En este abril la cuarentena me pilla celebrando mi cumpleaños,
a diferencia de muchxs,
lo espero expectante,
aquello de pasar el día en casa,
como tantos otros, más de quince ya,
regresa mi memoria hasta la infancia, cuando con mis hermanas jugábamos a la "peste bubónica" bajo la mesa del comedor. Mi hermana menor dice que nosotras ya veníamos preparada para estas pestes, que más no fuera por nuestros juegos. A saber.
Sólo sé que mi día finalmente llegó,
cuando comenzó el año planié tantas cosas para estos 51 años,
muchas más alcanzables que para el inicio de nueva década,
ya no sé tampoco si podré realizarlos
y sin embargo,
si el año pasado fue un tanto malo hasta que llegó el 18 de Octubre y Chile despertó y yo con ellxs, que quizás este 2020 después de la peste, también pasen cosas revitalizadoras, que nos mantengan pensadores, atentos, vitales, para defender la vida y la dignidad.
Una parte de mi eternamente esperara todo
y la otra, a la que ya le han pasado los años,
espera sin esperar nada,
recibe lo que la vida le de,
intenta no esperar demasiado de las personas que creía "cercanos"
y se deja sorprender por todo lo otro que podría llegar.
Sigo esperando al amor, a viajar y ser feliz,
pongo de mi cosecha y no ceso de amar,
ensoño los lugares que ya conocí y espero ampliar horizontes
y a la felicidad la llevo conmigo a todas partes,
a menos que la tristeza ahogue mis intensiones,
todo puede pasar,
pero tengo las mejores energías,
no dejaré que el exterior acabe con mis ideales.
Y vuelvo a este encierro de pandemia,
en el que celebro mi cumpleaños,
con una rica torta hecha por mi,
junto a mi hermana menor,
con las llamadas, video llamadas y escritos de todxs lxs que me quieren
y para qué más.
Quería jugar a que era Ana Colomba Frank Orrego y pasaba mi cumpleaños encerrada en mi pieza, comiendo a las 17 horas, momento en el que nací, la torta previo soplar la vela y pedir tres deseos. Estaba deseosa de escribir un capitulo intenso y dramático de esta vida particular. Pero sucedió que el destino dio un giro de 360 grados y en vez quedé rodeada de gente linda, que me llamó, hizo llamadas con video, me escribieron y dejaron espiritu y alma energizados, encariñozados. En resumen un muy buen cumpleaños de encierro, pandemico, encuarentonado y donde cumplí 51 años.
Gracias a los del cielo por favor concedido!!
a diferencia de muchxs,
lo espero expectante,
aquello de pasar el día en casa,
como tantos otros, más de quince ya,
regresa mi memoria hasta la infancia, cuando con mis hermanas jugábamos a la "peste bubónica" bajo la mesa del comedor. Mi hermana menor dice que nosotras ya veníamos preparada para estas pestes, que más no fuera por nuestros juegos. A saber.
Sólo sé que mi día finalmente llegó,
cuando comenzó el año planié tantas cosas para estos 51 años,
muchas más alcanzables que para el inicio de nueva década,
ya no sé tampoco si podré realizarlos
y sin embargo,
si el año pasado fue un tanto malo hasta que llegó el 18 de Octubre y Chile despertó y yo con ellxs, que quizás este 2020 después de la peste, también pasen cosas revitalizadoras, que nos mantengan pensadores, atentos, vitales, para defender la vida y la dignidad.
Una parte de mi eternamente esperara todo
y la otra, a la que ya le han pasado los años,
espera sin esperar nada,
recibe lo que la vida le de,
intenta no esperar demasiado de las personas que creía "cercanos"
y se deja sorprender por todo lo otro que podría llegar.
Sigo esperando al amor, a viajar y ser feliz,
pongo de mi cosecha y no ceso de amar,
ensoño los lugares que ya conocí y espero ampliar horizontes
y a la felicidad la llevo conmigo a todas partes,
a menos que la tristeza ahogue mis intensiones,
todo puede pasar,
pero tengo las mejores energías,
no dejaré que el exterior acabe con mis ideales.
Y vuelvo a este encierro de pandemia,
en el que celebro mi cumpleaños,
con una rica torta hecha por mi,
junto a mi hermana menor,
con las llamadas, video llamadas y escritos de todxs lxs que me quieren
y para qué más.
Quería jugar a que era Ana Colomba Frank Orrego y pasaba mi cumpleaños encerrada en mi pieza, comiendo a las 17 horas, momento en el que nací, la torta previo soplar la vela y pedir tres deseos. Estaba deseosa de escribir un capitulo intenso y dramático de esta vida particular. Pero sucedió que el destino dio un giro de 360 grados y en vez quedé rodeada de gente linda, que me llamó, hizo llamadas con video, me escribieron y dejaron espiritu y alma energizados, encariñozados. En resumen un muy buen cumpleaños de encierro, pandemico, encuarentonado y donde cumplí 51 años.
Gracias a los del cielo por favor concedido!!
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