas que estaba bromeando, tuvimos un diálogo breve, te mostré la maleta y recién ahí caíste en cuentas. Después pasarían muchas, muchas horas, esperando un vuelo que se atrasó, en las que lamenté no haberlas pasado a tu lado, conversando o al menos abrazándote, aprovechando tu estado más bien depresivo.

Ay papá, no estoy en los días mas optimistas de mi vida, hay tanto a mi alrededor que se cae, derrumba y ya  no tengo fuerzas, ni ganas de ayudar a levantarlo, no tengo ganas, ni fuerzas de casi nada, estoy aburrida que siempre todo tenga que ser tan difícil, que lograr algo signifique más migajas que otra cosa. Y por eso siempre pienso en ti y en mi, en nuestra relación padre e hija, en ese vínculo que me hubiera gustado tanto tener contigo, uno mucho  más estrecho, más cálido, lamento no haberte abrazado tantas veces, te tenía susto, no sabía cuál podría ser tu reacción. A mi hoy, tampoco me gusta que me anden abrazando, me cuesta tener acciones físicas cariñosas, me siento como un robot que levanta los brazos mecánicamente y sin embargo, hay tanta, tantas personas a las que quiero tanto y que me gustaría ser más expresiva.

Siento un pesar que pesa en mi cabeza, intento olvidarla, no tomarla en cuenta, pero siempre vuelve, siempre aparece, siempre está ahí pesando. Y en el peso que cargo está el vínculo que no tuvimos, a pesar de amarte tanto, a pesar de admirarte tanto.


Y ayer que cumpliste 14 años. 14 años, XIV, una década y cuatro años. No lo puedo creer, suena a una eternidad y se siente como tal, de hecho aunque es lo que es, ayer cuando te pensamos con la Manu, me dije "es mucho, pero parece que fue hace mucho, mucho más tiempo". Catorce años. Y lo otro que pesa tan hondo, es pensar que una ya tiene una vida recorrida, en la que lleva viviendo en este país 30 y tantos años, que tiene a sus abuelos ausentes hace la misma cantidad de décadas, que no te tenemos a ti hace 14 años, a mi mamá hace 9 años. Es tanto tiempo, tanto tiempo vivido, transitado, que la suma me cansa y siento que quizás está llegando el tiempo, el momento, en que tome mis maletas y me mande cambiar lejos, lejos muy lejos de casa.



Estoy desanimada, triste, siento que todo me sale mal, que la suerte no solo no está tan de mi lado, sino que más bien me está abandonando, que la rebeldía me cobrará pasaje y lo asumo y no haré nada que esté en contra de mis principios, pero eso no quita el cansancio y el hastió de vivir en un país tan corrupto, dominado por las injusticias, estoy harta, harta de todo, de todes, de mi, de lo que no soy, de lo que ya no seré, de las luchas que me piden que siga haciendo y que no quiero dar. Solo quiero viajar, escapar, irme, desaparecer, olvidar todo lo que no tengo, simplemente viajar, conocer y volver a pasar por lugares hermosos, verdores, bosques, mirar personas pero no interactuar con elles.




Hoy puedo decir que sé lo que es estar sola, de haber sido parte de mi familia de abuelos, de mis padres, de la familia de cinco que teníamos, hoy soy solita en el mundo, aunque tenga una hermana con la que viva, pero tu puedes vivir con alguien y no conocerlo jamás y puedes vivir con alguien y no ser feliz. Yo quiero ser feliz, quiero ser feliz y siento que esa felicidad solo la lograré yéndome, viajando para después partir para un viaje de nunca jamás.

Las fichas están echadas, creo que el proyecto que ustedes tenían, tu y mi mamá, en el que yo estuviera siempre a su lado, tiene que continuar!!

28 de febrero de 2022

A Fridita!!!


En este día último de febrero, decido recordar a mi querida Frida, que el 29 de enero del 2022, partió. Porque con todo lo especial que era ella, sucede que en este año que no es bisiesto, no podré decir "mañana 29/02, a un mes de tu partida, te recuerdo". Entonces decido hacerlo en la antesala de una fecha que no existe y sin embargo quedará tan llena de memoria. 

