27 de febrero de 2014

¿Aburrida?

Como bien diría mi papá, sólo los burros se aburren, pero no puedo negar que cierta monotonía en mis últimos días, le dan un tono "plano" a la vida. Pienso si no la habré regado viniéndome al DF, pero la sensación cargada de emociones, me recuerda que tenía un poco saturado el espíritu.

De pronto DF y quizás la cotideanidad y el ritmo de vida de quienes me rodean, hacen que sienta así, como eso que hablaba Conchita de "quedar al margen de todo y todos", que viven y hacen cosas y yo no tanto o nada.... pero eso siempre es así a menos que tengas otro alguien que te apañe. Supongo que será parte d ela estructura mental con la que fui criada, la cual, me impide darme e lujo de "aburrirme", tengo los pies para caminar y vagar, la cabeza para pensar, ojos para ver y leer, manos - cabeza para escribir. Será que pese a todo, extraño, continuo extrañando "compañía". El reencontrarme con Conchita y sumergirme en su cotideanidad y a la vez tan buena de llevarme a todas partes, pasear. El reencuentro con M y Memo, su compañía, esa tarde maravillosa que pasamos los tres juntos, solos los tres juntos, rememorando nuestra historia, nuestra vida. Qué decir de Ricardo.... será que todavía es hoy (ayer) y el peso por la ausencia de mi mamá me cala?
No lo sé.

Me sentí tristona al ver la foto de mi en la secundaria, el tema de ser más o menos delgada, en este mundo, es un tema, porque la percepción de otros a ti por mucho que te conozcan y quieran, esta sesgada por como te ven, aquello de "la primera impresión entra por los ojos". Otro habría sido al 100% este viaje si hubiera estado delgada, mucho más delgada, como antes de la muerte de mi mamá o como en el 2011. Ese absurdo, injusto y real, que las puertas se abren o cierran, dependiendo tu apariencia.... y vivo pues en la dicotomia de saber la que soy versus lo que ven y finalmente el trato que a esa imagen, que creen es todo, le dan.
Entonces pues el asunto es, que me siento sola y vacía, tanto por l ausencia de mi mamá, como porqu finalmente no han aparecido las suficientes personas, que se acerquen a mi con ganas de conocerme y no que e traten "por lo que ellos deciden soy a razón de mi apariencia".

Esa soledad de mucho tiempo recorriendo las mismas o distintas rutas, en compañía sólo mía y sabiendo que no me huelen (la teoría que el gusto por otro, entra por el olfato), no gusto, no me ven, no existo.
Y en el no existir de pronto, todo se torna sin sentido.
La sensación de desagrado, se une a la de no ver más allá, el horizonte se cierra, no hay luz....
Sé que quien me lea, pensará que soy bipolar, ya que transito de la intensidad optimista  esto, pero no lo soy, solamente expongo lo que ronda por mi mente, con la intención de repensar, analizar, buscar una salida...
En esencia soy optimista, pero también he descubierto que el gasto de energía para sentirme así, lo pongo siempre yo, en contadas ocasiones recibo, encuentro, siento que el exterior me hace señas, como Conchita, M, Memo, de Chile Maya, enotnces a mis 45 añitos por cumplir, de pronto ya no tengo ganas de hacer nad demasiado por nadie y que nadie descubra en ese remanso de inactividd, que la que movía todo se agotó, es una persona, no un afluente energético y quizás necesita que le den la mano, la huelan, la gusten, conozcan y busquen.

Y lo que comenzó como una extraña sensación, titulada "¿aburrimiento?", terminó en un debate filosófico existencial, que no totalmente, si en parte abre una ventanita para intentar resolver la vida en los días que faltan por vivir en México antes de retornar, al lugar donde ya no está mi casa.... pero eso es tema para comentar en otra oportunidad.

26 de febrero de 2014

Siete...

Mi querida mamita,
Siete, siete, largos y extraños meses que siguen sumándose. Por alguna razón lo siento tan lejano, tan lejano el día aquel en que te perdimos, que te fuiste, te dejamos ir y sin embargo la memoria y capacidad de tenerte cerca todos los días, acompañándonos en todas circunstancias, te hace cercana, como si todavía estuvieras aquí, como si nada de lo ocurrido hubiese pasado.
Hoy te invoque con cariño, con pena, con la misma culpa que continuo cargando, estaba con Bety aquí en su casita y conversábamos de ti, de nosotras, nuestra vida, la vida después de mi papá, del vínculo hermoso que formamos, lo distintas que éramos y lo bien que logramos congeniar, acomodarnos...... y es ahora que ya no estás que daría todo, todo, por volver a esa vida tan tranquila, apacible  y contigo.
Bety dice que es porque el duelo no pasa, estamos en proceso, pero cada que hablo de ti, que rememoro no puedo evitar llorar, tengo que apretarme, peñiscarme, para controlar la pena, las ganas de ponerme inevitablemente a llorar. Te quiero y te extraño tanto, me haces tanta falta, en tu ausencia maldita sea, he comprendido lo maravillosa persona que fuiste, lo buena madre, aquello que llamábamos "sometimiento" era amor, extraño, sometido pero amor en final de cuentas y eso siempre es destacable, porque ya casi nadie ama por sobre todo sin mirar si recibes algo a cambio.
Y tenía tantas ganas, tanta necesidad de hablar de ti y qué mejor cosa que hacerlo hoy en tu séptimo mes de partida..... y desde nuestro amado México y en compañía de la linda y querida Beatriz que tanto te quería y le gustabas y sintonizaba con mi papá y contigo tan bien....
Te quiero mamita, apareceteme en los sueños por favor, háblame, mírame para sentirme más cerquita tuyo ¿ya?
Besos miles!!!

25 de febrero de 2014

De memoria.


Todas aquellas veces que soñábamos en verdad o de mentira, con Antonio mi hermano, la posibilidad de escribir un libro sobre la vida de "Los Orrego" en Guadalajara, desde una perspectiva menos ombliguda, egocéntrica, menos particular, no sólo de Los Orrego, sino que de todo  Guadalajara, se nos adelantó José Alfredo Sánchez, periodista o comunicador cultural, con su máximo libro de crónicas DE MEMORIA.

En todo caso todas las historias, convertidas en maravillosas y noticiosas crónicas son importantes, más que mal, lo que vale es recopilar la historia, ya sea la de tu ombligo, la de una ciudad importante, interesante, hermosa como lo es y será Guadalajara. Tomarse el tiempo de rememorar, entrevistar, hablar, con los vivos existentes y reunir historias de los personajes significativos que toda ciudad, sociedad tiene. Sucesos culturales, que además y por esa cosas de la historia, en el período comprendido entre finales de los ´50 y antes que el siglo XXI llegará a tomarse el poder, el mundo era realmente apasionante. 
¿Por qué será eso?, no lo sé, pero tanto es así que antes eran los tiempos de vanguardia, de descubrir estilos musicales, literarios, cinematográficos, respetar y destacar lo existente y buscar, sumar. A diferencia del siglo XXI que ya pareciera no tiene mucho más que decir, que contarnos, a menos que sean los avances tecnológicos, cientificos, pero y qué hacemos con la cultura. Ahora todo es un revival de los años pasados, como si la sociedad, el mundo se hubiera estancado y nadie inventa, produce, encuentra algo novedoso, nuevo.

