Y qué mejor día para publicar estas letras, que el de la independencia de nuestro amado país de acogida, adopción, contención: México, por siempre amado.
49 años, cuatro menos que yo. Llevo toda esta semana latiendo/sintiendo/pensando, como me ocurre en julio, octubre, enero, febrero, abril.
Es que cuarenta y nueve años es mucha vida, mucho tiempo e historias, más aún en este país de memoria ligera.
Me puse a ver La batalla de Chile y descubrí que Plaza Dignidad, siempre fue un lugar de convocatoria política, social, familiar: los ricos en el forestal, transitando, en auto por las calles aledañas, ninguno recostado en el pasto. Mientras que el pueblo, ubicado en Parque Bustamante, sobre el pasto, acostados, sentados, en grupo, comiendo, riendo, disfrutando el sol.
Nostalgias, historias.
Agradezco al universo cielar, que hoy 11 de septiembre de 2022, amaneciera con chubascos, frío, nublado, como la sensación de muches de nosotres.
Porque si bien no tengo familiares, desaparecidos o ejecutados, mis padres y familia, sí que tenían amigos, amigas, querides todes y la conciencia/memoria/dolor/respeto, por todes elles, está y seguirá estando presente en mi mente, corazón, alma, conciencia, principios.
Y porque como mujer, hija, hermana, amiga, sobrina, tía, mi historia esta partida en mil pedazos desde ese martes gris del noveno mes hace 49 años. Nuestra vida como familia nuclear y extendida, cambió ese día, nos separaron, detuvieron, exiliaron y nunca más volvimos a ser el clan que mis papás contaban, de almuerzos en domingo donde los abuelos, veraneos todos achoclonados. Nunca más volvimos a estar, al mismo tiempo, todos juntos en el mismo territorio, para contar los unos con los otros y viceversa. El exilio de mis padres hizo de ellos una otra vida/historia, una más triste que contenta, viviendo sí, haciendo amigos también, pero con la maleta mental siempre lista. El retorno a Chile, el mío, de mis hermanas, mis padres, para cada une, en su tiempo y momento, fue un impacto, comenzar de nuevo, para mí de cero y si bien he tenido altos y bajos, aquí continuó.
Mi vida estará por siempre jamás dividida entre Chile y México y lo que significa no sentirse completamente ni de acá, ni de allá y que quienes te rodean y quieren, tampoco te acepten al 100% ni como chilena, ni como mexicana. Aunque desde el 18/0 mi amor por mí país renació, así como el orgullo, admiración por les jóvenes que evaden, luchan, nos despiertan e incanzable mantienen sus petitorios, de la misma manera que nunca se los han solucionado. Y eso me ha hecho con los años, más crítica de este mi país, más ultra si estar con los que luchan significa eso. Después de comerme el cuento del Pato gallina, nunca más voté por esa rancia coalición que no estuvo en la calle, pero ha trepado como enferma y seguiré esquivándolos con mi voto y dedicándoselo a Lxs Presxs de la Revuelta, a Lxs Presxs del Wallmapu, o al histórico Pico de los 90.
En fin, la historia avanza junto con el tiempo, con nuestras vidas, con estos devaneos mentales, que están mezclados con tantas sensaciones/cariños/recuerdos.
Le agradezco a la vida/historia, lo bueno y malo vivido, lo atesorado y desechado, el amor de mis pamás, mi hermana Manu, mi hermano mexicano Antonio, el de mis abuelos, de los pocos pero sinceros amigues, energía vital para seguir recordando/viviendo, este 11-09-202 y todos los que están por venir.
Allende, Allende, Chicho, te dejo para el final, como aquello que es lo mejor, lo tan importante, imborrable, siempre allendista, más no socialista, sí americalatinista, bolivariana y azteca !!!
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