Anoche pensaba ¿por qué he retrasado tanto este escrito? Solo podría excusarme la pena, tristeza enorme, al enterarnos de tu muerte, lo que me dejo congelada, impedida de hacer nada. Y es que hasta ¿cuándo seguiremos perdiendo tanta gente querida? Ya que han sido duros estos últimos años, entre la pandemia y estos ciclos existenciales, que van cerrándose y nos dejan, a nosotres espectadores de esas ausencias, un tanto más que vacíos. 

(Fridita en casa de mi prima Claudia)

Pienso que si existió alguien agradecida y feliz de la vida, fue Frida. Desde que  nos reencontramos en 1987, cuando con mis padres volvimos a Chile (del exilio en México), encontré una mujer interesante, misteriosa, de aquellas que quisieras, al menos a mi  me pasaba, atiborrarla de preguntas acerca de su vida personal, intima, familiar. Porque la rodeaba un aura muy particular, ya que a pesar de su apariencia frágil, delgada, con su rostro risueño, apacible, cálido, cariñoso, era realmente una persona atenta, cálida, cariñosa y a la vez, si se requería, firme, pero nunca dura, ni mala, menos egoísta. En ella sí que funcionaba aquello que cuentan de las madres que se "quitan el bocado de la boca para entregarlo a sus hijos", solo que al parecer, Frida había sido nombrada madre universal, porque ese mismo gesto lo repitió tantas veces con amigxs, familiares.

La imagen que tengo grabada en la memoria es de esta mujer, de modos suaves, movimientos delicados, tal cual como la bailarina que siempre fue, no solo porque danzaba al bailar o en sus clases o haciendo yoga, sino que volaba/danzaba/bailaba, al caminar, al alargar los brazos, al mover las manos. Tenía un aire como si al nacer "algo", le hubiera susurrado al oído: "serás una misionera/servidora de tus semejantes". Porque siempre ocupó un lugar atrás de todxs, con sus pasos casi descalzados que no hacen ruido y que marcan huella en el aire. Frida la que jamás compitió, menos se adelantó a otrxs para quitarles la palabra, menos hacer discursos ante un publico numeroso. Tengo la impresión que intentaba pasar inadvertida, a diferencias de quienes gritan en vez de hablar y poseen alma de florero y solo logran cautivar atención un instante, ya que no poseen, no sé si llamarlo ángel, alma, generosidad, capacidad de escucha, profundo espíritu de ponerse en el lugar de otros. En vidas pasadas debió ser una princesa oriental, seguro que monjes o sacerdotisas, habrían querido no ser tan religiosos y puros, cometer actos egoístas y robársela.

Frida con su mirada perdida en un horizonte ubicado quién sabe donde, como la que tienen las mujeres románticas, soñadoras, voladas, distraídas, de las que no encuentran nada aunque este frente a sus ojos. Imagino que vive en El Cairo, Egipto, tierra natal de su madre y donde seguramente, habitarían un castillo fortaleza, con jardines colgantes, mucho verde en medio del desierto, donde las horas las pasaría leyendo, bordando, escuchando músicas clásicas, capaz que hasta un dúo tocaría para ella sus melodías preferidas.  

(Fridita con su hija Karina).

No exagero si digo que siempre la consideré, lástima que nunca se lo dije, una verdadera feminista. Si por feminismo entendemos una mujer que vivió en el siglo XX y parte del XXI, con los prejuicios, moral y costumbres chilenas y aunque no tuviera una pareja estable, no fue impedimento para ser madre. Ella quería tener un hijo y nació Karina. Porque pocas veces he sido espectadora de un amor/devoción, tan grande y sincero como el que sintió por su hija. Todo lo bueno y grande que ha sembrado su hija Karina, se lo debe a nuestra Fridita, Freda, Frida y creo que 
me quedo corta. 

(Mi tía Marta y la Fridita años 70).

La Frida, fue una gran mujer, querida por todxs lxs que tuvimos la suerte de conocerla y convivir con ella. Contagiarnos con su risa, su mirada romántica, su rostro singular -para mi gusto-, el rostro de una mujer atractiva, interesante y sin embargo, me atrevería a decir que no apetecía causar ninguna impresión, ni enamorar a nadie. Desde que la recuerdo y eso comenzó a pasar en 1987, nunca le conocí un enamorado. Durante un tiempo pensé que algo podría haber entre ella y su gran, gran amigo, Claudio Badal, pero mi mamá me explico que eso era técnicamente imposible ya que él, era gay. Y que esa sincronía, intimidad entre los dos que fulguraba como un amor sincero y verdadero, llevaba por nombre "profunda amistad". Un amor amistoso duradero y hermoso, producto obviamente de la inconmensurable generosidad/amorosidad de ella para con su Badal. Como cuando las cosas económicas no le fueron nunca más bien a él, las puertas que nunca cerraron y donde le esperaba un abrazo, una palabra cariñosa, risas, rica comida y quizás hasta algún dinerillo, era el que Fridita le daba. 