Pero en fin, para lamentos los parroquianos, para nostoros la historia, la memoria y DE MEMORIA, un libro de crónicas de Guadalajara, realmente espectacular. Me saco el sombrero ante Alfredo Sánchez con este libro, realmente se pasó y con eso que dice al comienzo, onda de introducción, "que la mayoría de las historias contadas, todas reales obviamente, son producto de "su memoria"," pues que la vida se la conserve por siempre jamás.
A través de un paseo informativo, ilustrado, interesantisimo, histórico, Alfredo Sánchez, nos va contando vida, obra, personajes ilustres, lugares de cultura pictorica, musical, teatro de de nuestra bella Guadalajara. De aquellos maravillosos años de los 60 a fines del siglo XX, en el que el mundo realmente crujía, pensaba, soñaba, los hacían puré, los mataban, desaparecían, exiliaban y entre todos, a montones, convertían la vida en algo lo mejor posible. Descubrir como fueron surgiendo las estaciones de radio que uno escuchó o supo de su existencia, los locutores destacados, programas novedosos y seguidos por todos. Qué decir de los pintores, musicos urbanos, los espacios de arte, los culturales. No puedo dejar de sentir que se aprieta el corazón cuando Alfredo Sánchez, habla de Ricardo Delgadillo, Arturito Suarez, Don Manuel Rodriguez La Puente, Raquel y Sergio, de La Puerta, Gerardo Enciso, aquellos personajes, personas, espacios, momentos, que formaron parte de la vida nuestra. La que desarrollamos a través y de la mano de nuestros amados padres: Blanca y Andrés, de mis hermanas: Pasqui y Manuela. Realmente se aprieta el corazón, leer de lugares, momentos, situaciones que uno pensó únicos, propios, irrepetibles, que de alguna forma lo son y son tan de uno como de todos, todos los que de ahora en más lean DE MEMORIA y todos los que de antes en más formamos parte de DE MEMORIA.

Realmente un placer, un honor, un deleite, encontrar la historia, nuestra historia, la mía, la del ego, la del ombligo, en un libro, como que a uno se le hincha el corazón, sentir que fuimos parte de algo muy grande y muy lindo......... aunque como decíamos con Ricardo Delgadillo, siempre faltará que Sánchez, haga un volumen II, III, IV, etc., en el que le podriamos ayudar con nombres e historias para nuevos capitulos. Yo quiero uno sobre mi papá, sobre sus clases, sus estudiantes. Otro sobre Antonio Ibarra, mi hermano. Armando Martinez Moya. José Luiz Pardo Ruiz, el seminarista que termino siendo filósofo, dejó los hábitos y se casó........ tanta, tanta, tantas otras historias, gentes, que deberían ser contadas, rescatadas, convertidas en parte de la memoria.

24 de febrero de 2014

Irse.


Me dolió cuando me fui de Ciudad de México hace dos semanas, dejar la casa de mi querida amiga Beatriz, su barrio, las cotideanidades del hogar, los perritos, la gatita, de Laurita. Me dolió durante todo el viaje. Sentia el pecho oprimido, tenía tantas ganas de llorar. Supongo que así ocurre cuando uno crea lazos sólidos que se mantienen en el tiempo, pese a que uno no se vea todos los días.

Y ahora me vuelve a ocurrir.
Regresé de Guadalajara porque yo quise, porque ya era hora, porque quería dejar un poco tranquilo a mi corazón, a ese huracán de emociones, encuentros, reencuentros, perdidas, desencuentros, realmente fueron días intensos, hermosos e intensos y quería volver un poco a esta normalidad que no está tan cargada de nostalgias, en una ciudad enorme como Ciudad de México  y que pese a ello, logro ubicarme, conocer los barrios, las calles, mucho, muchísimo más que en mi amada Guadalajara. Estoy convencida que las emociones cargadas de tanto sentimiento, nostalgia, recuerdos, a veces cuando uno anda con el corazón abierto, te hacen perder el rumbo, el norte, deambular como en un sueño, en un espacio seudo desconocido o quizás quieres no recordar tanto, no hacerte cargo tanto del tiempo transcurrido, de lo cambiado del entorno, de ti misma, de tu forma de mirar el mundo que tanto amaste, que amas, mejor entonces es cerrarse y nortearse.

Y me fui y me dio pena, mucha pena, tristeza, nuevamente quise estar en un espacio reducido y sola, absolutamente sola para poder con toda calma, llorar, llorar honda y profundamente.... y basto que el avión tomara vuelo, que a través de la ventana, dejara a mi amada Guadalajara convertida en unas manchas lejanas, verdes, grises y el corazón se me estremeció. Una parte de mi quería irse, necesitaba respirar un aire que no estuviera tan cargado de nostalgias, de lo que más quiero, de lo que quisiera hacer, de pensar tanto qué es lo que quiero hacer, de tomar decisiones, de pensar, pensar. Quería dejar de sentir tanto, de sentir por Conchita, por Ricardo, Mario, Guillermo.... que los sentimientos decanten, pero no se estanquen, que crezcan como siento que van haciéndolo en mi corazón, en mis pensamientos... pero necesitaba un poco de distancia, tiempo, lejanía ficticia porque los llevo tatuados, son parte de mi vida...

Y me fui, me subí al avión, éste despegó dejando atrás a mi dulce, cambiada y amada Guadalajara y en esas manchas lejanas verdes y grises, quedaron por instantes todo lo vivido, sentido, tanto, tanto, tanto.... y la pena sigue presente, extraño, extraño las cotideanidades, las palabras cualquiera sean me evocan Guadalajara, lugares, calles, aromas, tengo marcado en mi piel tantos, tantos detalles... extraño a Mario, a Guillermo a mi Conchita, a mi queridisimo Ricardo, quisiera juntarme con los cuatro, con los tres, con solo dos, con solo ella y saber que todos los días o cualquier día puedo encontrarlos, llamarlos, conversar de todo, de tonteras, de nada, saber que están ahí, que esperan mis cartas, mis llamadas, mis historias, que están.

Eso es lo más lindo de todo, que están, que existen, que aparecieron, que la casualidad me dejó encontrarlos y están...... como hoy cuando llamé a Mario y hablamos de nada, de la vida, quería tanto hablar con él antes de irme, volver a escuchar su voz, las cosas que me cuenta, de su trabajo.... no podía no llamarlo y perder la oportunidad de volver a escuchar su voz, quería llamar a Guillermo pero no está en el país, quería escuchar y atesorar una vez más la voz de mis queridos y recuperados amigos....... y me fui y estoy triste, con mucha pena, un vacío. Pero espero que sea para tomar acciones concretas que cambien el curso de mi vida, para ir en busca de una buena vida, de la vida junto a lo que me produce tristeza cuando me voy.

Creo que esa es la fórmula, el secreto, el milagrito, lo que te produce tristeza, pena, al marcharte, es lo que realmente vale la pena. Aquello que te hace llorar, estremecer el alma, doler el corazón, que sientes que los necesitas y que al mismo tiempo requieres distancia porque los sentimientos, las emociones te están matando........ Irse, volver, encontrar, reencontrarse.

22 de febrero de 2014

Amor - amistad.

Hace unas semanas atrás, cuando estaba recién llegadita a México, mi hermano Antonio me dijo que yo no tenía que sentir que me faltaba el amor, porque tenía a mi alrededor mucho, mucho. Mucha gente que me quería, por lo menos esa mañana en particular, todos los comensales así sentían a por mi  y mucha más gente a mi alrededor.
Como soy perrucha, pensé "y éste qué sabe?". Pues últimamente y aunque no lo soporte, tengo que confesar que "tiene razón", jajajajaja no, no es que no lo soporte, solo que me carga darle la razón, siempre es mejor tenerla yo. 

Pero debo reconocer que en este viaje a mi amado México y Guadalajara, que siempre es agitado, siempre aprendo, descubro, pierdo, gano, me llevo, dejo, cosas, personas, sensaciones, emociones, nuevas, distintas, mejores, peores, desechables, inolvidables. No es el mero viaje de "vacaciones", en el que me estoy echada como vaca en la arena, contemplando el mar, pensando en las musarañas, sino que más bien es un remezón de vida, de emociones, de sorpresas, tristezas, nostalgias, constatar mucho, muchísimo, demasiado lo que se va, lo que no volverá y así también lo que se recupera, llega, renace y te hace tan bien.

Y como siempre he vivido cortita de piernas, en el tema del amor, del amor que un hombre sienta por mí (porque todavía soy heterosexual), porque no lo hallo, no me hallan, no me huelen, ni detectan, pero en cambio la vida me ha dado amigos para dar, tener, gozar, valorar y adorar.


REGRESAR.
Además de las mil millones de razones que me trajeron a México y sobre todo a Guadalajara, estaba el de los reencuentros. Con mis compañeras de la secundaria, con Conchita de la Prepa y con los amigos de mis papás, sobre todo ahora que mis papitos amados ya no están. Creí que tenía todo fríamente calculado, eran colas de personas que querían verme, reencontrarnos, contarnos historias, compartir vida y yo estaba feliz, porque a la vez estoy tan triste y desolada por la muerte de mi mamá, que necesitaba volver a sentir el verdadero calor, el cariño, de la gente que siempre, de los siempres jamases me había querido y hecho un lugar en su vida y corazón.

Pues bien, las sorpresas se fueron dando en la primera semana que puse mis piecitos en Guadalajara. Muchas de aquellas personas, que emitieron comentarios sentidos, hermosos, cálidos, por la muerte de mi mamá, que tanto querían verme, pasearme, retomar historias, reencontrarse conmigo, hasta el día de hoy, día 15 de mi estadía, no han dado la cara, ni el mail, ni señas de humo, nada, nada, nada. La primera semana pa que decir lo que sufrí. El desprecio siempre agita el ego, de alguna manera siempre sentí que Los Orregos, éramos seres sobrenaturales, los mejores, los más increíbles, mi papá el hombre más inteligente, culto de la galaxia, mi mamá la mejor mujer, esposa, madre, amiga, mis hermanas y yo las güeritas chilenas más simpáticas, lindas, atractivas, que todos y todas querían tocar, conocer, conversar, tener, abrazar........ pues venga que aunque me cuesta creerlo, parece que somos unos mortales del montón.

Sufri como condenada, me dolió el ego, el estómago, el alma y me la llevaba llorando por los rincones, abrazándome a los árboles y volver a sentir que sólo ellos y nadie más que ellos son los fieles y los que comprenden mi sentir. Y de verdad entre que constataba lo diferente de la ciudad, de las calles, que estaba norteada todo el día, que nada era muy parecido a la última vez que fue hace 13 años y entonces entre que se me estrujaba el alma, aprovechaba de caminar, tomar fotos, hablar sola, caminar, llorar, sentirme miserable, después ir encontrándole el gusto al estar sola, escribir, escribir mucho, de mi, de mi ombligo y sus circunstancias, de la vida, de mi vida en estos días desolada, de los días pasados, de los años en que vivimos y paseamos por esas mismas calles con mis papás........ y de a poco fui descubriéndole el sabor a esta vida.

En el fondo de mi corazón y ese algo que se tarda en mandar señales, de lo que uno realmente quiere y de lo que realmente busca, con lo que está pasando en el ambiente y que al juntarlo, sobre todo cuando es un poco triste, tienes que atinar, me demoré en descubrir que aunque todos me dejaran como novia de rancho y no me pescaran, con el paso de los años, las enseñanzas de mis padres, las lecturas de libros clásicos donde personas de vidas mas bien solitarias salían adelante, porque si no huyes de ti, estás salvado, fui encontrándome y disfrutando a concho esta estadía.
Y cuando eso pasó, cuando finalmente le dejé de tener miedo, pena, tristeza, al hecho de que quizás no todos querían enfrentarse al pasado y cambiar los recuerdos, que por otro lado también tienen derecho a optar, lo malo es optar sin avisar. La vida comenzó a sonreirme profundamente.

Comencé a vivir unas verdaderas vacaciones, sin mar, pero con mucho sentimiento, sin olas del oceano y en cambio muchas calles por recorrer, tratar de refresacar la memoria y entre refrescada y refrescada, el batido de sentimientos, emociones iba y venía, las penas subían pero ya las sabía manejar, dominar, hacerles entender que no era malo que salieran a la luz, pero que no dominaran mis energías porque faltaba mucho por vivir.
Digamos que en resumen catartico, ha sido muy enriquecedor y casi "padre" todo este remezón. Será que en el fondo y superficie de mi esencia, soy absolutamente parecida a mi papá y todo lo que suene a "azote" lo sabemos vivir con dignidad y pasión. Porque al menos yo, siempre sé como salir, resilente, optimista de cuanta adversidad se cruce en mi camino, no sé si seré monga o superficial,  liviana o retrasada, pero siempre hasta de lo más malo (menos el golpe de Estado en Chile y las violaciones a los derechos humanos), siempre sé salir con optimismo de las malas situaciones, trato de buscarle el perdido buen lado de las cosas, valorar, aprender y seguir buscando.
Y como soy creyente o superticiosa, de mis propias creencias y superticiones, creo que cuando uno toca un poco el fondo del tambo y logras salir de buena manera, el universo, las constelaciones, las estrellas fugaces, quien sea, que están de una otra manera (hiper egocentricamente) mirándote, te premian.
A mi me premiaron con dos situaciones claves en esta estadía:
- El reencuentro casual y maravilloso como mis compañeros de Primaria: Carlos y Guillermo y
- El reencuentro 21 años después con Conchita.
Al reencontrarlos a ellos, mi vida dió un giro encantador.
Ya no había nada que me hiciera sentir sola, triste, desolada.
Y después de volver a verlos, me sentía más bien dichosa, radiante, burbujeante, saltando de nube en nube, saltando en una pata de alegría.


