27 de julio de 2022

9 años y un día!!!


Encontré éste especie de poema que te escribí hace algunos años atrás y me gustó, así que lo dejo por aquí. También quería decirte que dentro de toda la tristeza que produce, me produce, tu ausencia, no dejó de ser significativo e importante que tu noveno aniversario cayera en mi día amado, el día martes.


Hubiera.

Un tiempo verbal que flota en el aire.
Sin pasaje para ir a visitarlo,
sin casa para habitarlo
y en cambio,
con miles de sueños, ganas, esperanzas,
para adornarlo, en un futuro que lo más probable, no llegará.

Querido.
Un querer herido, que suma fragancia de pasado, de un amor, amar, amore,
que quedó encapsulado en una atmósfera sin lugar, sin tiempo.

Tenerte.
Poseer algo que ya no te es propio, que quizás vuela,
se escabulle, escurre en las querencias,
querer, quiero, tener.

A mi lado. 
Cerca, junto, siempre, pegadita a mi.
Esa parte de ti, que en el espejo genealógico se refleja en mi,
en él también, en la historia, nuestra historia, tuya, mía,
la de los cinco, de ellas también.

Siempre.
En la extensión exagerada sentimental, vivencial, histórica,
de mantener el amor, amore, amar, cerca, al lado, pegado a mí,
a ti, a los dos, nosotros tres, con ellas, nosotros cinco.
Eternidad que fue restándose hasta llegar a tan solo dos, nunca más a cinco.
Evoco, pienso, trasladándome, quiero, amo, te amo, amor, amar, amore,
en ese tiempo inalcanzable, sin límites, donde permaneces intacta, tú amada madre: "hubiera querido tenerte, a mi lado, siempre".

26 de julio de 2022

9 años !!!


¿Por qué será que unas veces uno está más triste? Así me sucede con todo lo que tiene que ver con tu ausencia, mamita querida. Tu nombre, historia, presencia, momentos compartidos, está impregnado en  un manto de tristeza infnita. Será porque de chica muy chica, prometí que sería la primera en partir, para no tener que vivir en carne propia, como ahora, la existencia llena de la ausencia de ustedes. Ustedes eran mi todo, con todo y los bemoles que la vida nos trajo a por mi papá, eran mi todo y vine a comprenderlo cuando ya no estaban, cuando ya no podía agradecer todos los días, las tardes, años, paseos, caminatas, visitas a sus amigos, en los que me llevaban. En mi estado adolescente me sentía un bulto transportable, latía en mi interior la sensación que nunca tendría amigos, mundo propio, vida social con gente de mi edad. Entonces esos paseos, salidas, en compañía de ustedes, si bien la pasaba bien, en su mayoría mi cabeza me decía "que ñoña eres siempre sales con tus padres". Pues ahora que ya no está ninguno de los dos y que sigo sin tener tantos amigos, menos vida social (aunque eso no me interesa tanto ya), pienso en lo tonta que fui, en lo acelerada, por no apreciar, valorar, disfrutar a concho ese tiempo, que tuvo sus momentos muy, muy lindos.


Supongo que será también porque mi vida no es tan vida como quisiera, entre la pandemia de mierda, la vida misma, la pata, mi existencia se ha transformado en algo de lo cual quisiera salir corriendo. Y sabemos que cuando las situaciones nos son adversas, no hay nada más placentero que mirar hacia atrás y recordar todos los momentos vividos al 100% y feliz.

