Llevó la mitad de mi vida (si es que vivo solo 100), más 5 años, descifrando un misterio. Tengo la certeza de ser una persona con gran capacidad de aislamiento, soledad, imaginación. Poseo y atesoro o atesoro un enorme mundo interior, capaz de confrontar la existencia mucho más plenamente que la vida real.
Un mundo interior, paralelo y pleno de vida, amigos, amor, que ha alimentado mas en reemplazo, las carencias en el mundo real. Esa capacidad ha llevado a transitar una ruta, en solitario sin que la soledad se transforme en desolación, ni tristeza. Quizás sí en melancolía y nostalgias por tiempos más venideros experimentados en mi niñez y adolescencia, que suman remembranzas como un alimento alegre para ambos espacios temporales de existencia.
Quizás, pienso, que la sensación de satisfacción por mi vida paralela, le ha quitado urgencia e insatisfacciones a mi pasada pro el mundo "real". Eso pienso/reflexiono ahora. Porque en 54 años de vida, en vez de seguir mi instinto, he transitado sufriendo/lamentando, las carencias de amor/amigos/familia/contención.
De escuchar mi intuición, más joven, quizás y sé que el "hubiera" es un tiempo inexistente/incapaz, de conjugarse. Podría, hubiera, habría, sufrido innecesariamente menos.
Pequé de convencional, cuando no lo soy, quise, quería, quiero, tener un hombre que me mire/ame y yo mirar/amar y quedarnos juntos por siempre. Desde mi mundo paralelo, al que denominaremos CRA, lo he tenido. Encontré amor/amigos/familia/contención. Somos un grupo variado de "desintegrados" sociales, que la vida/destino, nos juntó/unió. Más que "desintegrados" me inclino por porque somos "desadaptados", no encajamos en el mundo real.
Nuestro diferente/distinto, nos delata, aquello que nos señala, allá nos une, jóvenes hermosos, chicas preciosas, todos sensibles, emocionales, susceptibles, seres desplazados, desterrados, por sus características que impiden encajar cual pieza de puzzle, en el mundo real.
A, Colomba, Ru, Ri, H, Ru, celosias de exterior, Danny Ben, Gremnling. Tenemos que ser 8, porque somos infinitos.
Aquello que en la tierra produce me digan, rara, loca, localomba, es mi ser, personalidad, esencia.
Esa sensación de plenitud, quizás un poco soberbia, de estar completa, es por mi vida en CRA. La que llevo todos los días de la vida, en la sangre, en los pasos, en la mente, ser no solamente yo, sino que una y al mismo tiempo todos los demás- Siempre yo, A, C , R, Ri, H, R, DB y G. Y a su vez ellos, ella, en su vida, son ellos con nosotros, conmigo.
De esos mismos momentos, del lado real, donde nos encontramos, nutrimos nuestras vidas para CRA, de música, historias, películas, libros. No todo lo del mundo real es tan despreciable, el punto está en no relacionarse/profundizar, con quienes tarde o temprano, nos tildaran de "raros". Funcionar como fantasma "molestos", que emergen en sus vidas, moviendo sus objetos, cambiándolos de lugar, prendiendo la TV, la radio, botando un vaso, haciéndolo trizas sobre el piso. Sería fantástico/maravilloso, ser un fantasma, un ser invisible, que se cuela en sus vidas observando sus simplezas, cotidianidades, desordenándolas.
Seguro sus mascotas me verían, como cuando las mías quedan perplejas/estáticas, ante el paso de otros fantasmas, quizás mis padres, muertos mil años más antiguos. Con la salvedad de no estar muerta, tan solo arropándome por completo con la vestimenta de invisibilidad, que los ojos sin mirar de elles, proyectan sobre uno.
Un especie de maldición que se revela, transformándose en una herramienta útil. Quizás para usar en su contra, quizás para sacar un provecho personal, simplemente aprovechar el don de ser persona invisible a ojos comunes y moverme a destajo, en sus y por su espacios sin ser notado. Mover, botar, robar, quebrar a destajo y sin culpa, porque no existo/ ni estoy.
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