29 de marzo de 2013

Temor.

Suele ocurrir, no siempre, pero a veces, que después de una racha muy buena, pudiera ser que las cosas no se pusieran tan iguales. Y en este mundo del free work, el pecho se me aprieta y me pongo un poco nerviosa. Pienso en todos los gastos hechos, el codo se me encoje y siento que he sido la peor botarate del mundo y el judío que llevo dentro me ha fallado o más bien dicho, me regaña.

Pero trato de matener la calma, pienso en los gastos hechos: mi parte cooperación con la casa saldada por el 2013, los cachos salud y jubilación también saldados para este año, falta celular, el máldito gas para calentarse del frío invierno y en el horizonte, como el mundo se detuviera (ojalá) hasta ese instante, mi ansiado, ensoñado viaje a México. Y es que para la fecha sólo tengo dos trabajos seguros que podría uno más que el otro, durar todo el año, pero no alcanza.

Entonces surge ese deseo vital, siempre gatillante, estimulante, de no hacer nada, dejar que lo que tenga que pasar, sea y que Dios me coja confesada. Una porque confieso que después de mis últimas vacaciones, merecidas por cierto a causa de un agobiante exceso de trabajo, quedé un tanto desmotivada por continuar haciendo lo mismo, que casualmente es el oficio de mi trabajo pero.... Quisiera tener los tornillos suficientes para hacer otras cosas, bucear, buscar en otras áreas, escribir, pensar, leer, estudiar, investigar y que con eso, con eso tan maravilloso me pagaran por hacerlo. Irreal. Cambiar de rubro?, me da tanta lata pensar en qué rubro, jamás periodista a menos que fuera escribiendo lo que se me plante, dificil, dificil por no decir irreal. Entonces mejor agradezco lo que tengo y no sueño más de la cuenta. Pero la flojera, desmotivación laboral está ahí latente como los cucharazos del corazón. A lo mejor es una racha, racha propia del viaje ad portas, volver a mi amado México, donde siempre alojo la esperanza de encontrar a mi principe azul que salve mi corazón y la vida ya que estamos, aunque con la suma de años, comienzo a comprender -tristemente-, que fuera de los platónicos e irreales, el princiope azul, maravilloso, increíble, no existe.

Pero bueno, eso de creer que alguien aparecerá y salvará la existencia, es una quimera un tanto de enfermo mental y aunque mantengo un bajo perfil ante ese tipo de esperanzas, mejor es saber que nadie velará por tí más que your self.
Entonces vuelvo a pensar en que si tengo las cuentas pagas 2013, quizás de los quisares el objetivo está en que debo fluir como hoja de árbol y aprovechar el tiempo libre, mientras dure, mientras se pueda disfrutar y en él hacer todo, absolutamente todo lo que cuando pegada con las teclas en el computador, no puedo. Esa cosa que suele ser dificil de atrapar de "aprovechar el tiempo tal y cual se presenta", alejar del trasero el ají que pica como el pidulle y te obliga a querer estar, hacer, cantar, saltar, en espacios, momentos, situaciones, totalmente lejanas a ti, a mi en este caso. Es decir, cojereme confesada, rascareme la güatita y seré más que feliz y cuando los pensamientos del dinero, la falta, ausencia, escases de él aparezcan, tomaré un libro y con la tapa golpearé intensamente esas ideas, me haré la hippie y trataré de disfrutar de la vida de una manera libre, sin control, sin ataduras y en la más judía, tratando de "gastar" lo menos posible...............jajajajajaja

26 de marzo de 2013

Noches azules.

Parad los relojes, desconectad el teléfono,
dadle un hueso al perro para que no ladre,
acallad los painos y con tambores amortiguados
sacad el ataúd, traed al cortejo fúnebre.

Que los aviones vuelen lastimeramente en círculos
escribiendo en el cielo el mensaje "Él ha muerto",
rodead con crespones los blancos cuellos de las palomas,
que los policías de tráfico lleven guantes negros.

Él era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
mi mediodía, mi medianoche, mi conversación y mi canción;
yo creía que el amor duraba para siempre: me equivocaba.

Las estrellas ya no hacen falta; apagadlas todas.
Guardad la luna y desmontad el sol,
vaciad el oceáno y barred los bosques;
porque ya nada puede servir para nada.

(Blues funerarios de W.H. Auden)

22 de marzo de 2013

Agüitas varias.

Vamos de visita con Mariano, amigos y otros que no conozco a casa de Carla Morales o Javiera Moraga, es una de las dos. La casa es maravillosa, tiene vegetación dentro y fuera, cascadas en el patio interior, muchos ventanales por donde contemplar los árboles, plantas, verdes, flores, agüitas varias.
Estoy enamorada de Mariano, pero él está con otra chica aunque no viene con nosotros, él es muy amoroso conmigo todo el tiempo. La belleza de la casa y sus alrededores me despiertan los deseos locos de tomar y tomar fotos. Afuera llueve, mi cámara está en el auto de Mariano, le pido la llave, me pasa un candado enorme y colgando insignificantes, las llaves del auto. Salgo al exterior escuchando el La, la, la, de Serrat. Guardo el llavero de candado enorme en mi cartera, llego al auto y lo abro sin dificultad. Saco mi cámara y me pongo a tomar fotos del exterior de la casa.
Hay un puente que no había visto antes, que une la cascada con la casa, un puente de palitos de bambú "árbol de bambú", paseó sobre él tomando fotos a la casa, a la cascada, a los árboles, a los ventanales y las imágenes que en ellos se proyectan. Después por dentro, los puentes de madera de bambú son los pasillos de la casa, abajo el agua de la cascada que circula libremente, en color calipso a veces, otra verde esmeralda. La naturaleza bajo, sobre la casa y a través de las ventanas. Verde, verde, verde. Arboles enormes y frondosos, mucha vegetación húmeda.

Estoy dentro de la casa contemplando y tomando fotos, móviles de piedrecitas, cristales y campanas por varios ventanales. De repente me encuentro con Mariano, él está echado en un sillón, se siente mal, le duele la cabeza. Voy a sentarme a su lado, le aviso que el llavero está a salvo, el auto también, recuesta su cabeza sobre mis piernas, le hago cariño en la cabeza, él me sonrié, nos miramos fijamente. Aparecen los amigos, los que no conozco, la Carla o Javiera, la casa se llena de voces, de barullo, música, ahora estamos en medio de uan fiesta, Mariano y yo seguimos sentados y él echado sobre mis piernas, mirándonos sin prestar atención al resto que nos rodea.

11 de marzo de 2013

Charla veraniega.

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  • Alvaro Rodrigo Hoppe Guiñez Pasalo Bom-baaaaamiga de facebockkkkkkkariñosiempreeeedisfrutaaaaa
  • Colomba R.a. Gracias Alvaro Rodrigo Hoppe Guiñezamigodefacebook hare tronar todas las bombas a mi paso de tanto pasarla bien!!!