28 de septiembre de 2018

El tiempo muerto del hubiera.


Te escribo porque su misiva llegó,
todavía logra hacerme sucumbir,
aunque sé que es la reacción natural, 
que si supiera esperar o depurar, aquellas primeras horas -en tranquilidad-, 
todo volvería a su curso normal,
pero necesitaba me lo dijeras, que tu me lo dijeras.

Porque todavía emocionan sus insípidas misivas,
aun permanezco quieta con cada palabra,
acariciando y buscando un significado mayor,
por todo eso..... es que que me alejo.

Alejarme para siempre,
y quisiera que ese largo tiempo hubiera transcurrido, cosa de mirar hacia atrás y recordar algo que ocurrió décadas, siglos antes y saber que en algún momento, le dolió mi ausencia.

Si nos detuviéramos en aquel tiempo muerto, 
alojado en un reloj donde las horas no transcurren, 
diría que podría haber sido mi gran amor.

Mientras me alejo siento un dolor profundo, como si algo suyo me perteneciera y estuviera a minutos de alejarlo de mi. Entonces necesité de ti, tus consejos, saber que entiendes.  

Pienso y pienso y no dejo de pensar en nuestro parecido, es como si fuéramos un poquito  CRA, un mucho de mi, yo de ti. El doble adverso. Conforta el parecido, la cercanía. Agradezco saberte, tanto por enseñarme, el camino será largo, pero lograremos una buena y linda vida. 

Volveremos a ser aire que vuelve a los pulmones, razón a la vida, cauce a la ruta. 

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