Encontré éste especie de poema que te escribí hace algunos años atrás y me gustó, así que lo dejo por aquí. También quería decirte que dentro de toda la tristeza que produce, me produce, tu ausencia, no dejó de ser significativo e importante que tu noveno aniversario cayera en mi día amado, el día martes.
Hubiera.
Un tiempo verbal que flota en el aire.
Sin pasaje para ir a visitarlo,
sin casa para habitarlo
y en cambio,
con miles de sueños, ganas, esperanzas,
para adornarlo, en un futuro que lo más probable, no llegará.
Querido.
Un querer herido, que suma fragancia de pasado, de un amor, amar, amore,
que quedó encapsulado en una atmósfera sin lugar, sin tiempo.
Tenerte.
Poseer algo que ya no te es propio, que quizás vuela,
se escabulle, escurre en las querencias,
querer, quiero, tener.
A mi lado.
Cerca, junto, siempre, pegadita a mi.
Esa parte de ti, que en el espejo genealógico se refleja en mi,
en él también, en la historia, nuestra historia, tuya, mía,
la de los cinco, de ellas también.
Siempre.
En la extensión exagerada sentimental, vivencial, histórica,
de mantener el amor, amore, amar, cerca, al lado, pegado a mí,
a ti, a los dos, nosotros tres, con ellas, nosotros cinco.
Eternidad que fue restándose hasta llegar a tan solo dos, nunca más a cinco.
Evoco, pienso, trasladándome, quiero, amo, te amo, amor, amar, amore,
en ese tiempo inalcanzable, sin límites, donde permaneces intacta, tú amada madre: "hubiera querido tenerte, a mi lado, siempre".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario