Es verdad que este blog, en particular este blog, se ha transformado en una suerte de obiturario pero ¿qué hacer? Si mis seres más queridos han muerto. Hoy toca hacer memoria a por Gregorio.
Gregorio, fue mi primer gatito, llegó a nosotros, como regalo de mi padre para mi, en Guadalajara, en la década de los 80. Esto sucedió cuando nos cambiamos a vivir a la casa de Los Madrigal, en justamente, la calle Gregorio Dávila 14. De ahí el nombre súper original jajaja. Supongo que fue a raíz que la madre de Gregorio, era la gata de los Madrigal, quienes recién mudados ofrecieron gatitos y me eligieron al güerito que se convertiría en mi primer gatito. Mi amado gatito Gregorio.
Fuimos felices, nos quisimos tanto, todos queríamos tanto a Gregorio, quien por cosas de la vida, nació con un par de problemas de salud, era como Manuel Rodríguez La Puente, parece que al nacer nadie se enteró y sufrió poliomelitis gatuna y quedó tullido de sus piernas traseras. Así y todo fue el gatito más hermoso y querido del mundo. Yo lo amaba con todo mi corazón, dormía con él, era mi compañero y cuando comenzó a empeorar, porque parece que una vez con una enfermedad, el camino a la insalud es un viaje sin regreso. Asunto es que cuando llegó ese momento en que Gregorio o Goyito, estaba cada vez peor, ya no quería dormir sobre nuestras camas, en vez, buscó cobijo en una caja (archivador de mi padr) que estaba detrás de la puerta, en la pieza de la ropa. No es que tuviéramos una mansión ni cosa parecida, pero no somos personas tan "normales" y como estaba esa pieza entre la de mis padres y el baño ¿qué utilidad podría dársele? Y además las habitaciones no tenían clóset, pues bien, la convertimos en el clóset de la familia. Cada integrante dígase mi padre, mi madre, mis dos hermanas y yo, teníamos nuestras tablas para guardar la ropa "doblada" y un largooooo tubo metálico para colgar la ropa. Nosotras no teníamos ropa para colgar, tampoco para plancar ¿qué lata? Era más bien para mis padres. Y ahí detrás de la puerta, en esa caja archivador de mi padre, pasó sus últimos tiempos mi Goyito y yo junto a él.
Fue lindo tenerlo, vivirlo, gozarlo, acompañarlo, ojalá él piense lo mismo de mi y de la familia. No hablemos del tiempo que ha transcurrido desde que partiste hasta hoy, décadas y sin embargo y por supuesto, la memoria por ti está y así seguirá..... intacta.
Siempre estarás en mi corazón gatito peludito amarillo, te amo y te extraño!!!
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