Mujer encantadora como gitana, como maga, que te mira a los ojos y sabes que está ahí, acompañándote con su calidez/cariño. Y si necesitas oreja y hombro los tendrás. Si buscabas conversar, Frida, sabía de historia, literatura, de chismes, de la TV, de las noticias del diario, la radio, tenía conversación para todas las edades. Porque sabía escuchar, guardar el secreto y dar consejos, aderezados con su recordada muletilla: "see, see, see, claro". 


En lo personal, puedo decir que me tocó profundizarla en varios momentos de la vida. La primera fue a través de la familia, ya que la Frida formaba parte de nosotrxs desde que mi tía Marta y ella se conocieron, jóvenes y hermosas, en clases de danza. Ninguna logró destacar en esas artes pero qué tal en la de ser las más amigas de la vida. 

Con la segunda ocasión puedo decir que fue el tiempo en el que la conocí más, ya que compartimos muchas tardes, días y noches juntas, cuando formamos parte de la filmación de "Moizefala la desdichada", de Germán Bobe, esto en algún momento de la década de los 90, del siglo XX.  Esa otra característica que la hacía única e irrepetible, porque si bien debe haber tenido 60 años o algo así, era realmente una mujer de amplio criterio y mirada, porque si bien ella era más joven que la mamá del director, que prestaba la casa para la filmación, del elenco y técnicos, ella era la persona grande y daba lo mismo. Y en esas mañanas cuando nos despertábamos y casi todo el elenco de técnicos y actores, dormían la fiesta de la noche anterior, nosotras desayunábamos con los papás del Bobe, después podíamos bañarnos en la piscina, pasear por el terreno que rodeaba la casa o sentarnos bajo los parrones a leer y/o conversar/conocernos/aprendernos/reírnos.

La tercera ocasión, ocurrió mucho tiempo después de la filmación, ya éramos mucho más cercanas y como ella siempre estaba a la vanguardia, modesta, pero adelantada, antes que fuera moda Frida practicaba yoga. Creo que para ella era como una extensión de sus añoradas clases de danza clásica de la infancia, que después siguió practicando más de adulta, pero con la yoga sumó a la meditación, concentración, quedarse en silencio, un arte que no todos podemos tener y ella era realmente seca, concentrada, estricta. De hecho, muchas veces pensé que esa tranquilidad confortable que la envolvía, se debía a su origen asiático (El Cairo, Egypto), el que conjugaba perfecto con La India y el yoga. Porque así como siento un repeluz por Estados Unidos, admiración y reverencias, me producen esos países milenarios, que entre sus peros poseen pros como la capacidad de mirar, admirar, la belleza pequeña de las cosas, la naturaleza, adorar a los animales.  Y si a esa concepción, creencia, pensar sobre Asia, le sumamos la personalidad de Frida, con su fuerza/fortaleza, rigurosidad, calma, relajo, cuidado del alma y cuerpo. Entonces la yoga, meditación, danza, baile, han sido absolutamente parte vital de su existencia.  


Así fue como en algún momento de la década de los 90, alcancé la oportunidad enorme de tomar clases de yoga con ella, a petición de un grupo de sus amigas todas ellas en trabajos muy sedentarios y hacía rato venían insistiendo/pidiendo, hiciera clases, porque sentían tener músculos, culo, nalgas, poto, trasero, en los tobillos. Confieso que las primeras clases fueron un soberano martirio, primero porque las clases eran a las 9 am y flojear en tiempos de juventud, a veces es un arte para ser practicada. Por suerte vivía a seis cuadras de su casa, porque la puntualidad es mi tercer apellido. Como decía las primeras clases fueron un martirio, a causa de mi estado físico o digamos las cosas por su nombre "estaba gorda". Entonces las posturas con abdominales me costaban, qué decir las intensiones de la profe, por pararme de cabeza. En esos momentos dejaba de ser la dulce Frida, para transformarse en la más rigurosa y exigente instructora, que para mi colmo intentó "hacer su mejor trabajo conmigo" jajaja espero no haberla decepcionado, porque nunca logré pararme de cabeza, menos llegar a su nivel de exigencia, intentaba hacerlo lo mejor posible pero.... Sin embargo era la reina de las posturas de apertura de cadera y espalda. 


Gracias a ella es que conocí y amé el yoga, sus beneficios, maravillas que trae al cuerpo, mente y cómo nos energiza para sobrevivir en este mundo. Fueron tiempos maravillosos sumado a que después de clases, la profe generosa como nadie, nos invitaba a tomar un delicioso café árabe, preparado por ella misma, donde le ponía el correcto toque de dulzor para continuar la jornada, además de servir de oreja, hombro, aconsejar, reírse. Mañanas poéticas e inolvidables. 

Esta es mi historia sobre la querida e inolvidable Fridita, que a pesar tristemente pesar, que ya no la tenemos, ni sumaremos más momentos, sí podemos traerla, abrazando su recuerdo, nostalgia, memoria, hermosa, cálida, cariñosa, como ella misma!!!

18 de febrero de 2022

Mis amados acuarianos.


Me gusta tanto esta foto tuya padre mío. Me gustabas aunque tengo pocos recuerdos tuyos con barba, dicen que cuando te la cortaste me puse a llorar, no sé si de pena, pero si porque el señor que llegó a la casa no lo conocí y del susto largue a llorar. Te sentaba más que bien el modo Linconl, dejando al resto de tus rasgos faciales al aire ¿por qué será que no volviste a dejarla crecer? La nostalgia a por esos tiempos ¿dolería mucho? Esta foto en particular, agrandé tu cara de la  imagen misma, porque es en la que estás con mi mamá en Isla Negra, como haciendo volar un volantín, me pregunto quién la habrá sacado y como ya no tengo a quién recurrir, hago memoria y destaco a mis tíos Patricio y Titin chico, como los fotógrafos de esa época. Porque mi  mamá también lo hacía pero en esos tiempos, no podías posar y hacer clic.


De ti  mi querido amoro, volumen de mi corazón, te preguntarás con ¿qué te relaciono? Te parece poco Guadalajara, invierno, un cine de barrio, Avenida La Paz. Has quedado inmortal tanto como mi amada ciudad, atesorados/detenidos los dos, en aquellos viejos tiempos de juventud. Tu, mi primer amor, mejor amigo, mi devoción, diría Larregui y me cuelgo de su letra/canción, porque calza tan, pero tan bien con nuestra historia. Y que justamente hoy estás de cumpleaños, amore mío 58 años. Cada que transcurre la línea temporal va desapareciendo la brecha y nos acercamos más y más ¿qué son 5 años? Distinto era añales atrás cuando nos conocimos, porque la edad parecía multiplicarse por seis, no porque fueras más viejo, ni yo más joven, sino por mi profunda infantilización. Y ya vez, nada pudo contra nosotros. Seguimos, continuaremos juntos por siempre jamás.

Feliz cumpleaños para mis amados acuarios del 16 y 18 /02, uno con 96 y el otro con 58!!!

24 de enero de 2022

35 años!!


Un día como hoy pero hace 35 años, volvíamos a Chile mis padres, mi hermana chica y yo, junto a nuestra perrita Quetzi. El día exacto creo que era viernes y la fecha ha permanecido imborrable durante todos estos años, más como un pesar que como otra cosa. Estaba por cumplir 18 años cuando regresé sin que nadie me haya preguntado si así lo quería, tampoco se estilaba esa pregunta porque tampoco existía respuesta a los cómo quedarse sola en México. Asunto es que un manto nostálgico, triste, envuelve este día, haciéndolo inolvidable y más ahora, en esta actualidad del siglo XXI, en que ninguno de los motivos que pujaron por volver están presentes: ni mis padres, ni mis abuelos. Por eso es más de una vez, he sopesado el sinsentido de continuar, permanecer.