CARLOS y GUILLERMO.
Mis queridos compañeros de la Primaria.
Que nos sentábamos en la sala de clases muy cerca unos de otros, de hecho creo que a mi me tocaba con Guillermo y mi mamá siempre me decía "a ver si se te pega algo de él"........ pues yo que más daría porque todito él se me pegara...............jajajaja y Carlos como era el más alto del curso, lo dejaban bien atrás, pero en la misma fila nuestra, para que no tapara a los chaparros, que digamos la verdad, el curso estaba plagado de ellos.

En los tiempos de la Primaria, como siempre he sido bien "corazón de alcachofa" "enamoradiza", estaba locamente enamorada tanto de Guillermo como de Carlos, pero siempre sentí que Memo me hacía el saque amoroso, más no así el amistoso y como la pasábamos tan re bien juntos, su casa era increíble, con esos hermanos que nos hablaban y contaban historias interesantes, Doña Guille, la mamá de Memo que era una dulzura, siempre me recordó a la mamá de Benito Bodoque de Don Gato y su pandilla. Era una mujer muy poco mexicana y a la vez gozaba de la belleza de las tapatías. Era alta para el promedio, de pelo cano, un rostro dulce, que nos  invitaba a comer bien seguido y preparaba un arroz con chiles poblanos, crema y queso, que era nuestro deleite. 
A mis papás les encantaba la familia de Memo, porque dentro de la escuela publica en la que estudiábamos, eran lo más elevado cultura y educativamente, como pasaba también con los papás de Carlos, que si bien no teníamos mucho contacto, mi papá le tenía mucha estima al padre y ya con eso bastaba. No es que uno se creyera la crema de las fresas, pero mis papás eran por educación y vida, personas muy cultas, inteligentes, profesionales, que como tal valoraban la conversa interesante, las historias, el vuelo de pensamientos y entre los compañeritos de curso y sus papás, eso no se daba muy seguido, ya que en su mayoría la primaria era poblada por hijos de albañiles, amas de casa, empleadas domesticas, personas que por desgracia no contaban con mucha educación. Aunque no por ello dejaban de tener un gran corazón, un sentido de amistad y solidaridad enorme.

En el caso de Carlos, pues parece si es que la memoria no me falla, tuve un poquito más de suerte, creo que (no sé que dirá él) que hasta llegué en algún momento a ser su novia, que obviamente cuando mi papá se enteró, casi que me manda interna a un reformatorio. Es que mi papá era de la idea que sus "tres gracias" habíamos nacido para vivir solo con ellos y no estaba dispuesto a abrirse a eso llamado "hormonas, amor, enamorarse, noviar" y como siempre entre mi papá y yo, lo que a mi me gustaba él detestaba y Carlos era el objeto de la discordia.
Pero nunca pasamos a nada serio, una porque éramos unos "chavitos" aunque no negare que si bien pequeña igual me derretía por Carlos, lo encontraba tan guapo, con su carita redondita, tenía una boca tan linda, una nariz...........mmmmmmmm me derretía. Pero cierto es también que en la inmadurez de mi crecimiento, si Carlos quería lo que quisiese, yo estaba 5 años luz de atraso de enterarme y coincidir. A mi me iba de manito sudada, bien sudada, obvio que soñaba con que me besara, pero ni sabía lo que era eso......... o sea la Oda a la Teta, comenzó conmigo.

Pero después de todo y con los años y ahora con el reencuentro, que todos estamos más o menos grandotes, desarrolladotes, con la vida construida para todos lados, lo que prevaleció y eso es lo recontra lindo, es la amistad. Amistad que nos permitió pasar dos sesiones de juntarnos completas, hablando, rememorando, actualizando vida y por mi parte, redescubriendo lo mucho que los quiero y lo feliz que estoy por este reencuentro.....


CONCHITA.
Mi querida amiga María Concepción Gómez Zepeda, es otra historia.
Creo que es mi única y mejor amiga generacional de la vida.
Mi cuata en toda la extensión de la palabra.
Con la única que podemos juguetear, enseriarnos, llorar, sincerarnos, compartir, como deben ser los amigos "en las buenas y maduras". Reencontrarnos con Conchita después de 21 años fue tan normal, cual si la semana pasada nos hubiéramos visto por última vez. El nivel de confianza, intimidad, historias parecidas, cercanas, comprendidas, sentidas, es mutuo. Qué daría por llevármela a Chile............

Y final de cuentas, aunque me revienta darle la razón a Antonio, porque es mejor cuando la tengo yo, es verdad, de verdadisima.............. tengo más amor que mil novios, me siento al fin realmente querida, cuasi amada, por mis cariños sinceros, para siempre jamás, que casualmente son MEXICANOS.

20 de febrero de 2014

Inalcanzable.

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No era que yo me sintiera lejos del mundo, porque fuera especial, distinta, mejor. Por el contrario, no existía cosa que deseara más que acercarme. estar, compartir, formar parte, ser, mirarlos y que me miraran, tocarlos y ser tocada por ellos, conocerlos, escuchar sus historias y quizás se interesaran por las mías. Pero un cúmulo de sinsabores, en esta vida si bien no tan larga, aumentaron considerablemente mis inseguridades.

Los rechazos, decepciones amistosas y amorosas, la lejanía de mi papá y por tal de la figura masculina, el temor a nuevos rechazos crecía y crecía, obligándome a encerrarme en la burbujita de cristal, desde donde podía observar pero no participar. Ya no sumar más decepciones amorosas  No volver a sentir esas miradas sobre mi, nada sutiles que taladran hasta dentro, barridas a mi figurar, mi tamaño, forma de ser, de vestirme, siempre con reprobación, un rechazo quizás para los otros imperceptible y para m tan notorio como hiriente. Ese desagrado en sus rostros, como si ellos fueran mejores que una, más hermosos, dignos de gusto, propiedad.  
Y para mi desgracia o no?, esa capacidad desarrollada en el alejamiento del mundo exterior, que me hace estar demasiado atenta a los movimientos o acciones de los otros, descubrir en sus mínimos gestos,  el rechazo que siento les produzco, desde que posan sus ojos, mirada sobre mi.

Ese arte de ignorarme, que practican tan prodilgadamente, haciendome sentir: invisible, inaparente, inexistente para los otros, casi que de poder, pasarian a traves mio sin chistar. La sensacion que nadie quiere conocerme, saber quien soy, en la que me he convertido. Tan solo quedarse con la primera impresion, que es la informacion que creen da la apariencia...... sin intentar hurgar mas a fondo y quizas descubrir, a la persona que realmente se es. Enterarse si piensa y que piensa, lo que siente y que lo siente todo muy intensamente.
Y dependiendo el contexto, quienes son, lo que les vincula a mi, será la forma en que me desenvuelva, comporteo: amable, simpática, extrovertida o inalcanzable.

17 de febrero de 2014

El boleto de camión.

Cuando entré a la Preparatoria de Jalisco número 1, que se suponía que era una persona más grande, al menos bien adolescente (16 - 18 años), mi querídisma amiga "Conchita" me contó lo del boleto del camión. Ocurre que en esos años que a uno ya le llamaban la atención los chicos, que las hormonas las traía zangoloteando por dentro y por fuera, que ya mirabas a los hombres de tu edad que estudiaban a tu alrededor, compañeros de salón de clases, de la Preparatoria, de áreas, de belenes......... eran los tiempos en que , comenzaba a circular la leyenda urbana que si al pagar el camión, debías guardar el boleto y si los números que estaban abajo, sumaban "21", encontrarías el amor y ese chico, te pagaría con un beso.

Con la personalidad obsesiva que me caracteriza, me dedique a coleccionar, juntar, guardar, todos los boletos de los camiones en los que andaba, porque además para que surtiera efecto, tenía que ser un boleto comprado por ti. Pues bueno, casi que armo un compendio de boletos de tantos que junte, con los camiones que me tomaba de lunes a sábado cuando iba a clases . Los guardaba, atesoraba entre las páginas de los cuadernos que andaba trayendo y cuando subía al camión, comenzaba a sumar: 2 + 2 + 3 + 8 + 6 = "21" mega yupi.

Así fue como al fin di con mi propio boleto que sus números sumaban "21" y como estaba enamoradísima de un chico mayor que yo de la Prepa, que se llamaba Raúl, pues.......... Él era el doble de Xavier, de Los Menudo jajajajaja con su melenita larga y rubia, no tan alto pero eso nunca me importó y con un envidiable tostado de piel, digno de un buen tapatio. 
Yo lo amaba tan intensa como obsesivamente y con mi amiga "Conchita" lo perseguíamos  a donde fuera de la Prepa. Había días en que Raúl no iba en coche a la prepa y entonces cuando se iba para su casa, subía al mismo camión que yo y con Conchita, lo seguíamos pa saber dónde vivía. No sé para qué porque nunca le toqué al timbre. Tampoco nunca me animé a pasarle el boleto de camión pa que me premiara con un BESO....... 
En vez, conocí a un chico muy simpático, mayor que yo, de hecho compañero de Raúl, que se llamaba  Juan Carlos, no perdía oportunidad para invitarme a salir: queria llevarme a Plaza del Sol en su auto, me decía que yo era linda, simpática, divertida, en resumidas cuentas "ME ECHABA LA ONDA", pero la muy monga de yo, estaba tan obsesionada, clavada, con Raúl que no le di la hora. 

De todas maneras Juan Carlos seguía buscándome, siendo bien atento conmigo y un día, sacándome absolutamente de onda "ME PASO SU BOLETO DE CAMION, QUE SUMABA 21". Más clarito echarle agua "diría mi papá", pero me cagué de miedo y salí corriendo. Al tiempo después comenzarían lo preparativos de nuestra vuelta a Chile, a mi me dió paralisis facial asi que no fui más a clases, estuve muchos días en reposo por lo de la parálisis y cuando al fin pude levantarme, fui a la Prepa para despedirme de mis amigos. Con todo y mi cara chueca y todos me trataron súper bien, fueron bien lindos conmigo y Juan Carlos me dió una carta (que todavía conservo), en la que me comparaba con el sistema solar, con las estrellas más luminosas, hermosas y celestes.......... 

Y ahora que he vuelto y que ando en camión como en los viejos tiempos, recuerdo esa leyenda urbana y guardo todos los boletos que puedo, en busca del  "21", sobre todo porque mañana me junto a comer con mis dos grandes amores de la Primaria: Guillermo y Mario. Con el primero ni esperanzas tengo porque está casado y en realidad prefiero tenerlo como mi lindo y querido amigo, pero con Mario, uuuu Mario, que fue mi amor de la primaria, de esos que no se olvidan jamás y que claro, siendo yo, pues me quedé más que clavada con él.......... además a mi papá le cargaba asi que eso le daba un ingrediente más entretenido aún, pero son ensoñaciones porque nada de su vida sé.............. pero soñar no cuesta nadita y es tan re bonito.

14 de febrero de 2014

Vacaciones.

Más allá de la definición exacta de "vacaciones" (los días que las personas que trabajan o estudian toman para descansar), a mi me huele a vaca mejor dicho a conjugar el verbo "como vaca echada", dicese pasar la mayor parte del tiempo en el suelo, recostada, echada, 
Pero el punto es que por algún motivo, el "estar de vacaciones", uno tiende a relacionarlo con "estar en la playa",como el sitio perfecto donde se vive "como vaca echada", tomando sol (aunque a estas alturas con la capa de ozono en retirada hacerlo sea un asesinato a la piel), viendo el mar, pensando en bañarse en el, quizás tomando un jugo, refresco, bebida y leyendo un libro.

Pues con la novedad que esa condición de "vacaciones" creo que no lo practico hace mucho. La temporada sin hacer nada, digase en la existencia libre del paso del tiempo, amplia de tiempo, donde ojala no se haga nada, para mi ha sido viajando a lugares donde hay mar, lagos, ríos, seguramente pero no necesariamente a la vista. Así en 2013 viaje a Chiloé y en este 2014 a México - Guadalajara.
En donde mis "vacaciones", momento de descanso, desconecte, lo vivo con plenitud en las distintas urbes geográficas que visito.
Lo digo porque en el "intenso" y seguramente exagerado vía crucis (que no es tal), en el que se vió ligeramente convertido mis primeros días en Guanatos, perdí absolutamente el norte, motivo que me trajo hasta aquí.
No sé si algo pasó ayer, anoche (obvio que si), que de pronto me hizo aclarar la vista. Será que la lentitud y poca coherencia en discurso versus acción, de parte de mis amigos escolares, me partió en dos, dejándome a merced de las nostalgias que en estos momentos de la vida en los que me encuentro, absolutamente huerfana, vagar por Guadalajara, tiene, tenía, tiene a ratos, una connotación distinta, tornándose a tristísima.

Pero por suerte soy la persona en la que me he convertido, Resilente, intensa, exagerada, tormentosa, extrovertida, a veces tímida, pero resilente al fin, que pro suerte en mi espíritu optimista, tiendo más a superar, salir adelante, continuar, que a matarme.
Y ocurre entoncse, que a los cinco días de mi llegada a Guadalajara, aclaro mis ideas, bajo las expectativas y retomo la travesía como tal, como un viaje al pasado, en mi presente, cosechando, sembrando nuevos vínculos o retomando antiguos. Liberando intensidades oscuras, planteamientos complicados, devolviéndole el tono de "vacas" a mi estadía y nada, nada, nada más.
Encontrándome con los que se pueda y con los que no, ni modo.
Si finalmente por verlos una vez quizás dos, nuestras vidas no van a cambiar radicalmente, podemos sumar más alegrías, pero no dotar el encuentro con un nivel supremo y en vez saboreando por los siglos de los siglos o el tiempo que sea necesario, aquel sabor deslumbrante del encuentro y punto. O quizás me equivoqué y sucedan mil cosas, pero como dirían Anita y Manucita, no condimentar, juzgar, antes que suceda. Aquello que tan lejano está de mi esencia y por lo mismo tan valorado como "fluir". Pero al menos sé con certeza lo que no soy, aunque me gustaría fluir a lo que mi esencia me permita.

13 de febrero de 2014

Encontrar (se) (me).


Mientras viajaba en camión con rumbo a la casa, pensaba en el maravilloso suceso de la "casualidad". También en la más filosófica, traté de buscar la razón, el motivo, de mi vida, es verdad que el viaje hasta casa es largo pero creo que no para tanto. Además justamente el encuentro fortuito y por lo mismo, maravilloso que tuve hoy, debería hacerme entender de una vez por todas, que planificar y no dejar fluir es muy malo, sobre todo cuando en ello se van o están atesorados los sentimientos, más si son los de una persona como yo tan "intensa" y como diría mi padre "exagerada". 
Pero cierto es también que volver a México, sobre todo a Guadalajara, no es un hecho fortuito, no es decidir ir de vacaciones a una playa donde echarse mirando el mar y tomar sol, que también sería bien rico que pudiera darse así, pero en cambio, lo que si es, siempre ha sido y creo que así será por los siglos de los siglos, si es que logro convertirme en Shelander, la mujer eterna, es que no es un regresar simple, siempre hay algo, un gran o pequeño detalle que convierte las cosas en algo enorme, triste, melancólico, terrible, hermoso, increíble.

Por ejemplo, yo que vine pensando que tenía asegurado el reencuentro con mis compañeras de la secundaria, que tanta fiesta y jaleo habían armado  por el hecho de mi retorno y que a la hora de los quiübos, entre su "lenches" propia del territorio geográfico que las concentra y que al final, creo que no logran entender que Chile no queda dentro de la tan maravillosa y hermosa República Mexicana y que por tal, no es cosa que si no nos vemos ahora vuelvo el mes que entra............ y estos tres primeros e irrepetibles días en los que me he paseado por la ciudad, algo sola, solitaria, recorriendo los lugares donde viví junto a mis padres, que he sufrido tanto por la nostalgia, como por la compañía de mis fantasmas y además porque a la hora de los orales, todos los que tanto querían verme no se manifestaron, a coro como esperaba y me dejaron sola.........
Entonces tuvo que ocurrir que al cuarto día de mi estadía aquí, pasara algo tan mágico como maravilloso, en que en mi jornada de correrías por el pasado, caminando por los barrios de Avenida La Paz y la casa en la que vivíamos con mis papás, en Bruselas, que era el numero 150 que ya no existe tampoco (como con la otra casa) y que la calle ha cambiado tanto, ocurrió que me di unas vueltas para atrás, delante, derecha, izquierda, buscando, recorriendo, tomando fotos, pensando, soñando, suspirando, hasta que volví los pasos a la misma avenida y entre a una singular pastelería, preguntando "si estarán los dueños" y me dice la chica del mesón "si, está Don Guillermo".

Guillermo, mi querido, ensoñado Guillermo.
El chico, uno de los chicos más guapos de mi curso en la primaria. 
Eran solo dos los guapos, de quienes yo estaba enamorada: Guillermo y Mario.
Sino fuera porque éramos, fuimos, éramos tan amigos, creo que me le hubiera aventado, porque me encantaba. Su lunar en la mejilla derecha, los hoyuelos en los extremos de la boca cada que se reía, esa sonrisa hermosa, de dientes blancos, sus ojitos, era de chico una preciosura y de grande, ahora, un guapetón de aquellos.
Y me recibió afectuosísimo, me abrazó como si el tiempo no hubiera transcurrido.... como si más de 27 años no fuera tiempo. Reconociéndome, siempre creo que estoy cambiadísima, que la gente dirá "y esta quién es?" y no, parece que algo en mi fue congelado en el tiempo por siempre jamás y permite que todos me reconozcan.
Mientras Guillermo hablaba, contándome de su vida, su familia, su madre y hermanos, yo lo miraba atenta y de tanto en tanto, atenta dejaba vagar mi mente hasta los días de la primaria, en el salón de clases donde siempre nos sentaban cerca, compartiendo la misma mesa, la misma fila, el mismo rincón. A nosotros nos sentaban atrás, en la segunda fila de la puerta hacia el interior de la sala y no sé si era porque nuestra altura podía tapar a los "Chatos, Óscar, Gerardo" o porque éramos muy aventajados en la clase o por el contrario porque éramos los burros del curso............... no, eso ni pensarlo y menos de parte de Guillermo, que siempre fue el más inteligente entre los del curso, mucho mas que yo obviamente, más que todos.

Mi querido Guillermo, que ahora me entero que algunas veces leyó este mismo blog... y de pronto una suerte de rubor cruzóse por mi mente y pensé "que vergüenza que haya leído la oda al azote de mi vida" y también me dió alegría saber que quizás hace mas tiempo del que imagino, he tenido a mi querido amigo, cerca, cerquísimo. De pronto, si bien no encuentro la razón de la vida, al menos, si la de la alegría y me siento cobijada nuevamente por mis nostalgias. Por un momento pensé que había llegaba el momento de echarlas al baúl de los recuerdos y cerrarlo con cuatro llaves. 
No digo que el norte ha surgido de entre las penumbras, ni que la vida cobra sentido, que la luz ilumina mis pasos, que ahora sí sé para qué vine, que he encontrado lo que soy, para dónde voy. No, nada de eso, no le echemos sobre la espalda tanto trabajo al pobre de Guillermo, que después lo harán Santo. Sino que más bien, una voz interior me dice "viste?, viste como finalmente lo que tenía que suceder ocurrió".

Gracias, gracias aunque suene cliché a la vida, gracias a quien desde donde sea, ojala fueran mis papás, hayan estado dirigiendo este momento mágico, en este día jueves, que desde julio es el día previo a la muerte de mi mamá y que aunque triste como todo lo que tenga que ver con su partida, tiene el don especial, para mí, que es el día además de mañana, en los que más me conecto con ella, que más la recuerdo y en mis superstisiones infinitas, no puedo dejar de pensar que quizás realmente, fueron mis amados papás desde los allases quienes planearon esto.

Y cual si no fuera suficiente, tengo el mail de mi querido amigo Guillermo y además nos juntaremos el próximo martes (martes para colmo que es mi día de suerte) con Mario, nuestro otro amigo de la primaria..... tantos años, digamos que 27 años esperando por este momento y sin planearlo está por suceder.......

12 de febrero de 2014

Volver - Irse.

El otro día cuando  llegué a Guadalajara y Ricardo me fue a buscar al aeropuerto y nos fuimos hasta su casa, en el trayecto entre no reconocer nada y a veces un poquito, sentí un remezón tan profundo. Ricardo un amor, atento, me tenía una hermosa pieza preparada para mi con TV y todo. Salimos con rumbo a la presentación de la obra de teatro de los domingos, me presento con sus actores, simpáticos y guapos, todo bien. 

El remezón en cuestión, latía por dentro, pese a saberme al fin en mi "guanatos querido", tenía un desazón que no lograba aplacar. De pronto, me sentí sola, absolutamente sola en "mi guanatos". Tuve la sensación de querer irme corriendo a mi casa. Una casa que oliera a equipales, a patio iluminado, que podría ser Gregorio Dávila 14 o Valenzuela Castillo.  Con esa extraña sensación me dormí. Estaba tan cansada, del cuerpo, de la cabeza, de sueño, verdadero sueño que me dormí profundamente hasta que desperté a las 04:00 am con la idea fija que ya era de despertarnos para irnos con Ricardo y tras constatar la hora volví a  dormirme.

Al día siguiente, Ricardo me llevó hasta su trabajo, pasando por tantas calles, lugares, tomarnos un tejuino y después dejarlo en lo suyo y yo partir a lo mío, a emprender "mi aventura", pasié camino a lo más conocido, a las calles que me dijesen algo  y no pude, entre el cansancio absoluto, un pesar de cuerpo, de ojos, no pude más y decidí volver a la casa.

Viajando a casa, Zapopan, el recorrido fue por un largo tiempo, a través de Avenida La Paz, nuestra querida La Paz, la esquina donde estaba nuestra casa de Bruselas 150, el primer lugar al que llegamos en 1975 con mis papás, nuestra Primaria, el recorrido entre una y la otra que haciamos todas las mañanas. 
Y cual si la avenida fuera una película y yo desde el camión (micro), el espectador, vi pasar mi vida en esta ciudad. Recorriendo calles, Pavo, la Primaria, Bruselas, Chapultepec, nuestra casa, otras hermosas casas y todo era tan contrastante con el pasado, tan diferente. me chocó eso del tamaño de las cosas, de las proporciones que toman cuando uno va creciendo, siempre pensé que era una exageración eso de que todo se ve de distinto tamaño cuando grande que de niño. Y así fue, de pronto las distancias eran cortas, las casas no tan majestuosas, las calles pequeñas también. Sobre todo las distancias, aquellas miles de cuadras, manzanas que uno recorría para ir a la escuela, a ver a Pedro Loyola, al super, a Chapultepec y ahora todo, todo, se hacía en muy corto tiempo. Como aquel restorant japonés por el que siempre pasábamos, El Suehiro, que tenía piedritas blancas en la entrada dando un ambiente oriental y que ahora parecía casa de muñecas. No así la casona de La Paz, a la vuelta de Bruselas, continuaba majestuosa, aunque pintada de un color casi como adorno de torta (pastel), aquella casa donde Charles Bronson rodó una de sus películas de acción y mi papá se encontró con él........

Todo tan diferente a mis recuerdos, a las majestuosidades que mis ojos dejaron en la memoria visual. Fue un shock descubrir los lugares como si el tiempo no hubiera transcurrido y sin embargo, estaban tan distintos, nada que ver con nuestros años acá. Pese a ello los reconocí. A la Primaria, a la cual ya no se entra por Pavo sino por la misma La Paz. La Pasteleria de los Neufeld, que ya no está en la esquina de Bruselas, sino que una cuadra antes. Bruselas, la calle donde vivíamos, junto a las señoritas Arceluz, vecinos del Señor Romero, los Guamuchiles, las casas españolas del frente, la de Kimberlyn. De hecho nuestra querida Bruselas 150, todavía no me atrevo a constatar con mis ojos que ya no exista, como tampoco la de Gregorio Dávila. Todos los restos del pasado borrados.

Una parte, tiempo, mucho tiempo de nuestra vida en a penas 12 o 15 cuadras. Los lugares por donde paseamos con mis abuelos Titin y Marta, con mis papás, el recorrido hacia la Primaria, a la casa, a ver a Pedro Loyola, al Papa Bambinos Pizza, a la pozoleria de la mamá de Salvador Acosta. Me dolió el alma.

Sentí que no queria enfrentar mi pasado y menos a costa de mis vacaciones, de pronto desecho la idea de volver. No por miedo, sino que es un golpe a las emociones, que ahora sin mis papás, en ninguna parte física, no me atrevo a dar el paso y enfrentarlas. Es demasiado intenso, me duele mucho, el aire está impregnado de ellos y a la vez, siento la soledad calandome. Una mezlca de compañía y desolación. Que no tengo fuerzas y ganas de psicoanalizar restregando nuestro pasado, mi pasado, con el presente y que al final de cuentas, el punto en común es que MIS PAPAS no están más. Alejo de mi cabeza la peregrina idea de asentarme, por ahora, en esta ciudad, mi ciudad, ¿mi ex ciudad?, el baúl que atesora los mejores momento de mi vida y que ahora paseo acompañada de mis adoloridos fantasmas.

11 de febrero de 2014

Arquitectura en México 1900 - 2010.





No recuerdo bien cuando fue el momento preciso en el que levanté la mirada o que la baba dejó de chorrearme y descubrí la arquitectura, como la belleza que es y nos rodea. Pese a que de chica,de mano de mi papá valoré la majestuosidad y belleza de ciertas muchas edificaciones, casas, casonas, palacetes de Guadalajara. tEnía las suficientes neuronas para comprender, distinguir y destacar, lo que era bello de lo feo, sobre todo vistos a través de la mirada y adjetivaciones que mi papá, le atribuía a cada una de esas casas.

También es obvio que sabía que esas construcciones habían sido hechas por alguien, algunos, lo que no me enteré (seguro por estar viendo la TV), que en la arquitectura, como en el cine y la literatura, existen estilos, tendencias, formas, maneras, creadas en grupos o indivualmente que le dan un sello particular como "neoclasismo, art nouvo, art decó, neoazteca, barroco", como en el cine sería de autor, contemporáneo, latinoamericano y en la literatura clásica, surrealismo mágico, etc.,

Eso vine a descubrirlo en 198, en  Ciudad de México, de mano de Antonio Ibarra, quien me invitó a una increíble exposición en el Palacio de San Idelfonso, sobre el ART DECÓ. De ahí en más las bellezas arquitectónicas que nos rodean, tomaron una relevancia fundamental en mi vida. Con los ojos bien abiertos fui alimentando las neuronas, la mirada, la belleza, de art decó, art nouvo, neoclásica, casas barcos.

