En el año 2011, asistí al último taller que prometí tomar por el resto de mi vida. Este no es un escrito póstumo, pero mi variada mala experiencia en ellos, hizo tomar la decisión de no repetirlo más y hasta la fecha, no me he arrepentido. Asunto es que hace 12 años atrás participe de un taller literario, impartido por Pablo Torch (PT), de quien guardo gran simpatía y respeto. El taller trataba sobre literatura inglesa, abarcando los períodos del siglo XIX hasta la actualidad que el onceavo año del siglo XXI podía ofrecer.
El taller, como experiencia de apertura al conocimiento, a un mundo que conocía pero no en su versión contemporánea, fue maravilloso. La aversión, no es al taller en si mismo, sino a la dinámica nefasta que suele ocurrir y que a veces, como en esta última ocasión, ni siquiera el tutor del taller, puede controlar. Pero lo relevante e inolvidable de ese tiempo, que duró tres meses, fue la oportunidad de conocer autores y autoras diversas, en estilos y épocas. De las autoras y los autores, que más me gustaron, intenté comprar la mayor cantidad de libros posibles, pero pasaron un sin fin de situaciones en mi vida y todos esos los libros comprados y adquiridos, quedaron arropados bajo el manto del tiempo y la tierra de los libreros de mi pieza. Hasta el inicio de este 2023, en el que encontrándome sin trabajo, opté, en vez de matarme o deprimirme, leer no solo aquellos sino que también, todos los libros que hay en mi pieza. El orden que establecí para leerlos, fue ordenarlos/categorizarlos en los que tuvieran "más tierra primero" y así sucesivamente. No saben que maravilloso ha sido este año y como no soy una lectora veloz, durante los meses de junio, julio y en lo que vamos de agosto, tocó turno a Jeanette Winterson.
Tengo fresca en la memoria, como si fuera hoy, el momento en que PT, decidió sumar como literatura contemporánea inglesa a Jeanette Winterson (1959). Me acuerdo que percibí cierta actitud "malévola", de parte de PT, al presentarnos a esta eximia escritora y todavía más, cuando dijo que sería con "Fruta prohibida" con que trabajaríamos a Winterson. Y ni bien las primeras páginas de aquel libro comenzaron a sumarse, la intención de PT, cobró efecto. Sucede que el porcentaje mayor de asistencia al taller, estaba compuesto por mujeres, entre 30 y 35 años (yo era la única en la década de los 40), de clase alta, casi todas tituladas en lengua inglesa en la UC, a excepción de una que venía de la UAustral. Eso debería haber sido un plus, pero significó una de las grescas más absurdas y lateras, que me ha tocado presenciar. Porque sucedió que escandalizadas con la autora en estudio, solicitaron a PT, que buscara otro titulo para leer "uno menos subido de tono". ¿por qué tanto rollo? Porque Jeanette Winterson, es una escritora que no oculta su orientación sexual y de hecho sus letras siempre tienen como elemento secundario o principal, el lesbianismo y las relaciones entre mujeres. En lo personal, considero que soy una persona que respeta lo que cada quien haga con su sexualidad y en materia de historias literarias o películas, a mi me gusta leer y ver sobre el amor. Por lo tanto, si en una película o libro, las emociones, situaciones amorosas, amor, amore, están bien desarrolladas, narradas, actuadas, me da lo mismo que el amor surja crece y desarrolle, entre parejas del mismo sexo o heterosexuales. A mi me interesa saber, conocer, de esas historias de amor y sentirlo y puedo perfectamente identificarme con el amor en una relación lésbica, gay o heterosexual, sin serlo. El amor, amarse, es lo que debe trascender y eso sucede en una buena escritura libro o de guión película. Como me sucedió con Fruta Prohibida, Powerbook y ¿Para qué ser feliz cuando puedes ser normal? O con "llámame por tu nombre" película que contaba el despertar sexual de dos hombres.
Pero PT, por suerte, mantuvo firmeza en sus decisiones y el taller prosiguió, adentrándonos, para quienes quisieran quedarse, sobre la vida y la obra de Jeanette. Cosa que agradezco de sobremanera.