Mamita, Blanquita querida, tan querida y recordada, me haces falta todos los días, aunque en unos más, mucho más. Valoro y extraño tanto nuestras mañanas yo sin trabajo, para compartir el desayuno, ejercitar palabras leyendo al revés el diario que tenías, comentar alguna que otra noticia, el café, hacerle cariño al Gremnlin, que seguramente ya se había subido a la mesa. Nuestras tardes noches, viendo series en tu pieza, tu en el sillón, yo en tu cama. Teníamos una complicidad bien bonita, un vínculo estrecho, éramos amigas sin dejar de ser la mamá y la hija. Por más apodos que te pusiera como "Abuelita de Batman", espero supieras siempre, que te quería, aunque muchas veces no estuve a la altura que tu siempre rebasabas. No existe en el mundo nadie mas generoso, amoroso, desprendido, que una madre. Nadie era como tu mamita, valoro tu distinto en el corral de la familia que todavía sobrevive, nadie es como tu, ninguna de tus tres hijas heredamos ni un ápice de todos tus valores, los realmente positivos, como la generosidad infinita, la capacidad de dejar de respirar, vivir, comer, para darlo al otro. Te admiro y extraño todas esas tus bondades de madre y mujer maravillosa, por eso dejaste esta huella en el aire, en la vida, en México y Chile, donde tantos, tantas, tantes, como yo, no dejamos de recordarte.


Mamita mía, hoy quisiera estar a tu lado, volver a esas mañanas, tardes, noches, las dos solitas aquí en la casa, con el Gremnlin. Extraño cada uno de esos cuatro años, después de la muerte de mi padre, que vivimos juntas y después hasta que partiste, en compañía de la Manu, ya no junto al Gremnlin que también partió, pero sí con Tope y Suki. 

A veces me pregunto si mucho de este extrañar, además de sentir la soledad de la inexistencia de personas con las que quiera estar, será porque de alguna manera, estoy más cerca de irme que de quedarme. Te confieso que es un ideal que espero algún día pueda cumplir y que no suceda dentro de muchas décadas, no, por favor, necesito que sea más bien pronto. Al final, desde que supe el significado de la muerte y sus consecuencias, no he dejado de tentarla una y mil veces, lo malo, es que cada que la tiento y planeo encontrarla, alguien de la familia muere, como primero Patricio y ahora Pablo. Pero espero realmente que más pronto que temprano, llegue mi turno. Esto no es un tanteo, es una necesidad. No es un azote tampoco, pero sé con certeza, que no debí haber nacido, mucho de mis defectos de fábrica lo dicen queda y sonoramente y la verdad, antes alguna vez, me importó y me dolía mucho pensar que era un ser que no debió ver la luz, quedarme en nonata. Pero ahora no, ahora lo entiendo y si bien el humane es defectuoso, lo mío ya es una condena y por eso quiero, necesito, deseo irme, dejar de ser, de estar, ausentarme para siempre, dígamoslo con sus letras, morir. Y así al fin, volver a estar con ustedes, contigo!!!

Porque yo sí creo en ese otro espacio, lugar, al que uno se va y si bien no he sido santa, tampoco la más mala del mundo y espero irme al encuentro de ustedes, donde quiera que se esten!!

Te quiero y te extraño todos los días, en las tardes, en mis paseos, los como hoy 26 de julio, los 19 de octubre, como también en la fechas de mi padre!!!

22 de julio de 2022

A mi primo Pablo!


Que rotunda que es la muerte, con la absoluta certeza del espacio vacío que deja. Así me comencé a sentir desde que mi prima Claudia, me llamó para contarme que el primo Pablo, del ala Sánchez de la familia, había muerto. Pensé también en aquel día que contaron que estaba enfermo, padeciendo un cáncer que lo traía muy a mal, me cala hondo su partida porque no alcancé a llamar a ninguna de sus hermanas para preguntar por él. Aquellas cosas que no hicimos, son las que más marcan nuestra existencia. Entonces decido modificar esa situación y pensar en lo que sí haré..... 
Como escribirte por ejemplo. 