Destacando los detalles de edificios, casas, casonas, como los de Luciano Kulczewiski, en Chile y desde el pasado viernes 7 de febrero, un sin fin de arquitectos mexicanos, que le dieron forma, estilo, belleza, a todo lo que durante mis 12 años en este hermoso país, nos rodeaba: Ciudad Universitaria, Universidad de Guadalajara, Archivo de Guadalajara, Teatro Insurgentes, Bellas Artes, Palacio Postal, El palacio de los azulejos, etc.,

Por eso cuando vi anunciado en la revista cultural Tiempo Libre, de Ciudad de México, de la exposición: "Arquitectura en México 1900 - 2010. La construcción de la modernidad, obras, diseño, arte y pensamiento" en el Palacio de Itubide en Madero 17, Centro Histórico. La cual recorre 110 años de historia de México a través de los grandes monumentos, planos, maquetas, fotos y obras plasticas, que nos muestran cómo veían los creadores las distintas épocas a México.

La exposiciíon se divide en:

- 1900 - 1924 El comienzo.
Se comienza la construcción de Bellas Artes y el Palacio Postal, estructoras arquitectónicas al estilo art novou, neo azteca. Los arquitectos que destacan son Antonio Rivas y Francisco Centeno.

- 1925 - 1939 Modernidad.
Punto de partida de la arquitectura moderna, Carlos Contreras, Jose Villagrán, Juan O´Gorman. Edificio Ermita (1931).

- 1940 - 1968  Período histórico.
Estrategias urbanas educativas como por ejemplo Ciudad Universitaria en 1952, por Mario Pani, Enrique del Moral bajo el asesoramiento de Carlos Lazo y los murales de Juan O´Gorman.
El conjunto Nonalco Tlatelolco (1964) por Pani.
Pedregal San Angel (Luis BArragán)
Universidad de Guadalajara (1948) por Ignacio Díaz Morales.
Villa Olímpica (1968) por Ramón Torres y Héctor Velazquez.

- 1969 - 1989 Nueva monumentalidad.
La arquitectura de la década del los 70 y 80 marcada por hechos como "la matanza de los estudiantes en Tlatelolco", la crisis economica y el terremoto, provocan que la arquitectura pase del discurso social al símbolo de poder.
Los arquitectos que destacan en este tiempo son Teodoro González León, Abraham Zabludovsky, David Muñoz, Ricardo Legurreta.
Edificaciones: El Colegio de México y el Museo Rufino Tamayo.

- 1990 - 1999 Fin de siglo.
El surgimiento de nuevas generaciones de arquitectos, nuevas tecnologías, técnicas, dibujo digital y una gran apertura al mercado extranjero y sus influencias.  Los arquitectos que se destacan en este períodos on Alberto Kalach, Enrique Norten, Bernardo Gómez Pim. Un ejemplo de construcción fue el CNA (1994) por Legurreta.

- 2000 - 2010 Primera década del siglo XXI.
Se caracteriza por la diversuidad de estilos arquitectonicos, pero desdeñando los realizados por la camada de la primera mitad del siglo XX, aquí continua la apertura al extranjero. Francisco y Pablo Serrano, Susana García, Tatiana Bilbao, Raymundo Sesma son los arquitectos del período.
Centro Cultural Ollin Yeliztl, El Teatro Insurgentes, las edificaciones, en manos de Augusto H. Alvarez. 

6 de febrero de 2014

Viajar dos veces.


Viajar dos veces.
Podria prestarse a que es un viaje hacia dos latitudes diferentes 
o que quizas es un viaje que se realiza en simultaneo a dos lugares.

"Viajar dos veces" es la sensacion que provoca en esta ocasion el viaje que estoy haciendo. Una porque voy en busca de aventuras, de encuentros, reencuentros y muchas aventuras. Es un viaje de descanso, de nostalgias, de memoria, de recuperar una y mil veces la historia de mis padres, de mis padres y sus hijas, de mis padres, sus hijas y entre ellas yo. Un viaje que estaba planeado hacerse cuando mi mamita querida estaba viva, para asi traerle muchos libros, historias de los amigos, de los conocidos, de todo aquello que formo parte de nuestra vida, en Guadalajara, durante 12 maravillosos años. Pero ocurrio lo impredicibile, mi mama murio cuando no tenia que hacerlo, cuando ella no queria irse, cuando nosotras todavia no estabamos preparadas para vivir sin ella, yo todavia no lo estoy y creo que no lo voy a estar nunca. Y volver ha sido todo un tema, un tema triste y a la vez alegre, porque Mexico es el pais de mis años mas felices, de mi historia, de la persona que soy, lo que mis padres me dieron, lo que la educacion en Mexico me entrego y que finalmente hicieron lo que soy y de lo que me enorgullezco todos los dias.

Pero vuelvo triste.
Y en el volver, esta este viaje doble,
de vivir dos realidades, mundos, historias, en simultaneo,
apasionada tanto con una como con la otra,
rememorando una mientras estoy viviendo la otra,
viviendo la otra mientras rememoro la otra.
Es el juego de viajar dos veces.
Cuando lo haces en vivo, en real, en directo, distanciandote de tu espacio, de la casa y lanzandote a otros espacios, otras gentes, culturas, costumbres, colores de piel, olores, sabores, colores. Abrirte, abrirte lo mas posible o al menos permitirte aprender, entender, escuchar, saber, almacenar una y mil historias mas de personas, amigos, sonidos. Y al mismo tiempo aprender, enterarte, formar parte de una nueva vida, otra, una que sucede en paralelo, pero que a diferencia de la anterior, solo es tuya. Le pertenece en esencia a ti, al libro, la historia y al autor. 

Viajar dos veces.
Es descubrir dos mundos paralelos, el que te cuenta un narrador y en el que vas conociendo y descubrieond personajes, situaciones, paisajes, descripcion de situaciones, formas, parques, el color del pelo de Nola, las migas de pan para dar a las gaviotas, Harry que se quedo 33 años esperandola. Marcus que aparecio en el momento que el necesito de su amigo y maestro y asi fue como descubrio un secreto muy bien guardado y de ahi en mas............ chorrocientas y apasionadas paginas de intriga, aventuras, personajes, Aurora un pueblo en Estados Unidos, los habitantes, cada familia, cada familia y una historia en cada una. Los personajes

que mas amas, de los que sospechas, los que siempre tienen una carta bajo la manga, de los que desconfias, secretos que no terminan de salir a la luz............ y entre medio vas de la casa de tu hermano a la de Bety, despues viajas a Cuernavaca, te bañas en la alberca, gozas del dia comiendo jicama con chile, despues seran los mariscos, las tostadas, las tortillas. Las conversaciones, el ponerse al dia con las historias, uno que otro chisme, los dimes y diretes de los conocidos. Las hermosas niñitas y sus mundos particulares, adentrarse en ellos, esperar que compartan contigo sus sueños. Y volver cada noche, en el silencio de la casa, cuando todos duermen porque al dia siguiente hay que madrugar, ir al colegio, al trabajo, yo dentro de mi camita, tapada hasta las manos, con mi tremendo libro en ellas, leo, leo, leo y sigo leyendo porque las historias son increibles, porque ahora pienso despierta y dormida en Nola, en Harry, en Marcus, en quien es quien, quien mato a quien y por que lo hizo.

Viajar dos veces.