Contar una historia que comenzó hace 35 años, inevitablemente te convierte en una persona grande, o al menos así me mira el mundo, aunque de muchas maneras sigo siendo la Colomba r.a., ingenua que volvió al país que decían era suyo aunque me sintiera tan mexicana. Pero no, no es verdad que soy la misma, porque en este tiempo transcurrido, mucho de mi encanto, belleza, alegría, ganas de vivir, de salir adelante, ha ido apagándose. Ya no soy bonita, sigo más bien redondita, tampoco alegre, tampoco feliz, tampoco tengo muchas ganas de vivir porque lo único que conozco es sobrevivir. Más de una vez al mes pienso si no sería  más fácil tirarse por el metro, o simplemente desaparecer de la faz de los conocidos. Irse, desaparecer, no estar, vivir o no vida, en otro lugar, lejos muy lejos de todo y todos. Es la idea placebo que utilizo cuando el ánimo anda escurridizo. Porque actualmente soy más bien huraña, pienso mal y acierto y no me quedan amigos ya que cada vez estoy más cierta que nunca los tuve, no aquellos de amistad saludable y alegre, los para siempre, los de verdad.


Este día no me produce precisamente energía, motor, para vivir y salir adelante. Me lleno de memoria, de nostalgias, vuelvo a pensar en todos los que ya no están, mis abuelos, mis padres, mi primo Andrés, la distancia con los amigos de México, la ausencia de la buena y sana amistad. A veces pienso que no es bueno decir, menos pensar, qué decir escribir, que uno no es feliz, no vaya  a ser cosa que se haga extrema realidad, después sentada en esa certeza, pienso que quizás de hacerlo, exista la posibilidad que el efecto se invierta. 



Es que mi vida ha sido tan distinta a la de los demás y en el diferente me excluyeron porque no pololie, ni tuve novio, menos me casé, no tuve hijos, sí gatos y perros, no encontré el amor, me enamoré muchas veces pero todo quedó en nada, no es menor pero solo me quedó el respiro de mi primer amor, tan lejano como México está de mi. Nunca me fui de la casa de mis padres, con todo lo bueno y malo que eso tuvo, sobre todo los malos días, semanas, meses, de mi padre. 



No así cuando me quedé sola con mi mamá, que si bien me controlaba cuando salía jajaja éramos felices juntas, al menos así lo supe cuando me quedé sin ella y repasé la vida buena que gozamos durante cinco años, de complicidad, galletas, series, películas, acompañarnos para el terremoto 2010, entre otros. Si la vida me hubiera contado en sueños que esto pasaría, habría retomado el plan de infancia, aquel que aseguraba que la primera en partir sería yo, no ellos y asunto arreglado el tema y significado de la muerte, vacío, negro, no más MaPadres cerca mío. Vida, vida,  vida, no reniego todo lo que he existido, pero susurrando la palabra felicidad para que no se escabulla, no encuentro justo fuera lo único que tenías preparado para mi. Hay veces que dejo pasar la fecha, que la anoto en mi agenda, que marco el 24/01, pero no digo nada, porque puede pasar como hoy, que me suelte, deje correr los sentimientos verdaderos, los que ya no se callan porque no hay a quién gritárselos y entonces, agolpados voy acomodándolos y duelen tanto al salir, como al leerlos.


Espero que el desánimo pase con la pandemia y  ni bien logre sacar los dos pies fuera de casa, del país y atraviese la cordillera en rumbo de los sitios que quiero volver a recorrer, mi percepción de la vida, vida, vida y de este día, quizás, quizás, quizás, puedan mejorar, cambiar, no lo sé.

7 de enero de 2022

A tía Delia.


Querida tía Delia,

Disculpara usted que la tíe, pero desde que la conocí a través de las historias que contaba su sobrino Rolando, solía mencionarla bajo el pronombre personal "Tía Delia" y así la he recordado siempre, como si el parentesco formara parte de su nombre.

Delia Báez Cruz, nacida un 28 de diciembre y murió dos días después, tras muchas, muchas, muchas décadas de vida. Su muerte me toca no solamente por el hecho egocéntrico de haberla conocido, sino también porque su mera existencia y personalidad me marcaron. Recuerdo aquella tarde que Rolando me invitó almorzar y al fin conocerla. Guardo en mi memoria todos los instantes de ese primer encuentro, desde que usted abrió la puerta, con aquel pegatin hindú en la frente y tras las presentaciones, saludos correspondientes, pasamos al comedor donde sonaba la radio, la que cambio por música india y comenzó a danzar moviendo entre sus manos un tul. La encontré tan encantadora, particular, divertida, alocada, mientras Rolando, avergonzado, aunque también se reía la invitaba a que dejara de hacer el ridículo. Será porque las excentricidades no me son ajenas y por eso no encontré ridícula su recibimiento y por eso también no lo olvidé más. 


