24 de abril de 2025

Hoy me puse nostálgica.


En mi estadía de 1997 - 1998 en México, participé de un taller literario impartido por mi querida Adriana Díaz Enciso, obviamente fui porque Rita me indico el camino jajaja y bueno, porque Adri, es una bacana/increíble/creativa. Ahí era simultáneo lectura y escritura y la temática muy Adri, "Lovecraft". Y tenía por compañero al Cucurrucu de Botellita de Jérez. Pues bien, en esa época él todavía no se lanzaba como escritor, pero estaba dando sus primeros pasos y,  considerando que lo conocí tiempo atrás en Guadalajara, como integrante de Los Botellos, pensé que todo sería como en aquellos tiernos tiempos dígase 1985 - 1987..... pues nel. Era el integrante del taller más pesado/mala onda, se creía el padre de la literatura de Lovecraft, solo respetaba a Adri, al resto de los participantes y qué decir a mi, nos miraba y trataba como si fuéramos lo peor del mundo. 

O sea la verdad, no tengo mucha experiencia en Lovecraft, aquí en Chile conocí al autor y leí algunas cosas de él y con ese conocimiento, remé/tiré padelante en el taller y sumé más títulos. Mis escritos, según Armando, eran vomitivos, entonces tenía que entrar a mediar Adri y aclararle por enésima vez a este petulante/creído, que el taller no era un juicio, que no eran bienvenidos los ataques, porque tras todo escrito había un tiempo, dedicación y trabajo personal. A veces, al terminar el taller, sobre todo cuando Armando me había tratado muy mal, Adri, me hacía quedarme para rescatar de mis escritos lo que ella encontraba que realmente estaba bien. 



Lo bueno de todo, es que años, años, años, después con las redes sociales, encontré a Armando Vega Gil, convertido, ahora, en famoso escritor y además fotógrafo. Entonces le pedí amistad y, a veces, él chuleaba mis fotos y yo qué hacía con las suyas, que eran tomadas con cámara profesional y demasiado profesionales, para una perejila como yo, pero de tanto en tanto aparecía una que tenía un qué sé yo, que me gustaba y se la chuleaba. Asunto, es que en algún momento no sé si trató de ligar conmigo o equis (obvio que no se acordaba de mí), comenzó hablarme por interno y me dije "esta es mi oportunidad" y venga que le hice memoria y lo llevé hasta los talleres de Adriana Díaz Enciso. Obvio que le conté cómo me trataba jajaja. Fue una suerte de venganza, pero pacífica porque como es de México: "le amo y le perdono todo", bueno, no a todos, no a lxs que son del PRI y el PAN, PRIAN y PRD jajaja. Asunto es que me pidió disculpas, me dijo que en realidad él tuvo un tiempo en el que fue bastante así, como despreciable y creído jajaja y que en esa parada, le habían pasado muchas cosas, que lo hicieron recapacitar. Entonces reiteró las disculpas y ese fue el puntapié con el cual, nos hicimos súper amigos. De hecho, la última vez que fui a la CDMX, nos juntamos y me llevó a  pasear, como si fuera una turista, aunque me decía "son lugares que segurito no conoces" jajaja. Fue súper amoroso conmigo. Y con ese encuentro, como que nuestro vínculo se estrechó y a mi regreso a Chile, seguimos en contacto. 


Y de verdad, no solo por eso, si no porque Los Botellos, todos, formaron parte de un tiempo en mi vida, que está remarcada como "cuando fui más feliz". Entonces al enterarme de su suicidio, me partió heavy. Y que haya sucedido en torno a esta onda de la marea verde, las feministas furiosas. Porque la verdad, fue todo muy mala onda, como que se encapricharon con Armando, y decidieron que todos los hombres de México, pagaran a nombre suyo. 

Antes de su suicidio, él y yo hablamos de la supuesta denuncia en la que supuestamente él había acosado a la chica y él me contó que sí, que invitó a la chica a la casa, que estuvieron "fajando" pero no se acostaron y que de pronto, a la chica algo no le gustó, se paró y empezó a decirle a Armando que era un acosador. No sé, fue muy raro. Solo sé lo que Armando me contó y si me lo contó con tanto detalle, pues le creo. Y después comenzó el acoso en redes, las funas, los insultos y claro, otra cosa es estar en sus zapatos. Además que Armando, tenía un hijo adolescente, una carrera y, además, era híper depresivo, eso también me lo contó. Entonces como que vio todo negro y se mató. Se ahorcó en el árbol del patio de su casa, ahí en la Narvarte. Y después, cuando todo el mundo supo lo que hizo Armando, la denuncia, la chica y la concha de su madre, todo se evaporó. Pero Armando, ya no estaba. Fue heavy. Es la segunda vez en mi vida, que un amigo se suicida sin que pueda hacer algo para evitarlo.

Hoy me puse nostálgica.

No hay comentarios.: