12 de junio de 2011

El patio trasero.

El patio interior de  mi casa, ha sufrido muchos cambios. Si alguien contará de él hace 10 o 12 años atrás, no tendría un algo de qué agarrarse. La primera medida fue sacar el exceso para que entrara más el sol y luz. Muchos y variados cactus que me encantan, plantitas verdes, flores algunas pocas. Me gusta el verde por sobre todo, los árboles, el pasto, la hiedra, los tréboles, los cardenales. Las flores son lindas y coloridas, pero tienen una efimeridad que me pone nerviosa, las siento como falsas. Me gustan mucho más los árboles de frutas o simplemente de semillitas y hojas.


Me gustan mucho los árboles, de pronto he adquirido un amor hacia ellos, un respeto, un cariño, los abrazo, les acaricio la corteza, les tomo fotos, tengo un vínculo muy estrecho por ellos. En el patio de la casa está ya viejito pero lindo, nuestro limón.
En el año 1998 planté una bugambilia de flores rojas que está muy crecida, frondosa y hermosa. Es como mi hija, la cuido y riego como si lo fuera, le hablo con el pensamiento, la observo desde mi habitación con gran cariño. Así como también un arbolito silvestre que llegó a fecundar en el patio. Es un árbol común chileno que se llama AILANTO, tiene un olor fuerte en sus hojas que le da una particularidad especial, en la primavera-verano, le salen unas semillas envainadas que con el sol se ponen rojas y da la idea de flores.
Sus hojas son muy verdes, de hecho el árbol tiene una semejanza en estructura al Nogal, el árbol de las nueces.
Es alto y el AILANTO tiene una tonalidad grisácea en su corteza, que lo hace más hermoso aún, sobre todo cuando lo admiras a eso de las 19 horas, como que el atardecer del cielo azulado, le da una tonalidad especial a ese gris. Es uno de mis árboles consentidos.


Y el resto son cactus y suculentas que he ido adquiriendo por amigos o sacándolas en mis paseos por las calles de Santiago. Pero es un patio aunque pequeño, hermoso porque todas las plantitas y árboles han crecido libremente y contentos.

Y desde el 26 de febrero del 2010 que no tengo a mi lado a mi amado Gremnlin, mi gatito, que era mi compañero fiel, mi amor. Las plantas y árboles se han convertido en mi gran amor, aunque todavía me hace falta alguien con quien dormir y apretar y a quien tener sobre mis piernas, porque a las plantitas todavía no he probado con ellas……

A veces...

Y pensar que nos amábamos tanto.
Y no es que el sentimiento desapareciera sino más bien, es la necesidad de fantasía. De defender el metro cuadrado personal, que con su presencia y la fuerza de ésta, ese carácter fuerte, sin autocrítica, que llegaba imponiendo su ley como la única posible.... Aterra!!