Aquel departamento ubicado en Agustinas con San Martín, a un par de cuadras de cercanía del de Rolando, con esa plazoleta en la entrada, con un verdor tan verde tan ajeno a esas calles más de asfalto y cemento, sumado a esa grata sombra que conjugan árboles y plantas y que nosotros los humanos disfrutamos. Y la entrada al edificio que si bien no era bonito, tenía esa forma de media luna, que lo hacía destacar del resto, que en las restantes tres esquinas lo rodeaban. 

Pienso en usted Tía Delia, en su rostro de ojos grandes, de voz suave, pero que sacaba intensidad cuando era necesario. Su porte menudo, pequeño. También vuelven a mi memoria aquellas dos ocasiones, en que amable y cariñosamente fui invitada por ustedes, al cumpleaños de Rolando y en donde la primera vez, comimos pasta y en la segunda unas deliciosas carnes. Y de vuelta, caminando por el barrio de ustedes, que entre sus particularidades está el poseer veredas más angostas imposibles, donde con dificultad entran dos personas, tres ni soñando. Entonces, Rolando, la llevaba del brazo y yo detrás, observándolos y escuchando lo que hablaban.

Y pienso en esa Tía Delia llena de vida, que bailaba danzas hindú, que caminaba del brazo de su sobrino, que conversaba conmigo sobre sus viajes cuando era más joven, coincidiendo en nuestro amor por los gatos, preguntándome sobre mi vida. Usted tan viva, receptiva, cariñosa, cálida. Y cuando Rolando me contó que comenzaba a borrársele la memoria y que tendría que trasladarla a un lugar, donde la cuidaran todo el día, me dio tantísima pena sincera, honda, profunda. De alguna manera aunque nos vimos esas pocas veces, le cogí cariño.... supongo que será la falta de abuelos, de tíos cercanos como usted con su sobrino, de esos cariños que le otorgaba como invitarlo a comer para sus cumpleaños, regalarle lo que él quisiera, la cercanía de a penas unas cuadras para cuando cualquiera de los dos, necesitara del otro. Por eso, de tanto en tanto, cada que podía y sin ser invasiva, le preguntaba a Rolando por usted, por cómo estaba. 



Así fue que un día Rolando, me invitó acompañarlo a visitarla. Me sentí honrada y acontecida. Recuerdo que llegué muy temprano al punto de encuentro, que resultó ser en la comuna donde vivo, pero más cerca de la cordillera, en una de las calles en las que en mis paseos caminados, recorrí tantas veces porque es realmente de las más conservadas, con casas grandes, bonitas arquitecturas, árboles en las veredas, en los patios delanteros. La calle en cuestión era Luis Thayer Ojeda, y el hogar donde usted vivía quedaba pasado Bilbao. Era una tremenda casona años 50. Me acuerdo que esa mañana, cuando fui la primera en llegar, aproveché de memorizar ese instante, era comienzos del invierno, pero el día estaba despejado, el sol comenzaba a emitir tenues pero deliciosos rayos de luz, me fui llenando de imágenes, mientras pensaba en el bonito espacio urbano, que habitaba. Ese hogar si mal no recuerdo, lo encontraron gracias al pololo de Rolando, que cercano al mundo de las actrices de la tercera edad, dio con él. Y fue realmente un acierto, porque si bien no conocí su dormitorio, el resto del espacio, era agradable, amplio y hermoso.

Pero claro, era hermoso para los visitantes, para el equipo que trabajaba con las personas mayores que habitaban el lugar, porque tanto usted tía, como el resto de los residentes, no creo que se dieran mucha cuenta de lo que pasaba a su alrededor y sin embargo, siempre he pensado que vivir rodeado de bellezas, de una u otra manera, estás entran en nuestro inconsciente, haciéndonos apreciar, que más no sea en sueños, lo que nos rodea. 


No negaré que el tema de la no memoria, no recordar, es algo que me impacta de sobremanera y más cuando, después de tanto tiempo, volví a verla tía. Porque si bien era la Tía Delia, su rostro estaba más delgado, entera toda estaba más viejita y su rostro, como soñador que tenía, con esos ojos grandes, tenían una mirada perdida en quién sabe dónde y un hálito de desoriente. Debido a su condición, ya  no hablaba, así que era Rolando el que mantenía un diálogo con usted y le mostraba unas ropas que le había comprado para que se abrigara, como también de mi presencia, que la habíamos ido a visitar. 