Si pongo a trabajar la memoria, recuerdo aquel día en la casa del tío Lucho Reyes, en que recientemente fallecido la familia Sánchez Reyes y consecuencias, estaba desarmando su hábitat. Con mis padres, habíamos vuelto a Chile ese mismo año en enero, por lo que muchas de las personas congregadas esa mañana de sábado, no las conocía, entre ellas Pablo Sánchez Mena, mi primo. El más guapo de los concurrentes, con un tostado de piel que pensé "este viene de la playa", pero a los segundos mi madre me lo presentó y aclaró "él es idéntico a Eduardo". 



Entonces supe que ese maravilloso color de piel, venía de familia. Evidentemente quedé eclipsada porque más allá del tostado, era guapísimo, o al menos como me gustan a mi, es decir, guapos, rubio y crespo, cara linda, bonitos rasgos, alto o más alto que yo y para acabar de desparramar chantilly, encantador. Me acuerdo que se reía y reía de cosas y yo simplemente lo miraba embobada, tenía esas sonrisas amplias, con bonitos dientes, que no se miden en la risa/sonrisa, que simplemente carcajean si hay que hacerlo. Y por supuesto no lo olvidé nunca más, aunque en los 35 años que llevo en Chile, creo que lo volví a ver tres veces más.


Sé que soy de esas personas azotadas, intensas y tales y quizás por eso es que Pablo, quedó impregnado en mi memoria. También porque años después de esa ocasión que lo conocí, establecí un vínculo muy estrecho con su madre, Sara Mena, mi tía, una mujer realmente excepcional. A veces creo que los, las, les, seres de ese calibre, nacieron para irse pronto. Porque mi tía también murió de cáncer y también lo hizo joven. Y si bien en esos años de complicidad con la Sara Mena, cuando ella con mi tío Pino, vivían en Reñaca y después en Ritoque, me tocó más convivir con su hijo menor, Tomás, siempre en las conversaciones sobre Pablo, aunque él no estaba presente, había un no sé qué especial, único e irrepetible que cubría ese momento y lo transformaba en un ser extremadamente mítico y especial, para mí. Obviamente que para la Sara Mena también, caía de maduro la preferencia, babosería que sentía por su Pablo ¿quién no? Había que ser de otra especie para no sentirse sublimada por conocerle.

Y creo que la siguiente vez que lo volví a ver, fue cuando se murió el tío Pino, en el hospital de la católica como él también y si bien los momentos no estaban para socializar, de todas formas en ese recinto hospitalario y en compañía de mi mamá (que todavía estaba viva), pasamos muchas, muchas, horas de nostalgias por Pino, Zapallar, los Sánchez Reyes, los Sánchez Mena y asociados.


Entonces ahora que me entero que en la madrugada de hoy partiste, no puedo dejar de sentir un remezón en mi interior. Me consuela el pensar que estuviste de cumpleaños el 17 de julio y decidiste partir el 22, cuatro días antes que mi  mamá, que como sabrás, te quería con devoción. Soy especialista en buscar semejanzas en todo lo que habito, como el hecho que Pino y tu fallecieran en la clínica de la UC, que entraras con neumonía como él y que compartas mes de  nostalgia con mi madre.


Fue justamente mirando esta foto que descubrí que eres, eras, muy absolutamente Sánchez. Tienes la misma pera de mi mamá, de la Claudia, del Pino, mía. Tu perfil con esos ojos tan lindos y esas cejas, supongo que lo sacaste de la Sara Mena. El pelo crespo, una mezcla de ambas familias. Miro y miro esta fotografía y me sorprende más que agradablemente, constatar lo fuerte de los rasgos, de los rasgos de nuestra familia Sánchez. Me alegra tanto, me conmueve, constatarlo es como poner en valor una y mil veces más a nuestra familia, la que nos une, la que nos vincula sanguíneamente.

Mañana iré acompañar a tus hermanas y hermanos al Parque del Recuerdo, donde te despediremos con cantos, risas, conversas, abrazos, nostalgias y ten por seguro, que seguirás latiendo en el corazón/memoria/nostalgia, de tus hijos, tu mujer, tus hermanas y hermanos y en el mío también!!!