Prometí no dejar que la pena adormeciera mis propósitos,
que la sorpresa alejara los días de dientes de león,
días de enamorada.
Porque la brisa que viajaba con tu presencia,
me hacía cantar,
mirar al mundo con ojos luminosos, coloridos y aromáticos.
Lejos quedaron los tiempos,
de aquellos que perdieron la fe en mi,
quedándose con historias erradas,
sin dejarme hablar
y alejándose para siempre de aquí.
No repetiré el error,
no dejaré que palabras de otros,
acallen, apaguen, la luz que proyectas en mi,
creo de ti lo que sé
y con eso me quedo,
cerraré mis oídos entre mis manos,
mientras evoco lo que tu presencia dejó en mi,
agradecida siempre, siempre, jamás
al de ti, que habita en mi interior.
Prometí no dejar a la pena adormecerme,
que la sorpresa alejara los días de dientes de león,
días de enamorada.
Prometo,
tu nombre por siempre jamás,
será memoria de aquellos días,
días de viajar agarrada a tu imagen,
brisa de días viajados,
cantándole a los árboles,
atesoro en la memoria tu imagen,
de días de caminatas contemplando el mundo luminoso y aromático,
nada cambiará,
ni lo que soñé,
menos lo que te enamoré...
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