No he tenido demasiado contacto con personas a las que se les va borrando la memoria, pero como a la Tía Delia la conocí antes de, me llamó tanto la atención ese estado como de ser y no ser a la vez. Ahora estaba más bien inmóvil sin que sufriera invalidez, por eso el requerimiento de ayuda 24/7 y el mismo motivo que nos llevó a levantarla de la silla, hacerla caminar, salir de la casa, no muchas cuadras porque se cansaba. Rolando nos llevó a un café bien bonito cerca de la casa hogar, donde él y yo pedimos para tomar y comer, mientras ella nos miraba y quién sabe si lo hacía, parecía que nos escuchaba y quién sabe. Esa rigidez corporal y al mismo tiempo la sensación como de flotar como nube, era la condición de la Tía Delia. Y sin embargo, recuerdo que en algún momento, no sé si antes de salir del hogar o en el café, la Tía Delia me sonrió y con Rolando imaginamos que algo del pasado quizás, recordó.

Al regreso del paseo, acomodamos a la tía en la sala de estar, que era realmente un espacio amplio, de techo alto, muy agradable, propio de las casonas de los años 50, con guardapolvo uniendo tanto el techo con la muralla, como ésta con el piso. Con un gran ventanal puerta que daba al patio trasero de la casa y por donde se colaban sendos rayos de sol, proyectándose sobre los rostros de estas mujeres de distintas edades, quienes sentadas como en un círculo, recibían este calor de medio día. En lo personal, encontré que era entre una escena bíblica y cinematográfica, tanto por la luz, cálida de invierno, que le daban un cierto tono como de cielo, donde las nubes blancas eran los cabellos de las mujeres mayores. Y cinematográfico, porque la escenografía compuesta por estas mujeres, de todas edades, acomodadas en asientos pegados unos con otros, formando un medio circulo, en una actitud de tomando el sol y que por sus rostros, notabase que lo recibían bastante contentas. Un espacio indudablemente agradable, acogedor, hermoso y donde aparentemente, pasaban largas horas de sus días/vida.

Me acuerdo que después nos fuimos caminando con Rolando, él con rumbo al metro y yo a mi casa. En mi ruta caminada, me fui paso a paso pensando en todo lo sucedido, visto, experimentado. Tenía tantas ideas, imágenes en mi mente, por un lado sentía pena, también añoranzas, pensaba y no dejaba de pensar en la Tía Delia, en esa situación en la que se encontraba, pero al menos, habitando una casa tan agradable, a la que quizás ni cuenta se daba. También pensé mucho en Rolando, en lo que significaba para él esas visitas, esa rutina, ese deber y encontrarse cada vez con su tía que sanguíneamente seguía siéndolo, pero emotivamente ya no. Me propuse llamarlo después, conversar de ello, pero cambié de parecer porque ¿qué tenía para decir? Tan solo abrazarlo y decirle que lo quiero mucho.

Y cómo es la resilencia del ser humano, que años después, para ser exactos 2020 la Tía Delia, fue contagiada por el Covid19 y pese a todo pronóstico, salió ilesa. Y sin embargo y por otro lado pienso por suerte, tanto por ella como por Rolando, murió el jueves 30 de diciembre del 2021.

Soy una ferviente creyente que las casualidades no son tales y que los hechos pasan por algo. Así es como sin volver a saber de la tía, el 29 de diciembre en la tarde, salí a pasear como suelo hacer siempre y los pasos, uno tras otro, tras otro, tras otro, me llevaron a mi querida y hermosa calle de Luis Thayer Ojeda, sacando fotos a cada uno de sus hermosos árboles, de las casonas antiguas que resisten a su destrucción, hasta que llegué a la esquina con Bilbao y evidentemente, me acordé de la tía, de esa visita, de su simpatía, de sus bailes. Recordé el sol entrando por la ventana puerta de esa casa y llenando de calor a todas sus habitantes, lamenté no poder volver a visitarla. Pensé en su sobrino Rolando, en todas los momentos que compartimos juntos él, la tía y yo. 

Hasta siempre querida Tía Delia, fue un placer y un honor haberla conocido, no la olvidaré jamás, como tampoco a su sobrino, aunque los hechos sean otros. Ojalá se encuentre con todos y todas las personas que extrañaba y que ahora pueda volver a viajar, por todos los sitios que más le gustaron. Cariños, abrazos infinitos siempre, para usted mi querida Tía Delia!!!