Lo que me sorprendió y alguna vez comenté con PT, es que ninguna de mis compañeras estudiantes de letras inglesas la conociera, así de retrograda será la PUC y en el mismo cajón entra la UAustral.
Mis lecturas de Jeanette Winterson.
El libro "Fruta prohibida", es una muestra de la esencia literaria que identifica a la autora. En lo personal, simplemente puedo decir que lo que a mi me provocó ese escrito, fue querer leer más y más de esta increíble mujer, con una narrativa prodigiosa, de los que no quieres dejar de leer y leer. Es que la verdad, soy una creyente que las cosas pasan cuando tienen que ocurrir. En el 2011 leí Fruta Prohibida, compré Powerbook y ¿Para qué ser feliz cuando puedes ser normal? Y no los leí, los guardé, atesoré, durante todo este tiempo, donde fueron cobijados por el polvo de los libreros y junto a sus otros compañeros. Y cuando llegó el momento, fue, ha sido, una gran, gran experiencia. Debo contar igual, que propio de mi intensidad característica, me he obsesionado un mucho con Winterson. De esa sensación que tras leerla, siento que recobro una amiga que perdí no sé en qué momento. Me encanta ella, su apariencia, lo poco y nada que he podido encontrar sobre su vida y desde que comencé ¿Para que ser feliz? simplemente, siento que mi vida marca un hito de aquellos del "antes y el después".
La admiro, me encanta su pluma, sus historias, la forma que tiene para narrar, mezclando tiempos, sucesos y con la capacidad maravillosa de no aburrir, ni desconcertar al lectore. Admiro los miles de libros leídos en sus 64 años de vida, que la han convertido, en una máxima de la lengua inglesa, de la lingüística y qué decir de su vasto conocimiento de literatura y poesía.
Después de leer Fruta Prohibida, el taller había concluido y yo había quedado turbada y emocionada por tanto conocimiento y tantos autores y tantas autoras nuevas, nuevos, para buscar y leer. Dejando muy atrás las malas experiencias con las compañeras de taller, saqué como resultado dos cosas, uno, no volver a participar de otro taller y dos, que quedé eternamente agradecida de PT, por la cantidad de conocimientos que dejó volando en mi cabeza.
De PowerBook, puedo decir que es un libro diferente a todo lo que he leído y no lo digo porque la autora sea mujer, ni porque sea inglesa, ni porque sea lesbiana, que es una constante en sus historias. Lo digo porque es un libro diferente. Diferente en la manera de contar/narrar, una historia, cuando sigues avanzando descubres que es un relato lineal y sin embargo, hay otros relatos, que en un primer momento pueden desconcertarte, que suceden en otras épocas, pero siempre volvemos al meollo del asunto, por así decirlo y sientes que, todo suma, todo lo leído suma. Me encantó tanto tantísimo, que desoyendo mis principios básicos de "no prestar, no regalar", se lo di como regalo de cumpleaños a mi hermana mayor, que sé lo amará.
Y entre julio y agosto del año en curso, tocó, está tocando, sigue sucediendo porque soy lenta para leer o no quiero terminarlo jamás: "¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?".
¿Para qué ser feliz cuando puedes ser normal? es una suerte de autobiografía, la misma autora lo catalogó así de alguna manera: "estaba cansada de escribir ficción y sentía tener una deuda pendiente con los temas constantes en mi literatura y mi vida. Entonces surgió este libro". Con Winterson, me pasó que siento que tenemos una conexión de siglos, que nos conocemos, entendemos de siempre. Que su vida y la mía, ella con sus 64 años y yo con mis 54, transitan una ruta, con un cierto margen de cercanía, tipo cordón umbilical, sin que ninguna de las dos haya tenido hijos jamás, ni seamos parientes. Pero es un cordón común: la constante de la intensidad y los problemas para relacionarnos con les otres.
A través de esta novela, Winterson, nos abre, me abre, su corazón, cabeza, vida, contando cómo se convirtió en la gran escritora que es actualmente. Desde que leí "Fruta Prohibida" y qué decir "Powerbook", tenía mil preguntas e inquietudes sobre la autora, quería saber más y más. Busqué referencias, entrevistas, reseñas sobre ella y siempre quedaban preguntas sin contestar. Hasta que llegó este libro. Lo curioso es que había olvidado que lo tenía, bueno, lo compré hace 12 años.
Recordaba bien Powerbook, seguramente porque la tapa es de las antiguas, gruesa y el diseño bien llamativo. En cambio éste, y una tarde acomodando la pila de nuevos títulos para leer, apareció de entre mi estante de literatura inglesa y pues, los demás libros tuvieron que esperar su turno jajaja. Porque desde que lo tomé, desempolvé y decidí que sería el siguiente a leer, no he podido separarme de él, lo leo, lo pienso, lo leo y lo pienso, lo pienso y quiero leerlo y así también boicoteo la posibilidad de llegar al fin del libro y después ¿qué haré?
Leer ¿Para qué ser feliz cuando puedes ser normal? Fue una absoluta revelación. No creo en el dios de los católicos, tengo uno propio con el que hablo desde muy niña y a quien le pido cosas. Y tampoco soy de bota y calcetín, pienso y le hablo a ese ser sin forma que vuela y me acompaña a todas partes y que me ha hecho creer en las casualidades, sí, creo en ellas, como creo que todo ocurre por algo. Y en ese "ocurre por algo", apareció Winterson y lo he devorado.
En ¿Para qué ser feliz cuando puedes ser normal? la autora, cuenta que leyó, devoró, los libros de la biblioteca publica de su natal Manchester, en Lancashire, cuando vivía con sus padres adoptivos en el barrio de Accrigton. Desde los 12 hasta los 17 años, no dejó un día de acudir a la biblioteca y devorar todos los libros que ahí había. Era su vía de escape, además que le gustaba, ya que su madre, la señora Coni Winterson, una mujer dominante, por no decir loca, oveja perteneciente a la religión de Elim, una confesión de tipo evangélico, le prohibía leer en casa, hacer amistades y demostrar cariño. Jeanette, creció como una niña sin amor, necesitaba sentir amor, caricias y solo lo encontró en los libros, que leía a hurtadillas en casa y con felicidad en la biblioteca. Eso forjó la vasta cultura literaria que le señalaría a la U. de Oxford, como siguiente parada para alcanzar sueños y una buena vida. Porque pensando en sus orígenes modestos, donde el único que trabajaba era el padre, viviendo en una de esas casas de dos pisos "arriba y abajo", como los llamaba Jeanette, que no tuvo baño durante muchos años, nadie podría pensar que alguien pudiera salir de ese mundo y cambiar en 360º. Eso es lo que sucede cuando acercas los libros a las personas, sus mundos pueden ampliarse, cambiar.
Con cada libro/historia, Winterson, fue aprendiendo y viajando hacia parajes que desconocía su existencia, memorizando los poemas. Esa es una costumbre de gente mayor, al menos mi abuelo paterno, la practicó en su juventud y ya mayor, en cada uno de los períodos de nietes que fue teniendo, nos recitaba aquellos párrafos de sus autores preferidos. Quizás si caigo rendida, como Winterson, por algún poema de T. S. Eliot, también lo aprenda de memoria. Me sé a penas un párrafo de un poema de Amado Nervo: "era llena de gracia, como el Avemaría; ¡quién la vio no la pudo jamás olvidar! dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar, y cadencias arcanas mi poesía".
En resumen, me siento realmente dichosa que la vida me hiciera topar, primero con el último taller de mi vida, en manos de PT y así poder conocer/ilustrarme con la vida y obra de esta maravillosa escritora, persona, mujer.
Los libros de Jeanette Winterson:
- Fruta Prohibida, 1985.
- La pasión, 1986.
- Espejismos, 1990.
- Escrito en el cuerpo, 1992.
- El mundo y otros lugares, 1998.
- Simetrías viscerales, 1999.
- El Powerbook, 2000.
- La niña del faro, 2004.
- ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, 2012.
- La mujer púrpura, 2013.
- El hueco del tiempo, 2016.
- Frankisstein, 2019.
- 12 bytes. Cómo vivir y amar en el futuro, 2022.
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